Ibrahím Gil.-Â
Meses después de haber perdido las elecciones por la gobernación del estado Zulia ante el candidato oficialista Omar Prieto, luego de haber sido alcalde de Maracaibo y gobernador del estado Zulia, se observa  cómo la imagen política de Manuel Rosales comienza a desvanecerse de la política nacional.
A veces resuena su nombre mezclado con chismes políticos, no de buena manera, o de algunos movimientos de su partido, como ocurrió recientemente con la salida de 10 diputados de Un Nuevo Tiempo para integrarse al equipo Prociudadanos, de Leocenis García.
El abogado y profesor Antonio Rodríguez Yturbe comentó acerca del político: “Fue considerado un tiempo el líder natural por proyección política en Venezuela, sobre todo en el primer decenio de este siglo XXI. De hecho, su partido Un Nuevo Tiempo era el que tenía mayor cantidad de adeptos. Sabemos que fue candidato presidencial y que perdió esas elecciones.”
Seguidamente señaló el cambio de actitud de Rosales luego de su aprehensión por volver al país durante su estadía en Perú: “Manuel Rosales regresa a Venezuela intempestivamente después de su exilio, sabiendo que lo iban a detener en el aeropuerto. Lo cierto es que desde entonces la actitud de Manuel Rosales ha cambiado bastante. De una oposición directa, franca, dura al gobierno, primero de Chávez y luego de Nicolás Maduro, ha cambiado a una posición bastante más conciliadora”, afirma el experto.
Rosales fue investigado por supuestos hechos de corrupción en los que incurrió cuando ejerció el cargo de gobernador del Zulia. Fue imputado y cuando le correspondía presentarse a la audiencia preliminar, donde el tribunal de control determinaría si correspondía su pase a juicio, se evadió de la justicia. Desde el 2009 permaneció en Perú hasta el 2015, que regresa al país.
Agrega: “Digamos que Un Nuevo Tiempo sigue siendo un partido de oposición, sin embargo, la posición oficial de este partido no es la de una oposición radical, sino la de una oposición a medias. De una aceptación inclusive de condiciones gubernamentales que son inaceptables porque violan de manera flagrante la Constitución venezolana. El hecho mismo de haber dicho que el juraría ante cualquier Asamblea Nacional Constituyente implica per-sé una violación de la norma constitucional, porque la propia ANC fue constituida en forma totalmente violatoria”.
El analista no cree que el líder político ni su partido Un Nuevo Tiempo sobrevivan como opción para los venezolanos, en mayor medida, a raíz de la actitud de Rosales, que tildó de colaboracionismo con las conductas violatorias a la esencia de la democracia; refiriéndose al hecho de haber aceptado juramentarse ante la Asamblea Nacional Constituyente, que observa, es fraudulenta.
“Alguien que acepta violar las normas del país, de la democracia, la Constitución, y de toda la legislación que rige este país tomando como excusa el hecho de que es la única manera que tenemos de protestar no entrega ninguna prueba de que está actuando en pro ni en beneficio de la nación. Si uno quiere cambiar un país, lo primero que tiene que hacer es actuar con rectitud y siguiendo una normativa que respete a sus conciudadanos. La función de un líder político no es ir con la marea; es guiar.”
El doctor en ciencias políticas y profesor Daniel Varnagy recuerda la carrera política de Manuel Rosales, y el tiempo en que se enfrentó en elecciones al fallecido expresidente Hugo Chávez. En aquella ocasión Rosales fue seleccionado entre otros candidatos por medio de encuestas de opinión pública en lugar de unas elecciones primarias. En el mencionado proceso salió favorecido por encima de Julio Borges y Teodoro Petkoff.
“Manuel Rosales nunca ha sido una persona de buena reputación; vinculado a intereses familiares y comerciales que ha tenido, tanto a nivel nacional como regional. Sin embargo, en algún momento se vio favorecido por su buena gestión en el estado Zulia. El perdió las recientes elecciones, y lo hace en gran medida porque el deterioro en su imagen ya era muy notorio y, también porque se ponían y se ponen actualmente en duda sus relaciones tanto con la oposición como con el gobierno. El actuó de una manera poco usual. Obtuvo libertad luego de haber estado preso por muy corto tiempo y se le ha visto en una mesa de negociaciones que está de espaldas a las necesidades de la sociedad civil. Muy probablemente no pueda volver a ganar una elección en un buen tiempo.”
Cuando se le preguntó por la vía por medio de la cual el dirigente político podría sobrevivir, el profesor Varnagy respondió: “Yo pienso que él va a asumir una participación en una especie de tercera vía que estará formada por aquello líderes políticos que ya no tendrán vida entre la dirigencia de la verdadera oposición. Son personas que ya están claramente identificadas, como Henri Falcón, que nadie podría definir si son adeptos al oficialismo o a la oposición. Ese es el caso de Manuel Rosales; que dice estar del lado de la oposición, pero que está en perfecta disposición a hacer acuerdo con el gobierno, que vaya en contra de los intereses democráticos de la sociedad civil”.
El profesor Daniel Varnagy opina que Un Nuevo Tiempo no tiene una base social lo suficientemente amplia como para sobrevivir más allá de unos pocos años. Al tener poca estrategia de base, vocería de contundencia y credibilidad. Por lo que es probable que el partido sea abandonado por una buena cantidad de los integrantes entre sus filas.
Recientemente se evidenció una importante fractura encabeza por el diputado Timoteo Zambrano, fundador de este partido político, quien justificó su decisión al rechazar el camino de la violencia que pretende implementar ciertos partidos. Hoy, Un Nuevo Tiempo ejerce la presidencia de la Asamblea Nacional, luego de un acuerdo preestablecido entre los propios partidos al ganar la mayoría del Parlamento en el 2015.
*Ibrahím Gil es estudiante de la Universidad Monteávila