La transmisión de los estilos de gobierno y VIII

Reflexiones Universitarias

Fernando Vizcaya Carrillo.-

Los fracasos en los gobiernos que hemos sufrido en las últimas décadas son evidentes. Basta abrir un poco los ojos y reflexionar sobre las cosas que hemos sufrido, en los servicios públicos, la inseguridad personal y una economí­a desquiciada. Surgen preguntas sobre el porqué nos equivocamos tanto.

Si revisamos un poco nuestro paí­s y su estructura educativa formal, nos encontramos en que es precisamente lo contrario a la formación para la democracia lo que se implementa. Quizá falta la madurez necesaria en los dirigentes y en los educadores, entendida ésta como la suficiente capacidad de pensamiento crí­tico y serenidad en las pasiones que den cauce para el diálogo, y por ví­a de consecuencia, produciendo la flexibilidad necesaria para educar en la libertad, a los educandos, produciendo al final en los jóvenes las caracterí­sticas enunciadas antes, (serenidad de espí­ritu y pensamiento crí­tico) de manera proporcional. En todo caso, el sistema educativo nuestro en su fracaso, es palpable y trágico. “La vida como realidad, es absoluta presencia: no puede decirse que hay algo si no es presente, actual. Si, pues, hay pasado, lo habrá como presente y actuando ahora en nosotros” (Briceño Iragorri. El Caballo de Ledesma.)

La verdad de la historia es fáctica, no racional, por consiguiente, sólo puede ser sustanciada mediante signos, según el modo en que cada dato individual y existencial haya de ser considerado, propiamente no puede conocerse ni mediante la demostración, es una variante que depende de la verdad de la filosofí­a adoptada por el historiador (Marrou)” Filosofí­a de la Historia. Maritan, 23

Creo que actividades como esta mantienen viva a la patria. La pregunta que impulsa a mejorar una acción, un método, una forma de vivir, es lo único, que puede hacernos volver a tomar un rumbo acertado.

Para concluir creo firmemente que necesitamos docentes con verdadero amor a la patria y eso lo entiendo así­: espí­ritu de servicio, estudio serio y constante, responsabilidad en la labor hecha, y competencia para la transmisión, que incluye erudición en los textos originales y arte pedagógico.

Fernando Vizcaya Carrillo.-

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