Willmar Tarazona.-
Si las redes sociales y el entorno digital en general cambiaron la forma de hacer periodismo, la transformación en las unidades de comunicación de las empresas tiene un impacto aún más grande.
La transformación de la cultura organizacional ha sido malinterpretada, sobre todo en Latinoamérica. No se puede reducir solamente a utilizar un correo corporativo, establecer un modelo de gestión del tiempo o implementar una solución CRM. El verdadero cambio comienza a ocurrir con una visión distinta del negocio, encaminando los objetivos en base a la innovación y la eficiencia gerencial.
Y esta evolución no puede imponerse a la fuerza. Todo cambio debe comenzar en las personas y unidades que forman parte de una compañía. Contar con empleados proactivos, que no se conforman, que van y ven más allá, que son capaces de entender las ventajas de las nuevas soluciones, procesos y sistemas es un factor clave para la implementación y adaptación a las nuevas tecnologías.
Y es allí donde entran los líderes. Ellos deben evangelizar con el ejemplo, involucrar a todos, hacerlos sentir valiosos para la organización. Además deben creer profundamente en los nuevos procesos, comprenderlos en toda su dimensión y transmitirlos sin medias tintas a sus empleados para enfocarse en los objetivos comunes, potenciando las herramientas digitales disponibles.
La formación de entornos de colaboración ha supuesto un cambio radical y necesario en las organizaciones para su supervivencia, abriendo espacios impensados hasta ahora como la “legalización” del llamado “home office” o el “freelance”.
Y si la pandemia dejó algo bueno para las empresas, corporaciones y PYMES fue justamente esta nueva visión del negocio, donde los esfuerzos se simplifican, se optimizan los recursos y los talentos evolucionan sanamente en un mercado cada vez más competitivo y consciente de la nueva realidad. Madurar estas ideas es responsabilidad de todos los involucrados y en la medida que eso ocurra prosperar será posible.
La era digital está aquí, se expande, evoluciona… y aquel que aún piense que podrá evadirla, aprovechándose de las circunstancias, saltándose reglas o jugando a engañar con un trabajo deshonesto, será mejor que despierte de su utopía.
*Willmar Tarazona es profesor de la Universidad Monteávila
