Alicia ílamo Bartolomé.-
Aunque el US Open, último grand slam de tenis del año, terminó el 12 de septiembre, quiero escribir sobre éste a una distancia ya de 17, porque este es mi primer artículo para Pluma después de su período vacacional y no pude hacerlo antes.
A la velocidad que pasan los acontecimientos mundiales, comentar algo que terminó hace poco más de dos semanas quizás resulte un fiambre, pero es que esta justa deportiva tuvo este año bastante sorpresas y vale la pena comentarlas, además de que yo, de alguna manera, la saco más al simple comentario deportivo, como mis pocos lectores lo habrán comprobado alguna vez. Hago un poco de “filosofía”.
Empezando porque se cortaron cabezas en las competidoras femeninas, cuya ejecución la hicieron dos adolescentes que fueron a la final. Todas las caucásicas, esas, cuyos apellidos terminan en ova y están siempre al frente del tenis mundial, quedaron eliminadas y hasta la No.1 del mundo, la simpática y competente australiana Ashleig Barty, cayó a mitad de camino vencida por la canadiense latina Leylah Fernández, de 19 años, hoy subcampeona del US Open.
Esta muchacha, de padre ecuatoriano, se enfrentó en la final con la inglesa Emma Raducano, nacida en Canadá, de 18 años, quien la batió en dos sets 6-4, 6-3. Fue un gran juego pues las dos jovencitas no sólo juegan muy bien, con magnífica técnica, sino que en la cancha demuestran seguridad, presencia, coraje y alegría. Cualquier de las dos merecía ser campeona. La suerte se inclinó por Raducano. Apellido nada sajón, es rumano, nacionalidad del padre de Emma. De manera que las latinas están dando la hora.
Cabe destacar le presencia de Canadá en el tenis internacional desde hace pocos años, como antes no había estado. En el ranking mundial, aparecen, entre otros, Milos Raonic, Denis Shapolavov y Félix Auger-Aliassime. Este último perdió en la semifinal del US Open 2021, nada menos que ante Daniil Medvedev, el ruso que se coronaria campeón del torneo.
Auger-Aliassime es un espigado joven moreno, evidentemente con rasgos africanos, lo que nos dice, junto a las damitas campeonas, la apertura canadiense a la inmigración que está dando frutos en el tenis. Además, debe haber muy buenas academias del deporte blanco en el territorio también blanco y helado de la gran nación norteña, que está tomando así tonos tropicales.
La final masculina del US Open 2021 fue la gran sorpresa. Al No. 1 del mundo, Novak Djokovic, ganador de los otros tres grand slams del año –Australia, Roland Garros y Wimblendon- que venía por el cuarto y último, con lo que lograría la doble hazaña de llevarse lo cuatro ases y la cifra total de 21 grand slams en su palmarés, para superar los 20 obtenidos por Roger Federer y Rafael Nadal, se le fue el gozo al pozo: lo venció el 12 de septiembre, en la cancha Arthur Ashes del complejo deportivo del US Open, el joven ruso de 25 años -9 años menor- Daniil Medvedev, en tres limpios y convincentes sets: con un triple 6-4.
Sí, el arrogante, malcriado y antipático serbio, quizás recibió su merecido por sus desmanes de romper raquetas por rabia cuando le sale algo mal o lanzar una pelota, como le sucedió el año pasado justamente el US Open, con tal furia y tan mala suerte, que vino a dar en el cuello de una juez de línea. La noqueó, lo que le valió la descalificación.
Novak es un gran tenista, un campeón tenaz y hay que admirarlo por esto, merece que alcance sus metas. No cuenta con mi simpatía por su soberbia. Es un porrazo en la espinilla. El 12 de septiembre de 2021 habría tal vez sido el día más feliz de mi larguísima vida, si no hubiera sido cristiana: no me puedo alegrar por la derrota de alguien, tal vez en la guerra, pero en el deporte jamás, es una recreación para el bien.
Entonces, me alegré por el gran triunfo de Medvedev, para mí, junto al griego Stefano Tsitsipas, el par a quienes puede pasar el testigo de Rafael Nadal, mi preferido. Batallas le han dado a Rafa. Para ganar el US Open de 2019 al ruso, al mallorquín le costó un largo y agotador partido de 5 sets. Para vencer en la final de Roland Garros hace un par de años al griego, la lucha no fue menor. Así que ruso y griego van camino de apoderarse del futuro en el tenis del mundo. ¡Bienvenida la temprana juventud a las gestas deportivas!
*Alicia ílamo Bartolomé es decana fundadora de la Universidad Monteávila