Isabella Blanco.-
Foto: María Belén Mendoza.-Â
Para el doctor en filosofía Edgar Blanco, profesor de la Universidad Central de Venezuela y capitán de navío retirado, la situación que enfrenta en la actualidad el país es un claro antagonismo entre “sociedad y Estado”, liderado por los representantes de la Asamblea Nacional, especialmente en manos de su presidente Juan Guaidó.
“Desde esta perspectiva analítica, Guaidó, al cumplir los dictámenes establecidos en el artículo 233 de la Constitución Nacional, está tratando de restituir un orden que fue roto en el año 2017 dentro de un contexto de disolución institucional. Esta disolución es lo que permite afirmar que Venezuela se ha convertido en un estado fallido”, afirmó el experto, también especialista en análisis políticos-estratégicos.
Para el catedrático esta disolución permite afirmar que Venezuela se ha convertido en un estado fallido, pero “estado al fin” y Guaidó es quien sirve de contención para que “nuestro país no termine de convertirse en un espacio de bandas que operan a su libre albedrío y conveniencia, algo así como lo que Hobbes denominó “estado de naturaleza”, que se corresponde a los primeros días del estallido de la guerra civil española, nuestro deber como ciudadanos es que surja otro Leviathan que nos atemorice a todos”.
En relación con la dinámica internacional y cómo se han manejado las fichas, Blanco explica que en torno a Venezuela, el antagonismo -con unas excepciones- se presenta entre América y Asia. “Europa, también con sus excepciones, trata de mediar y apaciguar sin poseer poder de negociación”. No duda en señalar que Venezuela está en el ojo del huracán.
El giro político dado en Venezuela en las últimas semanas viene amparado por los cambios geoestratégicos ocurridos en Latinoamérica a lo largo del 2018, cambios significativos que hoy generan una contundente reacción en pro de un viro inesperado en el país.
¿Qué significó el 2018 para Latinoamérica?
La población en general se desencantó de políticas aplicadas en la región por un conjunto de regímenes que se hacían llamar progresista, que fueron de pobre alcance y se adscribieron dentro de una estructura de corrupción inimaginable que derivó en el debilitamiento de las instituciones políticas de todos los países.
A finales del 2014, los gobiernos autoproclamados “progresistas” empezaron a retroceder en toda la región y en el año 2018 se hizo evidente en países como Brasil, Paraguay y Colombia, los cuales dieron paso a unos gobiernos de naturaleza republicana. No estoy hablando de izquierda o derecha, sino de globalistas o republicanos
¿Qué significó para el globalismo el pasado año dado los procesos que comenzaron en el 2004?
Una derrota, un retroceso, causados por ellos mismos, sobre todo por las noticias de la casi desintegración del partido español “Podemos” y que se encuentra en una situación de debilidad extrema, y esta situación ya ellos la percibieron desde el año 2015 con la derrota que sufrieron tanto en Venezuela como en Argentina.
Los globalistas están dispuesto a ir hasta las últimas instancias, que serían la aplicación de la fuerza para mantenerse en el poder. Ello explica lo que estamos viviendo nosotros en Venezuela, el atentado que ocurrió en Colombia hace unos días, las protestas que han ocurrido en el nordeste brasileño, sobre todo en Fortaleza contra el recién nombrado presidente, los asesinatos políticos que han transcurrido recientemente en México, la situación de inestabilidad que está transitando Argentina o los atentados terroristas que ocurrieron hace un mes en Chile.
¿Eso significaría una cuesta arriba para los republicanos?
La región Iberoamericana, desde España y México hasta la Patagonia, van a sufrir un empate violento de gran intensidad. Estos grupos que se resisten a abandonar el poder y que estuvieron inmersos en muchos actos reconocidos como delincuenciales a nivel mundial, como por ejemplo su participación en lavado de capitales, narcotráfico, trata de blancas, etc, no pueden dejar el poder porque van a tener que rendirle cuentas a la justicia, Â por eso prefieren escalar en la violencia.
¿Qué se puede esperar para el 2019 que empezó tan agitado?
El asunto es saber cuál es la capacidad de maniobra de los gobiernos republicanos recién instaurados en función de los problemas sociales que poseen cada uno en sus países. Hay que tener presente que se generaron expectativas por el ascenso de Duque al poder en Colombia y resulta que la gente no consideró que ellos poseen una guerra civil que ya tiene 50 años contra grupos guerrilleros, actualmente actúan para tratar de reducir su capacidad de maniobra y garantizar la supervivencia del orden político en Venezuela.
No sabemos realmente, a pesar de las alianzas que puedan establecerse desde el punto de vista republicano, que pueden hacer con respecto a la guerrilla en Colombia y al régimen narco tiránico en Venezuela.
Es una situación realmente crítica que implicaría la adopción de medidas radicales por parte de los países que poseen un rango mayor de capacidad de acción, que en mi opinión son EE.UU, Brasil y Chile, pero no sabemos que acontecerá en el futuro cercano.
*Isabella Blanco es estudiante de la Universidad Monteávila
*María Belén Mendoza es estudiante de la Universidad Monteávila