Especialistas recomiendan rutinas para establecer controles
Viviana Perrone.-
A raíz del covid-19 el insomnio se presenta en los jóvenes, produce inestabilidad en su rutina y se refleja en su estado físico y mental. Según Infobae, diario digital, el insomnio aumentó un 35% en adolescentes, potenciando las pesadillas. “Es un trastorno adquirido, provoca ausencia de sueño y dificultad para conciliarlo”, según Women Health.
Es indispensable la presencia de rutina y al no existir estructura se desestabiliza progresivamente el sueño. Melinda Herrera, psicólogo clínico, afirmó que si no se modifica estos patrones de conducta se experimentará trastorno de sueño prolongado, lo que puede comprometer en un futuro su cotidianidad, según la Fundación Venezolana para el Avance de la Psicología.
Insomnio, factor común
En 1918 la gripe española causó 50 millones de muertes, más que en la Primera Guerra Mundial y afectó a 5 millones de jóvenes, según BBC. Se afirmó que el estrés causado perjudicó el desarrollo de los fetos de madres contagiadas.
Aproximadamente 3.500 alemanes luego de combatir entre 1939 y 1945, período de la Segunda Guerra Mundial, se suicidaron. Debido al trauma de perder a sus esposos algunas mujeres desarrollaron trastorno de sueño prolongado, según ABC Cultura.
El síndrome respiratorio agudo (SARS) en 2003 causó parálisis de sueño en una quinta parte de la población mundial, según psicólogos de King’s College de Londres. La gripe porcina en 2010 provocó estrés postraumático e insomnio como reacción a las 18 mil muertes ocurridas, según Mercedes Ríos, especialista en Ciencias de la Salud. El ébola en 2016 generó pesadillas en quienes cumplían aislamiento.
Vigilia en cuarentena
Francisco Blanco, Magister en sociología, expresó que la cuarentena altera el patrón de sueño y según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Internacional de Trabajo (OIT) el descanso genera salud, bienestar, buen humor y productividad.
Melinda Herrera, especialista en psicología cognitiva, destacó que es normal padecer insomnio durante una pandemia. Detalló que es consecuencia de estados de preocupación sostenidos en el tiempo, lo cual deriva en estrés e incertidumbre.
Herrera explicó que existe espacio para el ocio, no hay control ni límites e incluso el horario de alimentación se modifica. Indicó que la mala distribución del tiempo deriva en menor productividad y mayor dispersión, y lo que influye no es el tiempo libre, sino el uso descontrolado de este.
En cuarentena existe tendencia a usar dispositivos electrónicos en horario nocturno como forma de negación a la realidad, por ello los jóvenes se refugian en la tecnología, según María López, psicólogo especializado en jóvenes, es una reacción evasiva que demuestra que el virus impacta en ellos y desestabiliza su rutina de sueño.
Exceso de pantalla
Las consecuencias se reflejan en la convivencia. Según Luz Salazar, madre de dos adolescentes, no concilia el sueño y se preocupa por el rendimiento de sus hijos. “Duermen a las 5:00 a.m viendo series en Netflix y despiertan tarde”, expresó. Según CNN, la plataforma generó 709 millones de dólares desde que inició el virus.
“Cuando falla el internet golpean la pared”, dijo Salazar. Afirmó que es bioanalista y que la falta de sueño y ausencia de luz solar provoca mal humor. Según la fundación Psicólogos Sin Fronteras es recomendable tomar 20 minutos de sol al día para elevar la vitamina D.
Esto repercute en el ámbito cognitivo, según María Mendoza, psicólogo clínico. Claudia Ramos, madre de tres, nota que sus hijas se desvelan y despiertan en la noche. “Son menos productivas desde que se modificó su horario y me preocupa”, afirmó.
La incertidumbre aumenta, Rodolfo Rocha, estudiante en la Universidad Santa María, duerme a las 5:00 a.m pensando en sus estudios. Según La Voz América, diario digital, 76 universidades en Latinoamérica han pospuesto sus fechas de inicio. Rocha agregó que arma rompecabezas aunque no lo logra con facilidad debido a su poco descanso.
Vista al futuro
“Los efectos pueden detectarse años después”, afirmó Samantha Brooks, estudiante de psicología en King’s College de Londres. En un futuro puede dar pie a la aparición de trastorno obsesivo-compulsivo o síndrome de Tourette, según Fundación Venezolana para el Avance de la Psicología.
Los efectos a largo plazo existen, afirmó María Mendoza, psicólogo clínico. La cuarentena impacta en el equilibrio mental y a partir de diez días de aislamiento aumentan. “La falta de control sobre lo que sucede en el exterior genera incertidumbre y produce estrés”, expresó.
Mendoza añadió que las ondas que transmiten los dispositivos tecnológicos causan hiperactividad en el sistema nervioso, lo que retrasa la llegada de sueño y altera el reloj biológico.
Virus versus Morfeo
Los expertos afirman que desde que inició la cuarentena los jóvenes han experimentado insomnio, estrés y ansiedad, lo cual repercute en su rendimiento y proceso de aprendizaje, la rutina es fundamental para establecer estructura y control. Según ílex López, fundador de PsicoLink, plataforma digital de ayuda psicológica, esta ha aumentado sus visitas en un 40%.
Los psicólogos advierten que se debe intentar retomar un horario que no perjudique el reloj biológico debido a que en un futuro esto puede generar trastornos. Recomiendan utilizar el tiempo libre de manera provechosa para no incurrir en distracción exagerada y establecer límites cuando se utilice la tecnología.
Indican que la socialización en el hogar es fundamental para no aislarse, la interacción humana es necesaria para mantener un ritmo de vida adecuado a pesar de vivir una pandemia y es un proceso humano que debe realizarse para mantener la normalidad.
Convivencia propia
Darío Jaimes, estudiante de psicología en la Universidad Central de Venezuela, expresó que la cuarentena obliga a las personas a convivir con sus familiares y con ellos mismos, por lo cual se ven cada vez más sobrecargados de pensamientos.
Dijo Jaimes que factores como la caída económica se presentan en la mente y la ansiedad aumenta debido a que esperan una pronta solución. “La calma viene de lo que cambia en nosotros, no de lo que debemos cambiar fuera. Se vive un día a la vez”.
* Viviana Perrone es estudiante de la Universidad Monteávila