Jeslin Valbuena Issa.-
Noris Fernández es una de las trabajadoras más antiguas del personal auxiliar de la Universidad Monteávila. De sus tres hijos, la UMA vio nacer y crecer a dos de ellos. Aquí jugaban y hacían sus tareas mientras su mamá terminaba su turno; aquí hicieron su primera comunión con el padre Pantin; aquí vivieron muchas navidades y cultivaron amistad con los hijos de otros trabajadores.
Después de 16 años trabajando en esta institución, Noris, forzada por la crisis económica y política que atraviesa el país, decidió irse a Colombia a buscar un mejor futuro para ella y sus hijos.
“Me voy por la situación del país –dice con lágrimas en los ojos-. No quisiera irme así, yo quiero mucho a Venezuela. Me voy porque no me alcanza el dinero, no hay comida, me preocupan mis hijos. Pero siempre voy a estar aquí de corazón”.
Recuerda que en el año 2000 empezó trabajando como ayudante de cocina en el cafetín, en ese entonces llamado Café ívila. Allí estuvo durante seis años. La dueña del local decidió irse del país en el 2007 y Noris pidió trabajo como personal auxiliar en la universidad. Hoy se despide con mucha nostalgia.
“Yo estoy muy agradecida con todo lo que me enseñaron aquí –dice sonriente-. Mis hijos crecieron aquí, la Universidad Monteávila me ayudó mucho, siempre me respetaron y me trataron muy bien”.
Cuando se le pregunta por su jefa, Carmencita (como la llaman por cariño), no duda en calificarla como una segunda madre y reconoce que es la persona que más va a extrañar de la universidad.
Como muchos otros venezolanos, Noris se va de su país sin un plan específico. “Al llegar allá veré”, es su respuesta cuando se le consulta sobre sus planes. Su esposo, quien se fue de Venezuela el año pasado, está en Colombia esperándola. Se lleva a sus hijos, muchas ganas de trabajar y salir adelante. Â La comunidad umaísta la ve partir y espera de todo corazón que encuentre un mejor futuro para ella y su familia.
* Jeslin Valbuena Issa es estudiante de Comunicación Social de la UMA.