Francelis Carupe.-
Hace 59 años cayó la dictadura militar de Marcos Pérez Jiménez, en cuyo régimen muchos venezolanos fueron asesinados, exiliados, perseguidos y encarcelados.
Cerca de 10 años después de tomar el poder tras derrocar al presidente Rómulo Gallegos, y luego de más de 5 años ejerciendo la presidencia de la República, ya para finales de 1957 el régimen de Pérez Jiménez mostraba signos de debilitamiento. Desde el 1° de enero de 1958 se comenzó a incrementar en el país el ambiente de protesta para exigir el respeto a los derechos humanos y el regreso de la democracia. Este descontento se originó luego de que el dictador realizara un fraudulento plebiscito para extender su permanencia en el poder.
En entrevista con Pluma el politólogo Jesús Castillo Molleda dijo que “aunque pudieran haber tenido capacidad de mejores servicios públicos, más inversión en el servicio hospitalario, educativo, y mejor conformación de inversión hacia las obras públicas del Estado, los ciudadanos estaban reclamando la defensa de los derechos humanos”.
El politólogo explicó que la dictadura sirvió para mejorar algunas áreas de servicios públicos, pero enfatizó que durante el régimen perezjimenista hubo un retroceso en el país.
Afirmó que para ese momento Pérez Jiménez no contaba con el apoyo del pueblo ni con el respaldo de las Fuerzas Armadas. Recordó que, en la clandestinidad, los partidos políticos unificaron esfuerzos y empezaron a trabajar de forma coordinada, mientras que algunos grupos militares comenzaron a tomar contacto con la conspiración.
“Hubo acuerdos internos, fue una transición acordada y eso ayudó a que Pérez Jiménez saliera del poder”, manifestó.
Finalmente, tras la insostenible situación política, en la madrugada del 23 de Enero de 1958 Pérez Jiménez, a bordo del avión presidencial popularmente conocido como “La vaca sagrada”, abandonó el país hacia República Dominicana.
Actualmente hay una crisis política en el país, al igual que en la dictadura de Pérez Jiménez, con la diferencia de que en la Venezuela de 1958 las Fuerzas Armadas participaron en el proceso cívico-militar.
En ese momento el país necesitaba una transición hacia la democracia y, aunque los ciudadanos tenían temor, había la necesidad y las ganas de salir a la calle y ejercer su derecho.
El historiador Carlos Balladares afirmó que la “inmensa mayoría” de las personas de 1958 eran “pasivas” y no se metían en política. La transición de aquel momento lo hizo una minoría: “los partidos políticos con las Fuerzas Armadas”, señaló.
“Es verdad que el paro del 21 y el 22 de enero fue completo, pero la gente era pasiva, yo diría que más pasiva que ahora. Hoy todos los días hay una protesta en Venezuela. En el gobierno de Pérez Jiménez no era así”, comentó.
Balladares aseveró que desde 1928 hay una corriente en Venezuela que demuestra que no se puede omitir las elecciones, ni tampoco hacer fraude, por lo que, según aseveró, la manipulación del plebiscito de 1957 terminó de rebasar la paciencia de las Fuerzas Armadas.
“La conciencia democrática no es sólo de los ciudadanos, sino de las Fuerzas Armadas. Los grupos militares deben servir a los ciudadanos y no reprimirlos”, aseveró.
El historiador Antonio Arraiz Lucca aseguró que las protestas van creando un clima de descontento por la crisis política, social y económica que se vive en el país.
Hace 59 años la masa estudiantil comparada con “la población era muy mínima, eran pocos hombres, había dos o tres mujeres, pero muy pocas”, aseveró Balladares. A juicio del historiador, en cambio, “la actividad estudiantil de ahora es muy importante”.
Arraiz afirmó que si llegase a ocurrir un paro de la prensa, tal como ocurrió el 21 de enero del 1958 y que significó la chispa que terminó deponiendo a Pérez Jiménez, hoy “no tendría ningún efecto para el país”. Aseveró que las nuevas tecnologías han debilitado el poder de la prensa, por lo que, a su juicio, “el poder comunicacional está en las redes sociales, en las páginas web, en medios digitales”. “Si un día se callan los medios no pasaría nada, porque tenemos internet, eso es una realidad», anotó Balladares.
En el 1958 era clave alcanzar un cambio porque se estaba reclamando un gobierno democrático. Castillo destacó que, “a pesar de que se acuse a Maduro de ser un dictador, un gobierno autoritario, todavía hay signos de democracia. Si la gente quiere un cambio, es para una mejor calidad de vida”.
* Francelis Carupe es estudiante de Comunicación Social de la UMA.