Carla J. Mendoza.-
El pasado 20 de enero de 2017 tomó posesión del cargo el 45° presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Días antes de este suceso el mandatario anunció una serie de medidas políticas y económicas que adoptaría desde que asumiera el poder.
Dichas medidas (26 en total) van principalmente destinadas a la política exterior, seguridad y defensa, comercio, energía, medio ambiente, salud y control de armas. De ese total 10 se refieren a control de inmigrantes, especialmente provenientes de Latinoamérica y de origen musulmán.
La más renombrada de estas ha sido la construcción de un muro fronterizo entre Estados Unidos y México, propuesta que ha sido calificada de descabellada por algunos pero que al parecer no se trató de una simple promesa: el secretario de Seguridad Nacional, John Kelly, afirmó que estará listo dentro de 2 años, tendrá más de 3 mil kilómetros de longitud y se extenderá desde el oeste de California hasta el este de Texas.
“Estados Unidos como Estado soberano tiene derecho a aplicar las políticas migratorias y fronterizas que se ajusten a sus necesidades. En este sentido, la construcción de un muro es un acto legítimo para la preservación de su homeland security. Lo que no es válido es pretender que México pague la construcción del muro”, afirmó la internacionalista Claudia Uribe.
En reiteradas ocasiones el presidente estadounidense ha anunciado que se le aumentaría en 20% el arancel a las importaciones mexicanas con la finalidad de usar dichos fondos para costear la edificación del muro fronterizo.
La región fronteriza entre los Estados Unidos y México comprende 80 municipalidades en seis estados mexicanos y 48 condados en cuatro estados de los EE.UU.
“Para marzo de 2016, según datos publicados por la BBC, aproximadamente 35 millones de mexicanos vivían dentro del territorio de los Estados Unidos. Estos sin lugar a dudas serán los más afectados por esta medida. Si se encuentran en situación de ilegalidad serán deportados a México y no se les permitirá el ingreso a sus familiares”, apuntó Uribe.
El mandatario norteamericano también anunció su deseo de renegociar el Nafta (North American Free Trade Agreement, en inglés, Tratado de Libre Comercio de América del Norte, en castellano) y afirmó que se retiraría del mismo en caso de no recibir mayores beneficios para los ciudadanos estadounidenses.
El Nafta, que fue puesto en marcha en 1994 durante la gestión de Bill Clinton, eliminó los aranceles entre México, Canadá y Estados Unidos y estableció reglas para la inversión, el empleo y el medio ambiente entre los mencionados países.
Recientemente el presidente Trump advirtió sobre la posible imposición de aranceles de dos dígitos sobre las exportaciones provenientes de México como una forma de reducir el déficit comercial.
México y Canadá están unidos con EE.UU. en un complejo sistema de cadenas de suministro, por lo que un desmantelamiento del Nafta generaría enormes consecuencias en muchos sectores y la principal víctima sería México.
Uribe aseguró que hasta que no se conozcan los términos de la renegociación es imposible conocer cuáles serían las consecuencias de la modificación en el acuerdo.
Más allá de las relaciones con México, Washington tiene muchos vínculos con el resto de Latinoamérica, especialmente desde la perspectiva comercial. Los anuncios de Trump generan dudas sobre la vigencia de los acuerdos preferenciales de los que gozan los ciudadanos chilenos y argentinos para ingresar a Estados Unidos. En el caso venezolano, según consta en la página de la Embajada de los Estados Unidos en Caracas, en virtud de que el Ministerio de Relaciones Exteriores no ha acreditado más funcionarios consulares no se expedirán nuevos visados y los tiempos de espera para casos especiales y renovaciones se han ampliado.
El pago de los aranceles consulares en dólares estadounidenses hechos con tarjetas de crédito de ese país pasa ser una suerte de filtro para que se generen nuevas solicitudes de visado, ya que no muchos venezolanos tienen acceso a este medio de pago.
* Carla J. Mendoza es estudiante de Comunicación Social de la Universidad Monteávila.