Corrupción sigue sacudiendo a la polí­tica brasileña

Yanuacelis Aure.-

Temer es hoy señalado por supuestos ví­nculos con la corrupción. Foto:  via photopin (license)

Hace un año fue destituida Dilma Rouseff, quien fue electa como presidente de Brasil en el año 2014 pero que no pudo culminar su periodo presidencial debido a que el Congreso la juzgó por manipulación de las cuentas públicas. Hoy Brasil es sacudido por otro escándalo de corrupción: las acusaciones del fiscal general Rodrigo Janot contra el actual presidente Michel Temer, quien como vicepresidente asumió el puesto dejado vací­o por su predecesora con la intención de culminar el mandato en el 2018.

“Estamos completando nuestro primer año de gobierno con la seguridad más absoluta de que estamos en el camino correcto”, afirmó el pasado mes el mandatario, quien aseguró estar poniendo el paí­s “en orden”.

Esto parecí­a ser cierto, ya que la economí­a brasileña mostraba señales de recuperación, tanto así­ de que el gobierno habí­a dado esperanzas de que el paí­s sudamericano iba a salir de la peor crisis que hubiera atravesado.

Sin embargo, Temer tomó decisiones que generaron el malestar en la población brasileña: la congelación del gasto público durante dos décadas, la flexibilización de las normas laborales y un proyecto para aumentar la edad jubilatoria hundieron bajo mí­nimos la popularidad del gobierno.

Ante tal descontento que se vio reflejado en las encuestas, el presidente manifestó que prefiere ser recordado como el polí­tico “que hizo las grandes reformas, que permitió que los próximos gobiernos no encuentren a Brasil como nosotros lo encontramos”.

Pero recientemente el panorama se ha torcido para Temer. El diario brasileño O Globo reveló la existencia de unos audios en los que supuestamente el mandatario avala el pago de un soborno al expresidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha. Al menos ocho ministros del actual gobierno están bajo investigación en el marco del caso Lava Jato.

La llamada Operación Lava Jato destapó una enorme y compleja red de corrupción que desviaba recursos de Petrobras, la mayor empresa del paí­s, y que premiaba con jugosos contratos a las constructoras que aceptaban pagar sobornos a los altos funcionarios de la petrolera y a decenas de polí­ticos. La investigación, que cumplió el pasado marzo tres años, suma por el momento 125 condenados e implica a otros paí­ses de América Latina por operaciones fraudulentas.

Sergio Moro, juez responsable de llevar este caso, indicó al semanario portugués Expresso que “la cuestión polí­tica se va a ir resolviendo. El objetivo no es eliminar la corrupción, un comportamiento desviado que estará siempre, sino que lo importante es reducirla, y sobre todo eliminar la corrupción sistemática como práctica habitual de los negocios públicos”

Aseguró que “a pesar de la turbulencia, lo que existe en un proceso de madurez institucional. Las instituciones brasileñas son sólidas y no hay riesgo de un retroceso democrático”.

Por el momento Temer cuenta con el apoyo del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), cuyo presidente, el senador Aécio Neves, también está implicado en el caso. Por el contrario, otras fuerzas menores de la coalición ya indicaron que abandonarí­an la alianza. Los agentes económicos y la prensa tradicional, que apoyaban al mandatario, también fueron explí­citos en el pedido de renuncia.

Actualmente, de haber elecciones en Brasil, el candidato favorito serí­a el expresidente Luiz Inácio Lula Da Silva, aunque no queda muy claro que este pudiese postularse a la presidencia pues también tiene que enfrentar un juicio por corrupción vinculado al caso Petrobras.

Impacto de la corrupción brasileña en el resto de Latinoamérica

El FMI cree que las probabilidades de contagio a otros paí­ses de Latinoamérica son mí­nimas, ya que, a su juicio, las economí­as de la región “tienen suficiente espacio de maniobra, reservas internacionales” y “salud en los balances de los bancos y las principales corporaciones”.

Pero las recientes acusaciones de corrupción contra Temer tuvieron repercusiones en el sector financiero, pues las monedas de Brasil y Argentina se depreciaron. Según lo indicado por analistas, esto se debe a que Brasil es el principal destino de las exportaciones del sector automotor argentino, con una participación de 69%.Otros productos, como los cereales, hortalizas y legumbres crudas y productos lácteos, también son importantes en las exportaciones de Argentina a Brasil.

* Yanuacelis Aure es estudiante de Comunicación Social de la Universidad Monteávila.

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