Carlos Valencia.-
En Latinoamérica las modificaciones siguen siendo tabú, o al menos así lo ven los tatuadores y las personas modificadas que estuvieron presentes en el Expo Tatto Venezuela 2018, evento al que asistieron los tatuadores más importantes del país y algunos de los mejores del mundo, como el húngaro Caesar (nombre artístico) y la pareja italo-polaca Methamolphose y Ana Juanita.
Verónica Ayala, asistente al evento, quien acudió con su bebé en brazos, explicó que definitivamente la tolerancia no ha avanzado tanto en Venezuela como en otros países del mundo. Al mismo tiempo, rechazó que se piense mal de la gente por el simple hecho de estar tatuada.
En este sentido, la mujer indicó que lo primordial es que las personas deben tener seguridad de sí misma y de lo que les gusta para sentirse plenamente. “Si su pasión es el tatuaje deben hacerlo sin pensar en el qué dirán para así transmitir esa seguridad a sus hijos”, comentó, quien acotó que en varias oportunidades ha sido señalada por tener tatuajes. Su bebé de meses tenía una camisa que simulaba tatuajes en los brazos.
Este tabú presente en Latinoamérica, particularmente en Venezuela, queda más al descubierto cuando se conversa con la pareja ítalo-polaca, residente en Alemania, que explica que en su país de origen es normal que las personas se tatúen y que “hasta el doctor que te saca la sangre está tatuado”.
Caesar, de nacionalidad húngara y residente en Nueva York, recalca que en los Estados Unidos tampoco hay ningún tipo de prejuicio por las personas que presentan expresiones artísticas en su cuerpo.
Por su parte, la joven seleccionada como Miss Tatto 2018, Beverling Lemoine, hizo votos porque se rompan los estereotipos que existen sobre la belleza y, consideró que el primer paso es con los tatuajes.
“Una mujer tatuada puede ser tan sensual como una sin tatuajes, siempre y cuando no abusen de ellos y de las operaciones plásticas, ya que todo tiene un límite”, explicó Beverling horas antes del concurso que la convirtió en protagonista de uno de los eventos más esperados del año.
A la exposición pudieron asistir las tiendas de tatuajes más importantes de Venezuela, entre la cual se puede destacar StigmaInk, cuyos representantes causaron sensación con su divertido stand, en donde daban choques eléctricos en una especie de silla de tortura y vendían no solo artículos para el cuidado del tatuaje, sino para las barbas, ya que esta tienda en el último año amplió sus horizontes hacia el cuidado personal.
Guillermo Ramírez, de esta empresa,tiene otra apreciación en torno a la percepción de los tatuajes y la sociedad venezolana, a su parecereste tabú ha disminuido con el paso de los años, incluso cree que las expresiones corporales ahora son una muestra de altotarget.
“Hoy en día pagar por un buen tatuaje no es nada barato y si buscas a los mejores tatuadores para que el trabajo quede mejor puede ser hasta más caro aun, la calidad del tatuaje refleja cuanto costó hacerlo”.
Un tattoo de calidad puede ascender a 10 dólares, dependiendo del diseño. Los costos más económicos están destinados a los dibujos más sencillos, en blanco y negro. En la ciudad capital hay distintos locales donde se especializan en este arte corporal, solo hay que estar dispuesto a pagar lo que representa el diseño y asumir los señalamientos que todavía vienen impreso con el arte.
Sin embargo, a parte de los costos y la estigmación sobre las personas con tatuaje es necesario considerar también otros aspectos vinculados con las expresiones artísticas. Por ejemplo, recientemente, un estudio publicado en ‘Scientific Reports’ —una dependencia de la revista ‘Nature’— reveló que el uso de tintas sobre la piel puede provocar complicaciones en el sistema inmunológico con el trascurso de los años.
La investigación la realizó un grupo de científicos alemanes y franceses, quienes llegaron a esta conclusión gracias a un sincrotón, el más avanzado dispositivo que existe para el control de desplazamientos de nanopartículas en tejidos. Los expertos evaluaron el impacto de los pigmentos de la tinta empleada en los tatuajes, la cual contiene hollín, óxidos metálicos y sales.
*Carlos Valencia es estudiante de la Universidad Monteávila