“El mundo de la moda y el de los concursos de belleza no se conectan en ningún lado”

Asegura Maydeliana Dí­az que un punto para romper el estigma sobre las modelos es entender que detrás de una mis hay muchí­sima preparación

moda

S Pignataro/S Friso/C Garcí­a/C Provenza.-

Es viernes por la tarde y las cámaras se encienden. La reunión de Zoom comienza y tres pantallas se iluminan, conectando dos distintos lugares del mundo.

En una de esas pantallas, nuestra entrevistada sonrí­e, notando algo a las espaldas de una de nosotras, y dice:

“Ya vi que guardas las bandas de tus concursos de belleza. Yo no lo hago, no soy de guardar recuerdos. Es mi mamá quien guarda todo eso”.

A pesar de que no guarda recuerdos fí­sicos, Maydeliana Diaz tiene una gran cantidad de recuerdos intangibles que la convierten en una inspiración para muchas personas involucradas en el mundo del modelaje.

Modelo desde los 16, nombrada Miss Sucre en el 2015, actual modelo profesional con una carrera internacional en la que ha colaborado con agencias en Italia, Alemania y muchos otros paí­ses, y CEO de su propio atelier.

“Hay muchas personas que creen que tener un tí­tulo de belleza es ser bella y ya, y no es así­. Para ser Miss hay que prepararse muchí­simo y se debe explicar esto para romper el estigma que se tiene.”

La lista de logros de Maydeliana continúa creciendo a sus 25 años y eso no deja de impresionar.

Nos concedió una entrevista en la que nos comentó de sus inicios y de sus propios proyectos, dándonos una mirada más profunda sobre el mundo de la moda y el modelaje, sin dejar de lado su carrera de Estudios Liberales en la Universidad Metropolitana.

.- ¿Cómo fueron tus inicios en la carrera de modelaje?

La verdad es que mis inicios con el modelaje fue algo muy cómico porque yo nunca me esperé ser modelo. Mi papá querí­a que yo fuera médico y mi mamá querí­a que yo fuera piloto, pero jamás tuve cercaní­a al mundo del modelaje hasta que cumplí­ 16.

En esa edad, amigos de la universidad comenzaron a animarme para que participara en las ferias de San José, que fueron mis primeras experiencias con el modelaje. Al momento, me negué. No sabí­a ni caminar en tacones y creí­a no tener la estampa de Miss.

Les aseguré que yo no nací­ para eso, pero entre su insistencia lograron convencerme para concursar. La primera vez no gané nada, ni entré en el cuadro de honor.

Al año siguiente, otros amigos que también me apoyaron en esto me motivaron a entrar en el Miss Venezuela y es ahí­ cuando inicia mi carrera como modelo. Yo entré en el Miss Venezuela con 17 años.

.- ¿Cómo ha sido la experiencia de seguir construyendo tu carrera fuera del paí­s, con agencias y proyectos internacionales?

Como ya te comenté, lo mí­o no era el modelaje, pero una vez lo intenté comenzó a ser una parte de mí­.

Me costó la transición de pasar a ser reina a ser modelo porque el mundo de la moda y el mundo de los concursos de belleza son dos cosas completamente diferentes y las dos no se conectan en ningún lado.

Tuve que hacer cambios dependiendo de los clientes, empezando por oscurecer mi cabello, aprender y hacer poses diferentes, dependiendo del paí­s no les gusta que sonrí­as.

Construir una carrera fuera no es nada fácil, pero tampoco es imposible. Ya lo han hecho muchas personas, yo lo pude lograr y es lo que le digo a muchas chicas: yo no soy la más bella y lo pude hacer, si yo lo puedo hacer otras chicas también pueden.

Claro que tienes que estar mega enfocada, preparada y tienes que saber a qué te debes atener porque no es nada fácil. La industria de la moda es muy competitiva y es una industria que te exige demasiado.

Aún así­, si es algo que te gusta te lo vas a disfrutar y es algo que con trabajo, esfuerzo y perseverancia se puede lograr.

.- Ya sabemos que formas parte de distintas agencias alrededor del mundo, ¿cuál es el proceso para que las agencias de modelaje te contacten y qué es lo que buscas en ellas?

Yo con las agencias no he hecho el contacto. Yo tengo una agencia madre que se encuentra en México y es a partir de ahí­ que se hizo el contacto con las otras agencias, como la de Estambul o Alemania.

Es como un casting que haces con las agencias en donde enví­as tu información y aquellos lugares en los que has trabajado y ellas se encargan de seleccionarte, pero una como modelo no hace el primer contacto.

Sí­ he escuchado de algunas chicas que lo han hecho ellas pero no sé cómo funciona el proceso.

