La OTAN, Trump y Rusia

Arturo J. Jáuregui Beyloune.-

La OTAN nació en el contexto de la Guerra Frí­a. Foto: photopin (license)

La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN, en inglés North Atlantic Treaty Organization, NATO) se crea mediante el Tratado del Atlántico Norte, mejor conocido como el Tratado de Washington, en 1949. En aquel momento el acuerdo fue subscrito por 12 paí­ses de Norteamérica y Europa. En la actualidad posee 28 paí­ses miembros.

Cuando los primeros paí­ses miembros fundaron esta organización lo hicieron “decididos a salvaguardar la libertad, la herencia común y la civilización de sus pueblos, basados sobre los principios de la democracia, las libertades individuales y el imperio de la ley (…). Resueltos a unir sus esfuerzos para la defensa colectiva y la conservación de la paz y la seguridad” (inicio del Tratado de Washington de 1949). Lo que efectivamente se plantea como objeto del acuerdo es la defensa colectiva, la cual se establece en su artí­culo 5°.

Artí­culo 5.

Las Partes acuerdan que un ataque armado contra una o más de ellas, que tenga lugar en Europa o en América del Norte, será considerado como un ataque dirigido contra todas ellas, y en consecuencia, acuerdan que si tal ataque se produce, cada una de ellas, (…), ayudará a la Parte o Partes atacadas.

El potencial ataque que podí­an sufrir estos paí­ses hubiese provenido de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), con lo cual era necesaria la Alianza del Atlántico Norte en virtud de la tensión internacional que persistió desde 1949 hasta la extinción de aquella en 1991. Después de que el potencial enemigo que pudiese haberlos atacado desapareciera, se pudiese creer que ya no habrí­a verdadera amenaza que motivase una alianza de defensa colectiva. Eso fue así­ hasta el 11 septiembre del 2001 por los conocidos ataques terroristas de la fecha. Fue en ese momento cuando los Estados Unidos de América invocó por primera vez el artí­culo 5° del tratado, siendo también la primera vez que se invoca en la historia de la alianza. A causa de esos ataques la OTAN ha reformulado sus objetivos.

La OTAN y Rusia

Desde la disolución de la URSS la OTAN ha intentado establecer relaciones diplomáticas de colaboración con Rusia. Efectivamente ha habido varios logros al respecto, por ejemplo la unión de Rusia al Consejo de Cooperación del Atlántico Norte en 1991, la creación del Consejo OTAN-Rusia en 2002, entre otros. A pesar de los esfuerzos, las relaciones se vieron truncadas en 2008 por las acciones militares rusas en Georgia y luego, después de cierta reconciliación, en 2014 por el enfrentamiento entre Rusia y Ucrania en relación con la pení­nsula de Crimea. No ha habido restitución de las relaciones desde esa fecha.

La OTAN y el presidente Trump

Cuando inició la contienda por las elecciones presidenciales entre el republicano (y a la postre ganador) Donald Trump y la demócrata Hilary Clinton no faltaron las posturas referentes a la OTAN. Las del ahora presidente de la nación norteamericana versaban sobre un inquietud de él en virtud de, fundamentalmente, dos aspectos: primero, la obsolescencia de la organización por el hecho de que el objeto con el cual se fundó ya no era vigente; y, segundo, por el presupuesto de la organización que obliga a los Estados Unidos a pagar el 22% del mismo. Los comentarios de Trump cuando era candidato simplemente mostraron que iba a estudiar la situación de la OTAN con la finalidad de corroborar si era verdaderamente necesaria la permanencia de los Estados Unidos en la Alianza del Atlántico Norte.

Después de la juramentación como presidente de Donald Trump, el 20 de enero, su primera reunión con un jefe de gobierno de otra nación fue con la primera ministra británica, Theresa May, el pasado 26 de enero. Dentro de los diversos temas que conversaron estuvo el de la OTAN. La primera ministra confirmó que contaba con el 100% del apoyo del presidente de los Estados Unidos para continuar con las labores de defensa colectiva de la alianza, información que corroboró el mandatario norteamericano.

En la misma rueda de prensa se le preguntó a Trump su acercamiento con el presidente ruso Vladimir Putin y si tení­a algún planteamiento referente a las sanciones económicas vigentes de Washington sobre Moscú en virtud del conflicto con Ucrania. Trump respondió que sus intenciones son formar una relación positiva y de beneficio común con su homólogo ruso, aunque también dijo estar consciente de que es posible que no ocurra. En lo que respecta a las sanciones, dijo que era muy temprano para haber de eso.

El recién juramentado presidente ha mantenido la postura sobre la relación con Rusia desde el inicio de la campaña hasta ahora. Sin embargo, no comentó nada en la rueda de prensa del jueves de su inquietud con la vigencia de la OTAN.

Queda esperar el desarrollo de los eventos en los dí­as venideros.

* Arturo J. Jáuregui Beyloune es estudiante de Derecho de la Universidad Monteávila.

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