Los sentimientos de xenofobia han ido en escalada en Colombia. La experiencia de Gabriel, joven venezolano, demuestra cómo la migración venezolana ha generado malestar enntre los colombianos.
Melanie Aubele.-
“He visto a varios venezolanos en el metro, mendigando dinero para llevar a su familia. A raíz de cosas así, hay muchísimos estereotipos en cuanto a los venezolanos y se puede notar una especie de resentimiento por parte de los colombianos”.
Gabriel Jorge es un joven venezolano de 20 años que actualmente vive en Bogotá, Colombia, en un apartamento no muy lejos del centro de la ciudad. El joven reside con sus padres desde hace aproximadamente 14 años, por esto, asegura que ha visto cómo se ha desarrollado la xenofobia hacia los venezolanos en los últimos años.
Por muchos años Gabriel no sintió ningún tipo de “acoso” asociado con su nacionalidad. Sin embargo, en los últimos meses sí ha comenzado a vivr experiencias en las que al relucir el tema de los inmigrantes, el odio se hace presente por parte de los nativos.
“Al principio me chocó un poquito, pero sabía que era en broma”, dice Gabriel, comparando sus primeros años en el país vecino con la actualidad, refiriéndose a que la xenofobia se volvió el pan de cada día cuando comenzó la universidad, pues “hay muchísimos estereotipos en cuanto a los venezolanos”.
El joven es estudiante de cine en la Universidad Central, y aunque considera que cuenta con un grupo de amistades bien estructurado, antes de la pandemia solía conocer a personas todos los días, y que en más de una conversación casual,surgió el tema de los inmigrantes. El joven admite que prefiere alejarse del conflicto y no devolver los “insultos”; sin embargo, no se acostumbrarse a pasar por este tipo de situaciones.
“A veces no se dan cuenta de que soy venezolano porque ya tengo su acento, y cuando sale el tema, la gente que me conoce se pone incómoda. Dicen cosas como: ‘los venezolanos son unos ladrones, unas ratas’, y ahí comienzo hablar con mi acento venezolano para que se den cuenta y paren”, dijo Gabriel en tono risueño.
El estudiante universitario dice que lo que antes consideraba como “bromas” ha ído escalando hasta convertirse en comentarios de mal gusto. El dice tener una perspectiva interesante en cuanto a la xenofobia ya que se encuentra adaptado a la cultura, pero confiesa que en la actualidad hasta de sus amigos ha recibido comentarios que lo han hecho sentir incómodo.
“Una vez me dijeron: ‘eres el único venezolano que me cae bien’, como si en serio pensaran que, por ser de un mismo país, todos somos iguales”, cuenta, quien recibió el comentario el día de su cumpleaños luego de que uno de sus amigos cercanos lo felicitara.
Por muy adaptado que se encuentre, el joven asegura que mantiene sus costumbres venezolanas, pues sus padres son venezolanos y su casa se siente como “un pedacito de Venezuela”. Seguido habla con su familia en su país natal y comenta que el hecho de vivir en otro país durante muchos años no le ha quitado su sentido de patriotismo, y que extraña su vida en su país de origen.
El joven cuenta que últimamente ha sentido mucha nostalgia hacia su tierra, causada principalmente por las protestas en Colombia, que dieron inicio en abril a raíz del descontento que se presentó por el anuncio de la reforma tributaria estipulado por el presidente Iván Duque.
“La gente está muy activa y he visto que se han logrado cambios. Me da nostalgia porque me gustaría que algo así hubiese pasado en Venezuela”, comentó Gabriel, que se encontraba en Venezuela en 2017 y vivió por unos días el ambiente de las protestas que aquí se desarrollaban.
Asegura: “El sentimiento de descontento se siente en todos lados, me recuerda a las marchas de allá (Venezuela). Entiendo que lo que pasa aquí no es igual que lo que pasa allá, pero siento mucha empatía por la gente que sale a la calle y comprendo lo que sienten”, manifestando que ha pensado en unirse a las protestas con su grupo de la universidad, pero que no se atreve por el tema del covid-19 y su posible contagio.
Expone que la mayor diferencia entre las protestas del 2017 y las actuales en Colombia es que la mayoría de las marchas son “pacificas” y que realmente ha habido pocos “encontronazos” con la policía. Sin embargo, es importante destacar que según fuentes colombianas oficiales, en el primer mes de protestas fueron confirmadas 24 muertes de civiles y la detención de 84 manifestantes.
Según Migración Colombia, el 2020 cerró con 1.174.743 venezolanos residentes en el vecino país. Gran parte de los inmigrantes comparten los sentimientos de Gabriel, como también sufren ataques xenofóbicos. Sin embargo, deciden seguir apostando por un futuro en el exterior.
Melanie Aubele es estudiante de la Universidad Monteávila