Andrea Fermín Facendo.-
A finales del mes de noviembre la actual canciller de Alemania, íngela Merkel, anunció ante los dirigentes de su partido, la Unión Demócrata Cristiana (CDU), que en las elecciones que se llevarán a cabo en el 2017 será candidata a un cuarto mandato consecutivo.
“He tenido que reflexionar durante muchísimo tiempo sobre una nueva candidatura. La decisión, después de 11 años en el cargo, es todo menos trivial”, declaró Merkel, según recogieron diversos medios locales.
Tras 11 años al frente del gobierno en Berlín Merkel  ya ostenta el récord de longevidad en el poder entre los actuales dirigentes occidentales.
Con la salida del presidente norteamericano Barack Obama la canciller alemana tiene en sus manos el testigo de la defensa de la democracia liberal y la doctrina de apertura de los mercados y limitación del poder del Estado a favor de libre comercio.
La mandataria es muy bien vista en el extranjero, especialmente después del triunfo de Donald Trump en Estados Unidos. La canciller se convirtió en el nuevo pilar del liberalismo occidental, “la última defensora del mundo libre”, como la bautizó el diario The New York Times.
Según un sondeo publicado por el periódico alemán Bild, el 55% de los alemanes apoya que lidere el país en una cuarta legislatura.
Arrasa entre los simpatizantes de la CDU (92%) y entre las mujeres (66%), pero también la mayoría (54%) de los votantes del Partido Socialdemócrata (SPD), quiere que continúe Merkel.
Pero aun así afronta debilitada el año electoral debido a la crisis migratoria con la llegada de un millón de refugiados al país.
Su tercer mandato coincide con el ascenso de un partido populista en Alemania que nació en el año 2013. El AfD (Alternativa para Alemania) Â superó a la CDU de la canciller en las elecciones regionales en el estado de Mecklemburgo-Pomerania Occidental. La formación populista ha obtenido el 21,2% de los votos frente al 19,3% de los conservadores.
Frauke Petry, la actual líder de AfD, ha tenido éxito al llevar a su partido a 10 parlamentos regionales y nadie descarta que obtendrá un resultado favorable en las elecciones nacionales gracias al discurso contra la gestión de Merkel de la crisis migratoria, que permitió el año pasado la entrada en Alemania de más de un millón de solicitantes de asilo. Las autoridades pronostican que este año llegarán otras 300 mil personas.
En marzo el partido obtuvo unos resultados efectivamente altos en los comicios de Baden-Wí¼rttemberg, Renania-Palatinado y Sajonia-Anhalt.
Mecklemburgo-Pomerania Occidental no se ha visto muy afectado por la llegada de los refugiados, pero el discurso de AfD ha calado hondo.
“Son muy buenos en la provocación pero no para dirigir un país”, declaró Merkel en una rueda de prensa, de acuerdo con el Periódico Internacional de España.
“La población alemana en general, como otras en el mundo desarrollado, piensa que es necesario un Estado fuerte, de mano dura contra los extranjeros y con tintes nacionalistas para que proteja a los ciudadanos nacionales contra la amenaza terrorista y ofrezca garantías de seguridad. Para algunos la democracia multicultural y el espacio Schengen  de la Unión Europea favorecen que los terroristas puedan circular libremente, muchas veces sin pasaporte, por toda Europa, camuflados y ajenos a cualquier control policiaco”, expone el internacionalista Juan Pablo Quintero.
El partido liderado por Frauke Petry presume de acercarse a la Rusia de Vladímir Putin, además de ir contra de élites alemanas.
Esta agrupación se presenta como conservadores ortodoxos con una visión liberal de la economía. Incluso ha llegado a arremeter contra la selección alemana de fútbol por su diversidad, la cual, a su juicio, no es lo suficientemente “nacional”.
Quintero afirma que las convicciones democráticas y el enorme aprecio de la población alemana de la ciudadanía europea no permitirán una derrota de Merkel o al menos no podría prosperar una opción que prometa cambios radicales, como ocurrió en Estados Unidos, o ideas políticas como las que llevaron a la victoria del Brexit.
“Se viven  tiempos de mucha incertidumbre y miedo colectivo. La canciller observa altos índices de popularidad. Es importante tomar en cuenta que la democracia está bajo revisión en todos lados, es difícil tener certezas”, señala.
Sin embargo, en el mundo de las redes sociales 2.0 la opinión pública ha reforzado su papel decisivo y su capacidad para imponer cambios drásticos casi imposibles de pronosticar.
El triunfo de Merkel en las elecciones del próximo año aún no está asegurado. Su partido admite que será difícil volver a triunfar en las elecciones con ella como candidata, aunque explican que sin su participación sería imposible ganarlas.
* Andrea Fermín Facendo es estudiante de Comunicación Social de la UMA.