Amenaza de Corea del Norte aumenta incertidumbre en panorama internacional

Yanuacelis Aure.-

Kim Jong-un ejerce todo el poder en Corea del Norte. Foto: photopin (license)

El final de la Segunda Guerra Mundial en 1945 y el comienzo de la Guerra Frí­a cambió por completo la vida polí­tica de muchos paí­ses, entre los que destaca ese territorio asiático hoy dividido en Corea del Sur y Corea del Norte. El primero adoptó un sistema democrático, respaldado por Estados Unidos, y el segundo un sistema socialista, apoyado por la Unión Soviética.

Este gobierno totalitarista traerí­a consecuencias para los norcoreanos, como “pobreza, guerra, violaciones de derechos humanos, pérdida de la libertad de expresión, crisis humanitarias, retraso económico y aislamiento”, señaló el politólogo y profesor de Historia,  Rafael Punceles.

Con la caí­da de la Unión Soviética Corea del Norte quedó completamente aislada del resto del mundo. De hecho se conoce muy poco sobre la vida de los norcoreanos y su conocimiento sobre el resto del mundo es nulo, debido al control que ejerce el Estado en todos los ámbitos. En el 2013 un ex-capitán del ejército norcoreano, llamado Kim Joo-il, contó a la BBC que la educación en el paí­s se basa más que todo sobre la idolatrí­a de Kim Il-sung, el lí­der supremo y fundador de la nación norcoreana. El conocimiento no es una prioridad en este sistema educativo.

“No habí­a información del mundo exterior, no habí­a forma de cuestionar lo que nos decí­an”, expresó el norcoreano, quien actualmente vive en Londres.

Corea del Norte y sus relaciones exteriores

En cuanto a la polí­tica exterior, se puede decir que sus relaciones con otros paí­ses son tensas y no muy estrechas. Pasaron dos años del gobierno de Kim Jong-un (quien llegó al poder en el 2011, tras la muerte de su padre, Kim Jong-il) cuando se dio la viaje del presidente de Mongolia Tsakhiagiin Elbegdorj, primer mandatorio en visitar al actual lí­der norcoreano.

Sobre la tensa relación con sus vecinos y como posible amenaza a otros paí­ses, Punceles explicó que “el que esté desarrollando armas nucleares y la capacidad de desarrollar una forma de hacer llegar un dispositivo nuclear a mediana distancia significa una amenaza para Corea del Sur; con quien mantiene una situación de guerra, pues no han firmado la paz desde el conflicto que tuvieron en la década de los 50 del siglo pasado. Además esa media distancia pondrí­a a Japón en riesgo y las bases norteamericanas ubicadas en esos paí­ses. Todos estos paí­ses son considerados enemigos por Corea del Norte.”

Kim Jong-un está en el poder desde el 2011, tras la muerte de su padre Kim Jong-il. Foto: Cortesí­a

Los dos aliados del solitario paí­s son China y Rusia. Las relaciones con el primero son tan extensas, tanto a nivel diplomático como comercial, que el 88% de las importaciones de Corea del Norte vienen de China. Sin embargo, estos ví­nculos son complicadas, y  tanto Moscó como Pekí­n han rechazado las pruebas de misiles que ha estado haciendo Kim Jong-un y temen que esto signifique una amenaza nuclear.

“Sin duda la amenaza existe pues, en su radicalismo, en caso de que la situación económica interna se deteriorare al punto de que su régimen se viera amenazado, este pudiera considerar un ataque nuclear o por lo menos que así­ se crea para lograr prebendas económicas y mantenerse en el poder”, dijo Punceles.

Comparando los gobiernos del actual lí­der supremo y sus predecesores, su padre Kim Jong-il y su abuelo Kim Il-sung, el historiador dijo que “no hay mucha diferencia. Él empezó a gobernar siendo más joven que sus predecesores, pero el radicalismo es igual”.

En lo que se refiere a las acusaciones de Malasia al lí­der norcoreano por el asesinato de su medio hermano Kim Jong-nam y el posible peligro que este representaba para el actual gobierno norcoreano, Punceles apuntó que “es probable que no fuese una amenaza, pero los dictadores totalitarios siempre ven enemigos en todos lados y juzgan a los demás por lo que ellos harí­an si estuvieran en esa posición. En otras palabras Kim Jong-un debe haber pensado que su medio hermano estaba conspirando desde el extranjero y lo eliminó. Es probable que tuviera información de inteligencia sobre actividades del hermano en el extranjero, reuniones con funcionarios de otros gobiernos”.

Como represalia a estas acusaciones, Corea del Norte prohibió la salida del paí­s de 11 ciudadanos malayos, dos de los cuales lograron marcharse porque forman parte del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas. Actualmente Malasia y Corea del Norte se encuentran en conversaciones, ya que Kuala Lumpur quiere garantizar el regreso de sus ciudadanos.

* Yanuacelis Aure es estudiante de Comunicación Social de la Universidad Monteávila.

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