Capellán Franceschi: Para tener paz es necesario perdonar

Capellan1 paz

Marí­a Gabriela Esculpi.-

Videos y fotografí­as: Lourdes ílvarez.-

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Para el nuevo capellán de la Universidad Monteávila, Noel Franceschi, el perdón es fundamental para sanar heridas, para crecer como personas y sociedades. Reconoce que la situación actual del paí­s no es la mejor y puede generar desesperanza entre muchas personas, especialmente los jóvenes, a quienes invita a reecontrarse con Dios para fortalecer el espí­ritu y comprender las pruebas que puede colocar en sus caminos.

Al mismo tiempo les recuerda que “Dios nunca deja a sus hijos solos” y que “no hay paz sin justicia y no hay justicia sin perdón”, como bien dijo en su momento Juan Pablo II. Palabras que toma para él para destacar la necesidad del reencuentro con el otro, mediante el encuentro con Dios.

El padre tiene poco tiempo recorriendo los pasillos de la universidad, ha tenido experiencias anteriores en espacios donde reina la juventud, se siente a gusto con su tarea actual y desea con gran fervor que el joven umaí­sta conozca la maravilla de la confesión, o retome su costumbre.

Franceschi tiene 55 años y arribó a la universidad en lugar del padre Javier Rodrí­guez, quien debió retomar obligaciones en Maracaibo. El padre Franceschi se verá por estos espacios de lunes a viernes, en horas de la mañana, y miércoles y jueves, en la tarde, para ponerse a disposición de los integrantes de la comunidad umaí­sta.

El nuevo capellán es un amante a la lectura. En los últimos años leyó los libros de Harry Potter y el Señor de los anillos. Así­ mismo, disfruta de historias noveladas, además ama subir a la montaña, especialmente El ívila.

Reconoce que los 26 años que lleva en el sacerdocio han sido de “mucha movilidad”. En este tiempo ha compartido responsabilidades en varias iglesias caraqueñas, así­ como distintos colegios, incluso en una institución educativa en Ecuador y una residencia universitaria.

¿Qué fue lo que lo motivó a dedicarle la vida a Dios?

El mismo Dios. Antes de ser sacerdote estudié derecho en la Universidad Católica Andrés Bello, luego me fui a Barquisimeto a trabajar como abogado, pertenecí­a al Opus Dei, y lo que habí­a pensado era santificarme a través de mi trabajo como abogado. Luego me preguntaron si querí­a ir a Roma a estudiar un doctorado en Filosofí­a y ya en Roma me decidí­ a ser sacerdote, llevando a cabo un cambio de carrera.

No es la primera vez que está en una comunidad universitaria

Antes estuve es en una residencia universitaria, pero no en una universidad. Esta es la primera vez que trabajo en una universidad como capellán. Sí­ estuve en varios colegios.

¿Cuál es la diferencia entre cura y capellán?

Se le suele decir cura al sacerdote, capellán es el tí­tulo que recibe el sacerdote fuera de una parroquia. Capellán de un hospital, capellán de una escuela, el oficio que desempeña que no es en una parroquia propio de muchos sacerdotes.

¿Cómo ha sentido la universidad?

Muy bien, la verdad es que el ambiente ha sido muy grato, simpática, la gente es muy cercana, mucha gente me agarra en el pasillo y me dice: ¡Padre! ¿Cuándo puedo hablar? O padre me quiero confesar. Al mismo tiempo me encuentro con gente que me ve con recelo, pero es porque o no son católicos o no tienen practica de su fe, o en su defecto, no conocen lo que es una fe católica.

¿Cuáles son sus planes para la universidad?

La ilusión más grande que tengo es que todos los estudiantes católicos de esta universidad se confesasen. El sacramento de la confesión es maravilloso y mucha gente no lo conoce, ya que es el sacramento a través del cual el sacerdote consigue el perdón de Dios y hay cercaní­a a través del sacerdote.

Me gustarí­a que todos los estudiantes de esta universidad perdieran el miedo a hablar con el sacerdote y, si no es católico, que lo vean como un consejero, un amigo, alguien que les puede echar una mano y si son católicos que reaviven su fe, hagan el sacramento de la confirmación.

Verme como una persona al servicio de ellos, que les echa una mano, que los puede ayudar para escuchar sus problemas, para darles ánimos y darle la gracia de Dios

¿Con este contacto tan cercano, cómo ve a los jóvenes?

En estos dí­as casualmente estaba leyendo las palabras de un sacerdote vicario general del Opus Dei en Roma que dice que hay que tratar el problema de los jóvenes de cómo ellos ven la vida, cómo ven ellos la situación actual, cómo ayudarlos en sus crisis, en sus problemas de la vida diaria.

Este sacerdote dice que una de las causas es escuchar. Los jóvenes necesitan que los escuchen, no solo oí­rlos, sino ponerles atención, meternos en sus problemas y ayudarlos a solucionarlos, pero para eso el joven debe hablar y mi misión es entrar en el encuentro con los jóvenes para que hablen.

Una persona que los escuche y que no los va a regañar y darles un consejo. ¿Cuál es la misión del sacerdote? Parecerse a Cristo y Cristo pregonaba, atendí­a, escuchaba y estaba rodeado de gente joven todo el tiempo porque él los escuchaba.

*Marí­a Gabriela Esculpi es estudiante de la Universidad Monteávila

*Lourdes ílvarez es estudiante de la Universidad Monteávila

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