El fotógrafo Donaldo Barros comparte sus inicios en el mundo artístico y recuerda sus vivencias con el maestro Carlos Cruz Diez.
Rebecca Bravo.-
La vida del fotógrafo y artista plástico venezolano Donaldo Barros ha estado signada por el arte desde temprana edad, sus padres fueron artistas y desde joven tuvo la dicha de compartir con maestros como Carlos Cruz Diez, que incentivaron aún más su espíritu.
El ganador del premio Best Photo 2020, al retratar a una religiosa al lado de un funcionario de la Guardia Nacional, en la autopista Francisco Fajardo, en medio de las protestas del pasado 2017, comparte sus experiencias en esta entrevista.
“Mi papá fue una gran influencia, él siempre me mostró el mundo del arte”, dijo Barros refiriéndose al momento en el que se interesó en el mundo artístico, mencionando también que en su casa reinaba el arte, pues su madre también estaba metida en este mundo.
-¿Cuándo se dio cuenta que la fotografía era lo que querías?
Simplemente me dedico a lo que me gusta, no es algo programado ni planificado, ni una decisión de lanzarme al vacío. Simplemente identificas que eres bueno para algo y le das para adelante, así lo hice con la fotografía y con el arte, me sentí a gusto y decidí practicarlo. No hubo un momento en el que dijera ‘a esto me quiero dedicar’
-Si no hiciera fotografía, ¿a qué otra cosa se dedicaría?
Yo me veo haciendo esto, no me planteo otra posibilidad, a lo que me dedico es al arte y es algo que es desde pequeño, mi papá fue una gran influencia, él siempre me mostró el mundo del arte, siempre lo veía esculpiendo, pintando, a mi mamá también la veía diseñando y siempre estaba interesado en lo que hacía. El arte siempre reinaba en casa.
-¿Práctica otra actividad aparte de la fotografía?
Fui agente FIFA, eso fue más en mi época de universidad, tuve un grupo de rap y llegué a representar a un rapero muy fuerte aquí en Venezuela, Canserbero. Pero el arte es lo que siempre ha guiado mi vida, todo mi tiempo lo invierto en el arte.
-Viendo sus fotografías y trabajos de arte, tuvo la oportunidad de compartir con Cruz Diez, ¿cómo llegó a él, cómo fue la experiencia de trabajar en uno de sus talleres?
Llegué a la familia del maestro Cruz-Diez a través de mis obras, ellos me contactaron en el 2015 y en el 2016 me invitaron a su taller en Panamá, y de ahí en adelante se creó un vínculo artístico y personal muy bonito, fue una experiencia maravillosa. He llegado a producir varias de mis obras en los talleres de Panamá y también en los de Paris
Aunque ya él –Cruz-Diez- no se encuentre presente, ese vínculo sigue, más allá de ser el maestro, él y su familia se volvieron parte de mi vida.
-¿Qué percibe de las personas a las que ha fotografiado, han dejado alguna marca?
Su esencia, no han marcado mi vida, pero sí han dejado un recuerdo perenne en mi memoria. Yo percibo su esencia, al momento de la fotografía, en la mirada, uno puede leer muchas cosas.
Con mi trabajo de Historias de un vecino aprendí mucho de eso, cuando se es real y cuando no, aunque no lo creas uno se da cuenta de cuan puro son los sentimientos de una persona a través del lente.
-¿Qué lo llevo a fotografiar las marchas?
Mi ímpetu de colaborar, porque no me dedico al foto periodismo, me dedico más a lo documental, pero no me metí de lleno a esa rama del foto periodismo, más allá de que estudié comunicación social, más allá de que hubo medios de comunicación que me pidieron alguna de mis fotos.
Simplemente quise colaborar, con la difusión y usar mis redes de una manera responsable y también que ayudase a ver al resto de mis seguidores que no son de acá –Venezuela- más allá de lo que podían llegar a ver en noticias.
-¿No le causaba temor fotografiar las manifestaciones?
Al momento de tomar esa decisión estaba preparado, tenía todo mi equipo de seguridad, así que no, no sentía temor. Siempre veía mi entorno, pensaba en mi contexto y lo analizaba para poder llevar mi trabajo desde el punto de vista responsable.
Siempre se corre peligro, pero más que temor es respeto por lo que sientes.
-Sus fotos han causado gran impacto, tanto así que está participando en la final del concurso de Agora Images como Best Photo of 2020 ¿cómo le hace sentir eso?
Bueno estar en la final es interesante, es increíble, es bonito, es una sensación única. Imagínate es la consecuencia de trabajar duro, de practicar mucho y de haber estado preparado en un momento que fue único y que me dio a mí la posibilidad de plasmarlo y de meterlo a concursar y de soñar sobre esa imagen como un escenario, como una esperanza.
Pero esto es consecuencia del trabajo, no de una casualidad. El talento solo no es suficiente, sin dedicación solo se puede llegar a ser un artista que nunca terminó de surgir.
Soy fiel a mi idea de que el trabajo y la práctica son lo que verdaderamente le dan sentido al talento que se tiene. Nada llega solo o porque sí y nada más.
-¿Cuál ha sido la fotografía que más te impactó al momento de tomarla?
Hay algunas que significan más, que me gustan más, pero que hayan causado impacto en mí, no, ese tipo de impacto puede llegar a quitarte muchas posibilidades, espero que no llegue un momento en el que pase por eso, porque si, te puede bloquear en muchos sentidos. ¿Qué me acuerdo de todos las fotos que he tomado? Si, cada una de ellas las llevo en mi mente y revivo los momentos en que las hice cada vez que puedo.
-¿Cuál es el estilo de fotografía que más le gusta?
A mí me gusta el arte documental y el arte abstracto a través de la fotografía por eso tengo mi propio discurso que se llama “STREETNETIC” y es el discurso con el que expongo en mis galerías y es a través de las fotografías, y el arte documental que trato de hacer es artístico, porque se trata de sentimiento puro, es documentar la calle, como siempre lo he dicho, mi taller es la calle.
-¿Por qué sigue apostando a Venezuela, no ha pensado en seguir tu trabajo como fotógrafo en otro país?
Yo vivo aquí y hago lo mejor que puedo estando en Venezuela y así le genero el mejor impacto posible a mi entorno y a mi país. No me siento el centro del mundo para decir que soy una persona que le apuesta el futuro de Venezuela, no, yo hago lo mejor que puedo aquí, me fajo y simplemente espero que mi trabajo genere buenas consecuencias.
*Rebecca Bravo es estudiante de la Universidad Monteávila
*Fotografías: Cortesía del Instagram de Donaldo Barros @donaldobarros