Virginia Beatriz Rivero Schmilinsky.-
¡Hola Gente! Espero que estén bien y que los últimos meses hayan sido geniales, dentro de lo que cabe. Hoy vengo a hablarles sobre una serie película del año pasado que en mi opinión debió ganar mejor película animada en los premios de la Academia. Desde que la vi en el cine, la amé. No es la clásica película animada que sólo entretiene, tiene una carga cultural increíble y fue realizada con una mezcla de Animación 3D y Stop Motion.
De la compañía productora Laika, escrita por Marc Haimes y Chris Butler, producida por Travis Knight y Arianne Sutner y dirigída por Travis Knight llegó a los cines de Venezuela y el mundo “Kubo y la búsqueda del samurái” (en su idioma original: Kubo and the Two Strings). Esta historia de aventura y fantasía que dura 102 minutos nos lleva a un mundo fantástico basado en Japón y se estrenó el día 19 de agosto de 2016.
El filme cuenta la historia de un niño llamado Kubo al que le falta un ojo y vive en una cueva junto a su madre enferma. Todas las mañanas levanta a su mamá, le da de comer y va al pueblo a contar historias para ganar dinero. Durante la noche su impávida madre, que parece estar en un estado vegetativo la mayor parte del tiempo, reacciona y le cuenta historias sobre su padre; además de recordarle que siempre debe regresar antes de la puesta del sol pues, de lo contrario, sus tías serían capaces de encontrarlo.
Como es de esperarse, tenemos nuestro primer punto de giro un día en que a Kubo se le hace tarde. Inmediatamente después de la puesta del sol, sus tías hacen acto de presencia y comienzan a seguirlo mientras intenta correr a casa. De esta forma, la persecución continúa hasta que la madre de Kubo aparece y logra frenar a sus hermanas lo suficiente para hechizar la ropa del niño de forma que lo lleve lejos del pueblo.
Creo que lo que más me gusta de esta película es la forma tan maravillosa en que se presenta la cultura japonesa. No es como en los animes, dónde muchas de las cosas que vemos son exageraciones de ciertos aspectos de la vida japonesa que sirven para que la animación no necesite de diálogos para que se entienda lo que está sucediendo. Kubo, en cambio, es mucho más sutil e intenta presentárnosla de la forma más fiel a la realidad posible.
Además, es una película que habla de la vida y la muerte, la perseverancia y el perdón.
Espero que tengan dos semanas súper productivas, y bienvenidos a un nuevo año de PaperFilm.
*Virginia Beatriz Rivero Schmilinsky