Luis Sánchez.-
El secretario de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), monseñor Trino Fernández, pide pensar en el país para encontrar una solución. También menciona que Venezuela necesita buenos políticos, comprometidos y que deben ser más serios al atender las necesidades del pueblo.
Manifestó que se debe recuperar la autenticidad del discurso y que la sociedad se encuentra ante “la dictadura de las minorías” y ante una sociedad “liquida” que se va por lo más sencillo y por el permisivismo, que es consecuencia directa del relativismo.
Aseguró que el trabajo de la iglesia no cesa y sigue tratando de penetrar a los pueblos con el evangelio. “La iglesia no deja solo a los venezolanos”.
¿Cree que Venezuela está en crisis por la ausencia de políticos comprometidos con el bien común?
El país necesita buenos políticos, que sean comprometidos y sepan hacer uso de los bienes que el país ha puesto en sus manos. Un político que cumpla con su deber y no simplemente a una parcialidad política, es ese uno de los problemas que de un modo inhumano ha hecho caer el 95% de la calidad de los venezolanos.
Ya casi nadie tiene acceso a los bienes de servicio porque los recursos que las personas obtienen por sus salarios no es el más justo y en eso los gobernantes deben ser más serios.
¿El papa está enterado de la situación y comparte totalmente la posición de la CEV?
Claro que sí. Los obispos estamos en comunión con el Papa, él nos apoya y nos respalda. Aunque hay tendencias en la sociedad en las que se quiere poner al Papa Francisco como alguien que está ajeno a la realidad de los venezolanos y esto es mezquino. Buscan hacer daño a la iglesia, al Papa, que está expuesto a críticas; sobre todo por los guerreros del teclado.
¿Cómo logró Caritas tener un acercamiento con el gobierno y con la Asamblea Nacional para distribuir la ayuda humanitaria?
Caritas es autónoma. Se ha ganado en el corazón de los venezolanos un lugar privilegiado porque vamos más allá de las tendencias políticas y no nos préstamos para favorecer a partidos políticos sino que queremos el bien de las personas.
Caritas ha venido haciendo este trabajo no solo desde que Venezuela tiene este problema sino desde siempre y como se ha agudizado está más presente porque cuando el enfermo está más grave los médicos se avocan.
Después de estar en dos diálogos en los que la iglesia se ha sentido burlada, como lo manifestó el secretario de estado del Vaticano, ¿estaría dispuesta a poner la mejilla setenta veces siete?
La iglesia siempre está dispuesta a buscar el bien, no simplemente se trata de poner la mejilla sino más bien poner el pellejo para que el país mejore, pero no para que nos den palo, la iglesia no busca que le den palo. Más bien la iglesia, cuando habla, busca que le dejen de dar palo a aquellos que están sufriendo y aquí no se escapa nadie.
Entonces, ¿cómo salimos de esto?, esa es la interrogante, y por eso tenemos que pensar en el país. Los políticos tienen que repensar el país porque pareciera que estamos caminando sobre una corriente de inhumanidad propia de los bárbaros, que por donde pasaban destruían todo y esto es un país que está destruido y en ese caso tenemos que ver cómo lo levantamos, cómo lo componemos.
¿Cómo se pueden formar políticos de bien para permear las tendencias que hay de aborto, matrimonio igualitario, eutanasia?
Estamos en el mundo ante la dictadura de las minorías. Hay un famoso sociólogo, Bouman, que habla de una sociedad liquida que todo se va por lo más fácil y se permite todo, el permisivismo, que es fruto del relativismo. Esto hace que se pierda la autenticidad del discurso.
El discurso se recupera cuando hay familia y eso es una cosa que tenemos que buscar. Tenemos que recomponer la familia venezolana. Hay hogares disfuncionales porque a los padres les toca irse para enviarles dinero a sus hijos y quedan con los abuelos, etc.
Y hacer un llamado a los maestros, sobre todo los católicos, que no se dejen llevar por los vientos de cualquier doctrina. Cada quien en lo privado es libre pero hay que respetar a los niños y no dañarlos como en algunos lugares se está haciendo.
¿La CEV ha recibido denuncias de abusos sexuales, tiene una puerta de atención a las víctimas?
Sí, los obispos en cada diócesis son los responsables de llevar esto. La CEV promueve cursos de protección de menores.
La gente a veces ve el arroz y ve una pepita negra y cree que todo el arroz está dañado pero la iglesia busca cuidarlo porque es un tema en el que tenemos que ser serios y por eso la tolerancia cero del Papa Francisco ante esta situación triste en la que se ha visto envuelta la iglesia, pero la realidad del mundo va por ahí. Está más perdida que nunca.
*Luis Sánchez es estudiante de la Universidad Monteávila