Mercedes González de Augello.-
La forma en la que consumimos contenidos de los medios ha cambiado radicalmente. Cuando era niña, si quería ver una comiquita tenía que esperar el día y hora que la pasaran y negociar con los otros miembros de la familia para tener el turno en la televisión; ahora cada quien decide su parrilla de programación en su propia computadora. Podemos ver una serie entera en un día en Netflix, no tenemos que comprar el disco en una tienda, lo escuchamos en Spotify el mismo día que sale, si somos fans de un artista lo seguimos en Instagram y somos parte de su vida día a día, si necesitamos ideas de decoración, diseño o arte lo buscamos en Pinterst.
En este escenario de nuevo consumo de contenidos está Youtube, el portal de Internet que permite a sus usuarios subir y visualizar videos de forma gratuita, en el que podemos conseguir contenido audiovisual muy variado, desde videos musicales, hasta recetas de cocina, tips de belleza, clases magistrales, situaciones cotidianas de usuarios de todo el mundo, entre mucha otra variedad. Con unas 7 mil millones de visitas diarias, esta plataforma ofrece sorprendentes posibilidades de difusión de contenidos de todo tipo y es un trampolín a la fama para muchos, un ejemplo son los cantantes Justin Bieber y el español Pablo Alborán, que comenzaron sus carreras gracias a que sus videos caseros colgados en Youtube se hicieron virales y obtuvieron millones de visualizaciones.
Una de las características que han popularizado la plataforma es la posibilidad de crear tu propio canal de TV y convertirte en un youtuber, una persona que produce contenido audiovisual y lo sube regularmente al portal a través de su propio canal. Son personas, generalmente jóvenes, que conectan con grandes audiencias gracias a sus contenidos frescos, cotidianos y muchas veces divertidos. Muchos de estos youtuber se han convertido en verdaderas celebridades, logrando tener millones de suscriptores de todo el mundo, números que las grandes cadenas televisivas sueñan con tener.
La mayoría comienza su vida como youtuber como un pasatiempo y dependiendo de la conexión que logre con la audiencia se convierte en un trabajo con grandes ingresos, ya que desde hace unos años la empresa implementó un sistema en el que los productores generen ganancias gracias a la cantidad de suscriptores y visualizaciones de sus videos. Además, la fama que consiguen, hacen que luego sean verdaderas celebridades que escriben libros, realizan giras por sus países y el mundo y hasta tienen club de fans.
Muchos de ellos suben contenidos específicos, como tutoriales de moda, videojuegos, maquillaje o manualidades, pero muchos otros tienen canales de “estilos de vida” es decir, documentar la cotidianidad de un joven común, con contenidos que muchas veces son banales, cargados de humor básico y sin mayor aporte, pero que logran una atracción increíble con los niños y jóvenes. Son jóvenes hablándole a jóvenes y niños en su mismo lenguaje, algo sin duda maravilloso, pero sin la estructura profesional de un medio tradicional y sin una supervisión del tipo de contenidos, más allá de algunas políticas generales que plantea la compañía.
Lo cierto es que es una nueva forma de interactuar con la realidad mediática, que ha cambiado la forma de consumo audiovisual en la que niños y jóvenes están inmersos el día a día y que necesita de la reflexión y acompañamiento de las generaciones mayores, para poder sacar el mayor provecho a todas las potencialidades que ofrece.
*Mercedes González de Augello es Decana de la Facultad de Ciencias de la Comunicación e Información de la Universidad Monteávila.