Cocina venezolana busca sobrevivir ante la crisis económica

Kevin Parada.-

Los venezolanos confrontan problemas hasta para preparar arepas. Foto: photopin (license)

Actualmente en Venezuela se ha estado viviendo una época de escasez de alimentos, lo cual perjudica directamente a los restaurantes. La gastronomí­a Venezolana es muy variada, dependiendo de la región, y cuando se habla de las particulares gastronómicas o los regí­menes alimentarios de un paí­s debe hacerse con la conciencia de que se está tratando un tema de mucha importancia y complejidad.

Para el chef Carlos De Cairos, dueño del establecimiento de comida Date Aquí­ en la Universidad Monteávila, su comida favorita es la pisca andina. “Particularmente me gusta mucho la zona de los Andes. Y este es un plato que es perfecto para los páramos. Es muy sabrosa y se puede acompañar con casi cualquier cosa”, contó.

“Pero entre los más conocidos no puedo dejar de mencionar el pabellón y las arepas”, agregó.

Debido a la situación actual hay bastante dificultad para conseguir ciertos ingredientes. En el caso de los bollos criollos, la harina brilla por su ausencia muchas veces. A algunos restaurantes, tanto de comida tí­pica del paí­s como de otros, les cuesta conseguir insumos básicos cómo harina, huevos y especias.

“Yo creo que hay que adaptarse al poder adquisitivo de las personas, los ingredientes dependen de las cestas básicas, lo cual afecta al costo. En la mayorí­a de los restaurantes importantes casi todos sus productos son importados”, indicó.

A pesar de la crisis, De Cairos enfatizó en la importancia de mantener vivas las tradiciones culinarias venezolanas.

“La sazón Venezolana es única. Resalta ante otras gastronomí­as. Nuestras comidas son adaptaciones y mejoras de platillos de otros paí­ses y muchas tienen sus historias, como lo es con la hallaca. El origen del plato se remonta a los años de la colonización por parte de España, siglo XV y siglo XVI, atribuyéndose en forma legendaria su invención a los esclavos y sirvientes indí­genas, quienes recogí­an los restos de las preparaciones de sus opresores para armar un plato heterogéneo que les sirviese de alimento extra a sus comidas habituales”, señaló.

 “Venezuela tiene muchas cosas buenas, tanto comidas como bebidas, como sus mismos habitantes”, añadió.

* Kevin Parada es estudiante de Comunicación Social de la Universidad Monteávila.

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