Luigi Bitteto.
Después de escuchar previas como “la Copa América de Messi”, “el proceso uruguayo” o “la Colombia de James y Falcao con Queiroz”, se llegó a una final con una selección brasileña que no llenó las expectativas de sus aficionados y en 90 minutos borró las críticas que pesaron sobre ella. Del otro lado estuvo un sorpresivo Perú, que en la fase de grupos no mostró un fútbol espectacular y el empate contra Venezuela bajó aún más sus expectativas.
Roberto Tobar, árbitro del encuentro, daría el pitazo inicial y Perú marcaba la pauta de lo que sería su juego casi todo el primer tiempo, presionar a Brasil arriba en su campo y dificultarle la salida, algo contraproducente ya que se le notaba el cansancio a algunos jugadores cruciales en el once inicial, como Yotun, Guerrero, Cuevas, Luis Advincula o Renato Tapia. Esto se demostraría en el primer gol de Brasil, en el minuto 14, con un pase diagonal hacia el área donde definiría Everton Luis, el primer tanto de la “canarinha”.
Brasil buscaría siempre jugar por abajo, apostar por el regate, el buen toque y el “jogo bonito”, que caracterizaba a la selección y que en estos últimos años no ha dado resultados. Perú con presión y centros al área buscaba a Paolo Guerrero, pero no llegaba ni el buen juego ni el gol, un penal por una mano poco clara en el área y aclarada por el VAR, seria convertido por Guerrero y le daba un respiro a Perú, que duraría poco por una contra de la “Verde Amarela”, un minuto después del empate se volvían poner a arriba con gol de Gabriel Jesús y terminaría el primer tiempo con 2-1 a favor de Brasil.
Para el segundo tiempo, Perú retrasaría la presión hasta el medio campo y el partido se estancaría en esa zona del campo, de momentos parecía que el partido se le iba a Brasil ya que no lograban volver a instalar ese juego de toques y regates que mostraban en el primer tiempo, la situación se agravaría con la doble tarjeta amarilla y, por ende, roja que le mostrarían a Gabriel Jesús, y que tras algunas repeticiones se demostrarían que la expulsión no era tal.
Perú con los cambios apostaría por un 4-2-4, Brasil por un 4-4-1, pero no se cerraba atrás y seguiría buscando los toques, omitiendo un poco el regate. Perú no sabría aprovechar las ventajas de su superioridad numérica y Brasil empezaría a atacar, esto resultaría en un penal cobrado por Richardlison y que materializaría el 3-1, este resultado sellaría a Brasil como campeón de la Copa América 2019.
*Luigi Bitteto es estudiante de la Universidad Monteávila
*Fotografía: Cortesía