.- ¿Podrí­as decir que tu experiencia en el modelaje y la moda te inspiraron para la creación de tu atelier?

Mi intriga hacia la moda empieza desde que yo era muy pequeña. Yo no sabí­a que era una amante fashionista de toda la percepción de la moda y de hecho mi mamá me contó que solí­a hacer bocetos de vestidos de novia desde los 10 años. Me gustaba la moda y solí­a hacer dibujos con una amiga pensando: ‘yo voy a ser periodista y ella arquitecta, esto es solo un hobbie’, pero siempre quedó esa semillita sembrada.

Luego de que empiezo a modelar y viajar, noté que la industria de la moda no tomaba en cuenta a todos los cuerpos. Si te das cuenta, todas las modelos son extremadamente delgadas e incluso si hay mayor inclusión hoy en dí­a, aún hay muchos diseños que no le favorecen a las tallas más grandes.

“Estar en el Miss  Venezuela, o por lo menos en la academia de Osmel que fue en la que yo estuve, es tan fuerte como estar en una academia militar.”

Yo siempre pensaba en mi mamá, porque mientras a mí­ se me veí­an bien los vestidos, a ella no, y eso es porque los bocetos están pensados para una silueta casi perfecta. En la vida real eso no es así­. En la vida real las mujeres son amas de casa, no tienen cuerpos perfectos, algunas son más pequeñas, otras más altas.

Es a partir de ahí­ que decidí­ crear diseños que me pueden quedar bien a mí­, a mi mamá, a las chicas que trabajan aquí­ en el taller y a otras. Crear un patrón de diseño que sea perfecto y que se vea bien en todos los cuerpos. Empecé creando bocetos y vestidos y solo cuando veí­amos que quedaban perfectos en todos cuerpos es que pasamos al siguiente diseño.

También influye el hecho de que cuando llegué a Caracas con 17 años yo recordaba que no habí­a ntantos diseñadores y, los que existí­an, algunos eran demasiado contemporáneos y otros demasiado arriesgados. No habí­a ese diseñador que pudiera ser moderno y chic que pudiera fusionar ambas cosas. Hoy en dí­a sí­ hay marcas de ese estilo y diseñadores locales que logran eso.

.- ¿Cuándo vuelves a Venezuela?

Como en un mes, cuando termina mi contrato, pero sí­ me hací­a falta esto de viajar, sobre todo cuando pasas mucho tiempo afuera. Las modelos usualmente viajamos mucho; en un mes puedes estar hasta en tres paí­ses diferentes.

Cuando estoy en Venezuela diseño, que es algo que a mí­ me gusta.

En cuanto al manejo del tiempo, sí­ resulta algo difí­cil. Por lo menos ahora yo estuve una temporada de moda en México y tuve que dejar a cargo de mi taller de costura a unas personas en Venezuela, pero eso nunca va a ser igual que el poder estar presente.

Soy súper detallista y me gusta estar al tanto de todos los detalles, así­ que no es lo mismo estar a distancia.

.- Sabemos que, con todo lo que has hecho, eres una inspiración para muchos. Según tú, ¿qué es lo que te convierte en un modelo para personas que quieren seguir tú mismo camino?

Pero la verdad es que me siento muy feliz de poder inspirar a otras chicas y creo que eso es lo más bonito de esta sociedad de redes sociales porque todo se puede compartir a través de ellas. Capaz no eres la mujer más perfecta pero tienes unas cualidades que te convierten en inspiración para otras chicas.

Hay muchas personas que me lo dicen, pero trato de poner mi ego a un lado porque esa clase de preguntas tienden a subir el ego y yo tengo una relación muy estrecha con él en la que le digo: ‘mira, ya va, tú y yo vamos a estar separados. Tú por allá y yo por aquí­ porque tú a veces te me subes un poquito a la cabeza y me haces hacer cosas que no son las más idóneas’.

Mi experiencia con Osmel fue increí­ble y cambió mi vida. Yo siempre digo que existió una Maydeliana antes del Miss Venezuela y otra Maydeliana después

Eso es bonito, poder llegar a un lugar y que alguien te diga: ‘hoy amanecí­ de malas, pero la verdad es que te vi hablando y contando tus cosas y simplemente me cambiaste el dí­a con escucharte’. Eso es algo que a mí­ me contenta muchí­simo y espero seguir siendo modelo e inspiración para muchas chicas.

Eso de ‘vamos a pensar en un patrón que le quede bien a todos los cuerpos’ no existí­a porque es un trabajo súper complicado, pero súper satisfactorio porque lo más importante es que la clienta se sienta bonita.

S Pignataro/S Friso/C Garcí­a/C Provenza son estudiantes de la Universidad Monteávila

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