Carlos García Soto.-
El 19 de abril de 1810 es reconocido como el primer acto formal del proceso de independencia de Venezuela, a través del cuestionamiento que realizara el Cabildo de Caracas de la autoridad del Capitán General de Venezuela, Vicente de Emparan.
Muy resumidamente, los sucesos son los siguientes.
El Cabildo de Caracas convoca el 19 de abril, Jueves Santo, a una reunión extraordinaria para analizar las consecuencias para la Capitanía General de Venezuela de la disolución de la Junta Suprema de España y la abdicación del Rey Fernando VII. La intención original sería que Vicente de Emparan dirigiera una Junta de Gobierno que se opusiera a la ocupación que Napoleón Bonaparte había logrado sobre España, y que había provocado la abdicación del Rey español Fernando VII y la asunción al trono de José I, hermano de Bonaparte. Sin embargo, durante el día se fue constatando que las posiciones de Emparan y sus funcionarios, de un lado, y las de los caraqueños, del otro, eran irreconciliables.
El Cabildo de Caracas cuestiona la autoridad de Vicente de Emparan y, en medio de la confusión, y luego de recibir diversas recriminaciones, éste pregunta, desde la ventana del Ayuntamiento, a las personas congregadas en la Plaza Mayor (hoy Plaza Bolívar de Caracas) si querían que él siguiera mandando. Las personas allí congregadas, alentadas por el sacerdote José Cortés de Madariaga, contestaron que no. Entonces vendrá la célebre frase de Emparan: “Pues yo tampoco quiero mando”. Emparan renuncia y viaja a España.
Los sucesos darán entonces lugar a la formación de la Junta Suprema de Caracas, “defensora de los derechos de Fernando VII”, a cuya cabeza se colocarán los dos alcaldes del Cabildo Municipal. La Junta será replicada en otras provincias de Venezuela. El 2 de marzo de 1811 se formaría el primer Congreso de Venezuela, que sustituyó las labores de la Junta Suprema de Caracas, y que luego declararía la Independencia de Venezuela el 5 de julio y dictaría el 21 de diciembre de ese año 1811 la primera Constitución de Venezuela.
Parte fundamental de la jornada fue la firma de un acta, en la que se reflejan los acontecimientos. El acta, si se quiere, refleja el carácter civil de los primeros movimientos independentistas. De hecho, el acta será firmada incluso por el propio Emparan.
Como es sabido, pronto la Junta Suprema de Caracas cambiaría de tercio: ya no querría defender los derechos de Fernando VII, sino buscar la independencia de España, como se vería en los sucesos de los meses siguientes.
En todo caso, el 19 de abril fue un acto esencialmente civil, que daría inicio a una gesta de carácter civil, antes que militar. Los sucesos que ocurren entre 1810 y 1812 son todos de carácter civil, y están sustentados de forma magistral mediante argumentaciones jurídicas y políticas: desde la propia acta de 19 de abril de 1810, hasta la primera Constitución de Venezuela, de 21 de diciembre de 1811, pasando por el Acta de Independencia del 5 de julio de 1811 y la Declaración de los Derechos del Pueblo, también de 1811. En esos documentos puede leerse la justificación republicana del proceso de independencia, que luego tomará un camino militar, como es sabido.
Como lo ha advertido el profesor Allan R. Brewer-Carías, en la presentación al libro colectivo La Independencia y el Estado Constitucional como obra de civiles:
“El proceso iniciado el 19 de abril de 1810, fue enteramente obra de civiles, y de civiles bien ilustrados, formados en nuestras tierras, quienes armados con los principios del constitucionalismo moderno que venían de emanar de las revoluciones norteamericana y francesa de finales del siglo XVIII, se pusieron a concebir un Estado constitucional moderno de las ruinas del régimen colonial español. Antes, ello sólo había ocurrido en la historia moderna, con la Constitución de los Estados Unidos de Norteamérica”.
Nunca está de más recordar algo que quizá a veces olvidamos como sociedad: nuestro origen como República fue primero una idea, un argumento, un documento.
*Carlos García Soto es profesor de la Universidad Monteávila