Mariana Di Yorio/Carlos Muñoz.-
Video: Mary Ann González.-
Fotografía: Carla Fanelli.-
Según el Cendas se requieren al menos 900 mil bolívares para cubrir la canasta alimentaria. La inflación en la actualidad alcanza el 3% diario, mientras que el salario mínimo apenas abarca entre tres o cuatro productos, siempre que no pasen de 18 mil bolívares. Esta realidad marca la dinámica de los caraqueños, que se ven obligados a hacer maromas para cubrir lo extremadamente básico.
Precios de hoy: kilo de carne 12 mil bolívares, harina pan 2500 bolívares, cartón de huevos 10 mil bolívares, costilla de res 8 mil bolívares, arroz 2400 bolívares, pollo 5 mil bolívares, granos entre 1500 y 2500 bolívares, queso 16 mil bolívares. A esta realidad se enfrenta el caraqueño en su día a día, cubrir la dieta básica es su única prioridad.
“En Venezuela ningún sueldo llega a nada. No puedes confiarte con el precio de un producto porque lo ves en un monto y si no lo compras al momento ya puede estar hasta el doble del precio en que lo viste, o simplemente ya no aparece más, como la Harina Pan”, indicó Del Valle Palermo, clienta de una cadena de supermercados, quien reconocía su molestia al constatar los precios de los productos con sus ingresos mensuales.
La mujer asegura que hacer las compras básicas se ha convertido en una “tortura” para los venezolanos, debido a la desproporción entre el valor de los productos y el sueldo de los ciudadanos, lo que ha obligado a realizar varios tours por distintos establecimientos en busca del monto más accesible.
“Es una tortura venir para acá (supermercado), el sueldo no te alcanza para comprar los productos, pero los necesitas, ¿cómo hacemos? No es posible que en un lado tenga que ir a comprar la carne y en otro las verduras ¡Cada día se hace más difícil soportar esta situación!”, afirmó Palermo.
En la medida que el economista Luis Oliveros predecía una inflación récord para el mes de enero, superior al 200%, se puede apreciar en los distintos mercados y cadenas de supermercados la odisea de los caraqueños para abastecerse con lo básico.
En un supermercado en Los Ruices Maricela Rodríguez, cajera, comentó:” Las largas colas que se hacían en los supermercados son cosa del pasado. Las personas se llevan los productos contados y la devolución es cada día más común”.
Incluso hubo vigilantes que aseguraron que los robos son cotidianos y que entre las personas que más detectan en estas irregularidades son los de la tercera edad.
Así lo aseguró Alfredo Carvallo, quien trabaja como vigilante en un supermercado en El Cafetal: “Todos los días al menos un abuelo roba, siempre nos toca lidiar con ellos”.
El hombre de 79 años lamentó la situación, al mismo tiempo que indicó que su jubilación, su pensión y su salario tampoco le dan para comer pollo y carne, se rebusca con granos y si acaso huevos.
La hiperinflación ha obligado a muchas personas a tener dos y tres trabajos en un intento por burlar el alza de los precios y a familiares que hacen vida en el exterior a girar regularmente divisas para colaborar con los que siguen en el país; sin embargo, la crisis económica no da respiro.
El propio Fondo Monetario Internacional reconoció esta semana que la situación planteada en Venezuela es única, y que para solucionar la crisis humanitaria y económica que sufre la nación se requerirá de un amplio respaldo de la comunidad internacional y de “apoyo externo generoso”.
Así lo indicó en sus redes sociales el presidente del ente internacional David Lipton, quien agregó que el país vive una “tormenta perfecta sin precedentes de crisis alimentaria y nutricional, hiperinflación prolongada, pérdida de capital físico y humano, y problemas de deuda complejos”.
*Mariana Di Yorio es estudiante de la Universidad Monteávila
*Carlos Muñoz es estudiante de la Universidad Monteávila
*Mary Ann González es estudiante de la Universidad Monteávila
*Carla Fanelli es estudiante de la Universidad Monteávila