El teletrabajo requiere autorregulación

Nabor Ruiz Tovar.-

Trabajar desde casa suena oní­rico y cómodo, sin embargo, existen aristas ocultas que si no se toman en cuenta, muchas veces pueden perjudicar no solo el rendimiento de la persona, sino, además, la propia estabilidad del empleo.

Y es que eso de levantarse de la cama, y sentarse a la computadora, requiere de una preparación fí­sica y mental, que permita el enlace laboral bajo ciertos parámetros y ciertas reglas que hagan fluir las actividades sin estrés ni frustración.

Por ejemplo, antes de sentarse a laborar ya se deben haber cumplido las rutinas mañaneras de aseo, alimentación y otras como el traslado de los niños y la atención a las relaciones familiares. Todo para ir organizadamente al desempeño planificado durante el dí­a y poder cumplir un horario, previamente establecido.

La mayor queja de las personas que teletrabajan, muchas veces tiene que ver con la extensión de las labores más allá del ritmo y tiempo habitual, lo que afecta el ciclo natural del cuerpo.

Y es que, trabajar en labores inmersivas que requieran altas dosis de concentración hace olvidar el tiempo dedicado, por lo que es fácil excederse en las horas de trabajo. Otras veces es que el trabajador se debe adecuar al ritmo de otras personas, inclusive que estén en otros husos horarios, lo que también descontrola la planificación.

Lo cierto es que el teletrabajo requiere una exhaustiva organización para que no se convierta en una hidra de varias cabezas y obligue a la persona a rogar por la normalización y el acudir a una oficina de 8 am a 5 pm.

También hay que tener en cuenta que el teletrabajo es una herramienta para ganarse el pan y cumplir unas metas especí­ficas, no es un modo de vida social que obligue a la persona a convertirse en un periférico más de su computadora.

*Nabor Ruiz Martí­nez

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