Violencia no ofrece soluciones reales a la crisis en Venezuela

Laura Méndez Sarramera.-

Protestas han visto enfrentamientos entre la GN y los manifestantes. Foto: Rubén Sevilla Brand

La oposición venezolana ya cuenta con más de 70 dí­as de protestas en la calle. Sus lí­deres han definido sus convocatorias como una lucha “pací­fica” por considerarla como “la única que va a rendir frutos”, según indicó el gobernador Henrique Capriles Radonski. Sin embargo, en las últimos semanas ha aumentado la cantidad de hechos violentos, atribuidos a la represión por parte de cuerpos de seguridad del estado, acciones radicales de la ciudadaní­a y escraches de venezolanos en el exterior a familiares, figuras públicas y funcionarios que apoyan el actual gobierno.

En declaraciones ofrecidas este 20 de junio en la emisora Unión Radio, la fiscal general Luisa Ortega Dí­az contabilizó 74 fallecidos y 1.413 lesionados (1.138 civiles y 275 efectivos de cuerpo de seguridad) en el marco de las protestas que se iniciaron en abril.

El gobierno nacional acusa a la oposición de utilizar jóvenes y financiar grupos violentos radicales. Recientemente el presidente Nicolás Maduro anunció que enviarí­a una carta al papa Francisco para que “la oposición cese su violencia y deje de buscar niños para incorporarse a actos violentos”. Acorde con el balance presentado por el Ministerio de Información y Comunicación, del 6 de abril al 6 de junio en las en el contexto de las manifestaciones se contabilizaron 80 muertos, de los cuales, según el informe oficial, 54 no eran parte activa de la protesta, El texto no aborda la represión de la Guardia Nacional.

El gobierno sugirió como solución una mesa de diálogo, pero la oposición se negó aceptar ya que previamente este mecanismo solo ha aplacado las protestas y no ofrece soluciones reales.

El 1° de mayo el presidente Maduro anunció la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente para, según indicó, alcanzar la “paz”. Sin embargo este hecho ha desencadenado más protestas.

El sociólogo Roberto Briceño-León advirtió que la violencia solo generará más violencia, independientemente de qué sector de la sociedad decida transitar por este camino. Una posición similar expresó el también sociólogo Trino Márquez, quien, empero, acotó que actualmente la violencia es propiciada por el gobierno, no por los ciudadanos.

“Creo que es importante entender esta diferencia porque quien ha iniciado la violencia no son los ciudadanos que protestan y se han acogido a la Constitución, que garantiza la protesta pací­fica para manifestar su disconformidad con el gobierno”, apuntó Márquez.

Márquez afirma que la violencia la genera el gobierno. Foto: Emmily Sánchez

“El gobierno ya no tiene ninguna otra polí­tica que no sea la represión. Prácticamente la única polí­tica que aplica el gobierno es la coerción, la represión abierta y la incluso brutal como hemos visto en los dí­as recientes. Hay que establecer las responsabilidades y la responsabilidad mayor la tiene el gobierno”, agregó.

Para Márquez el gobierno no ha dialogado y no ofrece alternativa democrática para lograr una solución. Afirmó que el Ejecutivo ha asumido una actitud “arrogante, soberbia y autoritaria”, estimulando a que el venezolano prefiera la venganza ante la justicia.

“El gobierno con esa actitud represiva que mantiene está haciendo que mucha gente piense que para que haya justicia tiene que tomarse la justicia por sus manos y eso lo hemos visto últimamente  con el escrache, con el bullying que se ha producido en algunas partes, en algunos sectores de Venezuela y sobre todo en algunas ciudades del exterior”, indicó.

El sociólogo advirtió que este mecanismo es extremadamente peligroso y enfatizó que uno de los objetivos que deben perseguir los venezolanos y un nuevo gobierno es que la justicia sea aplicada por los mecanismos jurisdiccionales y que se restablezca el estado de derecho, en el que los acusados tengan derecho a la defensa y se garantice el debido proceso.

”En un paí­s donde no impera la justicia lo que tiende a dominar es el caos, la anarquí­a y la venganza personal. Esto conduce a una violencia ciega que causa destrozos en la sociedad, entonces es conveniente que el paí­s lo más pronto posible establezca el estado de derecho”, comentó.

Briceño-León, quien dirige el Observatorio Venezolano de la Violencia, aseguró no tener criterios para determinar si el venezolano prefiere la venganza ante la justicia, pero afirmó que, en lí­neas generales, esta última es exigida hoy por la ciudadaní­a.

“Lo que pasa es que tenemos muchos años donde no hay justicia y eso es lo que hace dudar y por eso hay brotes particulares de situaciones de venganza”, indicó.

Briceño-León advierte que la violencia solo genera violencia. Foto: Ernesto Garcí­a/Cortesí­a

El experto aseguró que hay que restaurar la noción de  justicia para la resolución de conflictos y fortalecer las ví­as pací­ficas para solucionar los problemas. A su juicio hay que partir del respeto de las normas constitucionales y legales, la sanción a los delincuentes, y la promoción de caminos que no alienten el uso de la fuerza ni de las armas.

“Esos son los únicos mecanismo que quedan para pacificar una sociedad. Si el poder desea perpetuarse sin respetar las reglas, hay conflicto; si alguien quisiera cambiar el poder sin respetar las reglas, también hay conflicto. Lo que vivimos hoy en Venezuela es una situación donde el poder busca perpetuarse irrespetando las reglas y eso es violencia”, aseveró.

Briceño-León afirmó que existe el derecho a la legí­tima defensa y las formas represivas tienen sus parámetros. Indicó que la dificultad se presenta cuando la represión deja de actuar sobre los cánones permitidos para contener y cuando se ejecuta para socavar lo que son los derechos a la protesta.

“Existe el derecho a la rebelión y siempre lo ha existido, y en la historia humana siempre ha existido que cuando se intentan socavar los derechos los pueblos reaccionan de muchas maneras. Yo lo que creo que en todo momento hay que tener presente cómo no convertirse en una fuente de más violencia, cómo convertirse en una fuente que busque pacificar sin tener que renunciar a la defensa de los derechos y a la defensa de la libertad”, recalcó.

Márquez aseguró que es importante que el ciudadano entienda que la represión es un instrumento dirigido a doblegar la voluntad, a sembrar  el miedo entre los manifestantes y entre los ciudadanos en general.

“Hay que evitar que la represión se apodere de la gente y la desmovilice o la inmovilice. Es necesario que la gente se organice porque este gobierno está decidido a reprimir para tratar de acabar con las protestas e imponer el proyecto de constituyente y de Constitución que vendrá acompañado de la constituyente, entonces junto a fortalecer las fibras internas y la solidaridad externa, hay que organizarse de modo que la represión tenga el efecto menos letal, menos nocivo posible”, apuntó.

* Laura Méndez Sarramera es estudiante de Comunicación Social de la Universidad Monteávila.

* Rubén Sevilla Brand es estudiante de Comunicación Social de la Universidad Monteávila.

* Emmily Sánchez es estudiante de Comunicación Social de la Universidad Monteávila.

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