Emilio Spósito Contreras.-
Marco Porcio Catón (234-149 a. C.), llamado el Censor o el Viejo –en oposición a su bisnieto homónimo, Catón el Joven o de íštica–, fue un romano ejemplar, quien tras recorrer un impecable cursus honorum llegó a censor en 184 a. C. Catón fue un vehemente defensor de las virtudes romanas contra el relajamiento de las costumbres por influencia oriental.
Más allá de sus comprobadas cualidades, la fama de Catón resistió el paso del tiempo por la fortuna de las Vidas paralelas de Plutarco de Queronea (circa 46-120 d. C.), ampliamente leídas durante el Renacimiento. Es de destacar su traducción en 1388 al aragonés, por instrucción de Juan Fernández de Heredia (circa 1310-1396) –Gran Maestre de la Orden de San Juan de Jerusalén–, y de allí, al castellano. Pero sin duda, es por los Dichos de Catón (Disticha Catonis), que el nombre del censor pervivió durante toda la Edad Media.
Atribuidos a Marco Porcio Catón y cuya referencia más antigua se remonta al siglo II d. C., fue utilizada por los escolares de toda Europa para aprender el latín y contó entre sus múltiples editores a Erasmo de Róterdam (1466-1536), quien opinaba de ellos que contenían más sabiduría que la obra de Juan Duns Escoto (1266-1308), lo cual es mucho decir.
Aunque los Dichos bien podrían ser un aluvión de máximas de autores de distintas épocas –con sabor a Egipto (cfr. https://uma.edu.ve/periodico/2018/11/15/biblioteca-egipcia/) o propias del gusto germánico–, sin embargo contienen una serie de referencias jurídicas que no deben despreciarse.
Así, siguiendo la excelente traducción de Jordi Cornudella (Península. Barcelona, 1996), encontramos que muchos de los dichos o máximas encuadran dentro de una estructura lógica del Derecho Romano: Mores, patria potestas, Derecho civil y acciones. Veamos algunos ejemplos:
1. Dichos morales:
*No te burles del desgraciado (Dichos de Catón. Máximas de dos versos, 52).
*Pon tu empeño en objetivos honrados (Máximas de dos versos, 57).
*Es injusto quien solamente juzga decente lo que él mismo realiza (Máximas de un sólo verso, 66).
*No cometas pecados en los momentos en que puedas pecar impunemente (Máximas de un sólo verso, 76).
2. Dichos de orden gentilicio y familiar
*Ama a tu esposa (Máximas de dos versos, 20).
*Enseña a tus hijos (Máximas de dos versos, 28).
*Pon en tu cuenta aquello que te toque en herencia. No des qué hablar: consérvalo procurando que aumente (Máximas de dos versos. Libro tercero, 8).
*Da consejos seguros (Máximas de dos versos, 40).
3. Dichos de orden civil
*Conserva lo que te han dado (Máximas de dos versos, 4).
*Da en préstamo (Máximas de dos versos, 16).
4. Dichos de orden judicial
*Pide lo que sea justo y honesto, porque es tonto pedir lo que con toda justicia se deniega (Máximas de dos versos. Libro primero, 31).
*Coraje, si eres víctima de una condena injusta: poco ríe quien gana gracias a un juez injusto (Máximas de dos versos. Libro segundo, 14).
*Olvida los ultrajes de pleitos superados: tras la contienda, es ruin acordarse del odio (Máximas de dos versos. Libro segundo, 15).
*Pídele ayuda al juez, si es injusto el litigio: la propia ley desea servir a la justicia (Máximas de dos versos. Libro tercero, 16).
*Castigos merecidos, sopórtalos paciente: si tú mismo te acusas, sé tú juez y condénate (Máximas de dos versos. Libro tercero, 17).
*No condenes jamás a ningún viejo amigo. Aunque cambie, recuerda: le tenías cariño (Máximas de dos versos. Libro cuarto, 41).
*Defiende contra lenguas maldicientes los asuntos de los que estén ausentes (Máximas de un sólo verso, 78).
La simplicidad, belleza y sabiduría de los referidos dichos resultan evidentes, pero sobre todo, en sintonía con el sentido de la vida de los romanos, los Dichos de Catón resultan útiles, prácticos para la vida. Por lo cual, si no todos son del célebre Catón, al menos éstos lo parecen. O como se dice con cierta picardía en italiano: “Si non í¨ vero, í¨ ben trovato”.
*Emilio Spósito Contreras es profesor de la Universidad Monteávila