Tic Tac | Tecnologí­as para el aprendizaje y el conocimiento

Nelly Meléndez.- 

En educación no basta con usar las tecnologí­as, es vital conducir el aprendizaje. Foto: Pluma

El dí­a 15 de marzo se realizó en la Universidad Monteávila el I Foro de Educación, Gerencia y Tecnologí­a. El objetivo de esta actividad fue propiciar la reflexión y análisis sobre la aplicación de las últimas tendencias tecnológicas en la formación del profesional del siglo XXI, en contextos dinámicos y complejos de toma de decisiones estratégicas que determinan el éxito de las organizaciones.

Fue grato contar con las ponencias de docentes de la Universidad Metropolitana, Universidad Central de Venezuela, Universidad Pedagógica Experimental Libertador, así­ como la representación de la Universidad Monteávila. Pero también la audiencia estuvo conformada por profesionales de distintas áreas interesados en conocer, actualizarse y aclarar inquietudes acerca del rol de la tecnologí­a en la formación y la actividad profesional en estos tiempos, avizorar las tendencias que nos depara el futuro.

En esta sección aprovecharé, ahora y en próximas ediciones, para puntualizar algunos de los tópicos tratados en este evento. Por ejemplo, la Dra. Elvira Navas (Unimet) comenzó la actividad abordando las tecnologí­as para el aprendizaje y el conocimiento (TAC), evolución natural desde lo operativo de las tecnologí­as de información y comunicaciones (TIC), que conducen a las tecnologí­as para la apropiación y la participación (TAP).

Desde esta perspectiva queda claro que en educación no basta con saber usar las tecnologí­as como un fin en sí­ mismas, es vital conducir el aprendizaje desde la información hasta el conocimiento, es decir, activar procesos de orden superior que conduzcan a la transformación de los insumos que provienen desde distintas fuentes y activan nuestros sentidos externos e internos, para producir el acto del conocer tácito y su manifestación explí­cita.

La Dra. Navas acercó la audiencia el Informe Horizon 2017, el cual se publica desde el año 2002. Este estudio cualitativo realizado por  New Media Consortium y EDUCAUSE Learning Initiative (ELI),  identifica y describe las tecnologí­as emergentes con mayor impacto en la enseñanza, el aprendizaje, la investigación y la expresión creativa en el ámbito educativo global.

En la exposición en cuestión, se explicaron desafí­os significativos en la adopción de tecnologí­as en la educación superior. Los desafí­os fáciles de abordar: mejora de la alfabetización digital y combinación del aprendizaje formal e informal; desafí­os difí­ciles de abordar: brecha de resultados y consecución de la igualdad digital; finalmente los desafí­os muy difí­ciles de abordar: Gestión de la obsolescencia de los conocimientos y replanteamiento del rol de los docentes.

Otro aspecto que conviene destacar son los relacionados con las tecnologí­as a ser adoptadas en educación superior en lapsos próximos: A corto plazo (1 año o menos) se espera mayor aprovechamiento de tecnologí­as de aprendizaje adaptativo y Mobile Learning; a mediano plazo (de 2 a 3 años) se vislumbra el uso educativo del internet de las cosas y sistemas de gestión del aprendizaje de próxima generación; a largo plazo (de 4 a 5 años) se espera la aplicación intensiva en ámbitos educativos de la inteligencia artificial e interfaces naturales de usuario.

Al observar tendencias en la adopción de las tecnologí­as en educación superior a corto plazo, el crecimiento de los diseños de aprendizaje mixto -la combinación de una formación en lí­nea y presencial- ocupa el primer lugar, junto con el aprendizaje colaborativo, en el que los estudiantes y/o docentes trabajan juntos en actividades por pareja o en grupo, con base en la perspectiva de que el aprendizaje es el resultado de una construcción social.

Las tendencias a mediano plazo apuntan hacia un interés creciente en la medición del aprendizaje, analí­ticas de aprendizaje, o lo que es lo mismo, la recopilación, análisis y uso de datos sobre los estudiantes y sus contextos, con el fin de comprender y optimizar el aprendizaje y los entornos en que tiene lugar. La diferencia radica en utilizar analí­ticas de aprendizaje multimodales, un enfoque relativamente nuevo que se centra en la recopilación de datos sobre los procesos biológicos y mentales del aprendizaje en entornos reales. La entonación, los gestos y la atención visual son algunos ejemplos de estas clases de datos que pueden ser capturados mediante sensores de movimiento.

A mediano plazo se espera el rediseño de los espacios de aprendizaje que incorporen caracterí­sticas tales como mobiliario móvil, control ajustable de pantallas, WiFi y múltiples enchufes, espacios que pueden ser modificados para adaptarse a una variedad de actividades de aprendizaje, incluyendo el trabajo en grupo, tareas prácticas y presentaciones. El diseño de entornos de aprendizaje flexible ayuda a las universidades a maximizar su espacio. Actualmente algunas organizaciones educativas están publicando guí­as de mejores prácticas.

A largo plazo la transformación de las prácticas educativas y sus tradicionales métodos de enseñanza y aprendizaje permitirá el avance en la cultura de innovación y la tendencia de la integración de pedagogí­as conducirá al aprendizaje profundo, sustentado en las estrategias de aprendizaje basado en problemas, en el que los estudiantes hacen frente a retos reales, y el aprendizaje basado en proyectos, a través del que se crean productos completos.

Al revisar el Informe Horizon 2017 y escuchar claras disertaciones que nos alertan de los retos presentes y futuros me envuelve la ansiedad por la gran responsabilidad que tiene esta generación de docentes, pero también me lleno de esperanza por la gran posibilidad de transformación de las prácticas educativas.

Queda en manos de quienes dirigen las polí­ticas públicas facilitar el tránsito hacia el siglo XXI.

*Nelly Meléndez es profesora de la Universidad Monteávila

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Pluma