Postales de Praga | “Ser rico es malo”, dijo el presidente…

Felipe González Roa.- 

Mala es la pobreza material. Muy mala. Foto: Pluma

“Ser rico es malo”, dijo el presidente. Las masas, enardecidas por el discurso embravecido, aplaudieron, pero probablemente no escucharon.

El presidente, embriagado de éxito de popularidad, tal vez tampoco prestó atención a sus palabras. Quizá sí­. Y ese es precisamente el drama.

“Ser rico es malo”, dijo el presidente…. Pero no, realmente la maldad no descansa en circunstanciales posesiones materiales. No hay malicia en el oro y en la plata, ni en la seda ni en el terciopelo.

Malo es realmente ser indolente.

La maldad está en aquellos que, con los bolsillos lleno de dinero, se muestran indiferentes ante el dolor ajeno; que no sienten la pena de los que cuentan con cuidado las pocas monedas que tienen en las manos; que deben elegir entre comer o pagar el autobús; que deben renunciar a sus estudios por carecer de los recursos suficientes para cancelar una matrí­cula; que mueren de mengua en los desbaratados hospitales o a la espera de una inaccesible medicina.

Mala es la pobreza material. Muy mala.

La maldad está en ir a un mercado y notar que el dinero ya no alcanza para comprar un mendrugo de pan; en tener que escarbar en la basura para, entre desechos, hallar algo de alimento; en no tener zapatos ni camisa, en no tener un techo donde guarecerse del frí­o, una cama donde poder descansar por las noches.

Malo es tener un espí­ritu pobre. Eso sí­ que es malo.

La maldad está en regodearse en placeres banales; en sentirse más importante solo por manejar una camioneta 4X4 o por poder beber whisky importado; en no aprovechar las oportunidades que te ofrece el trabajo y el estudio esforzado; en no apreciar el sacrificio de terceros; en actuar egoí­stamente, robar y engañar, solo para mantener una vací­a apariencia.

Malo es no querer aprender. Desdeñar el conocimiento es ya perverso.

La maldad llega al éxtasis en aquellos que se enredan en la pereza y se alejan del pensamiento; en los que creen que más fácil es culpar a otros y no reflexionar sobre lo que está pasando, que no hacen el mí­nimo esfuerzo por conocer un poco más, que huyen de los libros y jamás pisan una biblioteca, que se alejan de los museos y denigran de la escuela y, a veces, también de la universidad.

Porque ciertamente todo esto sí­ que es malo, pero peor es limitarse al lamento sordo.

La maldad está en rendirse sin intentarlo, en bajar la cabeza ante el abuso, en desanimarse y no luchar contra lo injusto, en dejar despojarse de todo, de la dignidad y de la esencia de ser humano, en apagar la rebeldí­a ante todo aquello que sabemos incorrecto. La maldad está en permitir el triunfo de los malos.

“Ser rico es malo”, dijo el presidente…. Hoy debemos darnos cuenta que lo malo es someter a un pueblo a la más absoluta de las pobrezas.

*Felipe González Roa es director de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Monteávila.

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