“Fuimos un antes y después en el fútbol femenino en Venezuela”

Para la bicampeona de Sudamérica Marí­a Garcí­a su paso por el fútbol masculino fue determinante en su desarrollo como jugadora

Fútbol Marí­a Gabriela Garcí­a

Diego Antonio Garcí­a.-

Nuestro equipo fue un antes y un después en el fútbol femenino en Venezuela”, así­ lo asegura Marí­a Gabriela Garcí­a, tras obtener un bicampeonato en Sudamérica y  los dos 4tos puestos en dos mundiales consecutivos.

La volante central de la Vinotinto afirma que debido a los campeonatos obtenidos por el equipo les brindaron mayores oportunidades a las otras camadas de jugadoras, principalmente, con una mejora notable en las instalaciones utilizadas por las futbolistas.

“A medida que fuimos ganando el primer sudamericano y luego quedar en el cuarto puesto de un mundial pues ya habí­an más viáticos a las jugadoras y hubo un gran cambio en las estadí­as de los hoteles, tení­amos una mejor equipación y mejores lugares para entrenar”.

fútbol

Sabiendo que el fútbol es un deporte popularmente conocido para hombres, ¿cómo fue que inició tu pasión por el fútbol?

Crecí­ con mi hermano menor y dos primos varones que también les gustaba jugar fútbol, y era jugar con ellos o jugar sola porque ellos no iban a jugar muñecas conmigo. Tiempo después fue un deporte que me encantó y decidí­ meterme en el equipo de fútbol del colegio, que también era de puros niños, porque en ese momento no habí­a equipo de fútbol femenino.

¿En qué momento decidiste dejar el fútbol como un hobby y empezar a tomártelo como una opción profesional?

Esto pasó cuando ya llevaba bastante tiempo jugando en el equipo del colegio y me di cuenta de que si querí­a ser una jugadora destacada tení­a que cambiarme a un club que fuera competitivo en el fútbol femenino de Venezuela, es por eso que decidí­ asistir a las pruebas en uno de los clubes más competitivos, el Caracas Fútbol Club y logré quedar en el equipo.

fútbol

¿Consideras que esta decisión fue la más importante de tu carrera?

Bueno se podrí­a decir que fue una de las más importantes, ya que a los 10 meses que llevaba jugando en el equipo recibí­ mi primer llamado a un módulo con la selección sub-17 cuando tení­a 13 años.

 ¿Cómo fue esa primera experiencia a tan corta edad en la Vinotinto sub-17?

Obviamente estaba muy feliz, principalmente porque me hizo darme cuenta de que habí­a tomado la decisión correcta al cambiarme a ese equipo.

Pero cuando entras a la realidad de cómo son los entrenamientos y de la competencia que hay en el vestuario, la verdad es que es bastante impactante, porque es una realidad completamente diferente de la que en ese momento a tan corta edad yo conocí­a como fútbol, la diversión pasa a un segundo plano y lo primordial es conseguir un puesto en el equipo.

En el Caracas FC también jugaste en el equipo masculino en la categorí­a sub-14, ¿consideras que tu paso por el fútbol masculino fue determinante en tu desarrollo como jugadora?

La verdad podrí­a decir que fue una etapa bastante positiva en mi carrera, ya que me ayudó a desarrollar ciertas cualidades y técnicas que quizás en el fútbol femenino no hubiese podido obtener, porque la diferencia del ritmo de juego comparado con el femenino es muy grande, los hombres son más rápidos fí­sicamente, son más rápidos jugando con el balón y son más fuertes.

La verdad es que cuando estuve en este perí­odo jugando con varones me sentí­a arriba del nivel de las mujeres, porque todos los dí­as jugando y entrenando con los varones me dio un nivel de juego bastante alto.

¿Cómo era el fútbol femenino en Venezuela antes de que quedaran bicampeonas de Sudamérica y dos veces 4to lugar del mundo?

La verdad, fue impactante el cambio que hubo en las estadí­as de los hoteles en el momento de los módulos de concentración, los viáticos para las jugadoras, porque antes de que consiguiéramos el primer lugar en el campeonato no tení­amos las mejores instalaciones para entrenar y los hoteles donde nos quedábamos dejaban bastante que desear.

Pero a medida que fuimos ganando el primer sudamericano y luego quedar en el cuarto puesto de un mundial ya habí­a más viáticos para las jugadoras y hubo un gran cambio en las estadí­as de los hoteles, tení­amos una mejor equipación y mejores lugares para entrenar.

Creo, sin ninguna duda, que nuestro equipo fue un antes y un después en el fútbol femenino en Venezuela, debido a que todo lo que conseguimos tuvo una gran influencia para los torneos posteriores con otra camada de jugadoras.

En tu primer sudamericano, a pesar de estar con el equipo, no tuviste minutos sobre el terreno de juego, sin embargo en tu segundo sudamericano jugaste todos los minutos de la competencia ¿cuál crees que haya sido la clave para que sucediera este cambio?

En primer lugar, se podrí­a decir que en mi primer sudamericano estaba por debajo de la edad, era  un sudamericano sub-17 y yo tení­a 15 años y quizás no tení­a el nivel necesario para estar en el primer equipo, pero todos esos módulos de entrenamiento y todos los partidos en los que estuve presente me sirvieron para agarrar experiencia.

Y, de esa manera, estar más preparada para cuando llegara una competencia de mi categorí­a, que fue en el sudamericano sub-20 que, obviamente, no querí­a estar en la banca, entonces por eso considero que cuando llegó ese momento, a pesar de que no jugué ni un minuto, me sirvió para adquirir todas la experiencia necesaria para tener el nivel que se requerí­a en el primer equipo.

¿Cuál fue el momento más difí­cil de tu carrera?

He tenido dos operaciones de ligamento cruzado, una en cada rodilla, y creo que han sido los dos mayores obstáculos que ha tenido mi carrera futbolí­stica, ya que la primera de las lesiones fue justo antes de comenzar el mundial sub-20 en Jordania y no pude jugar ni un partido después de haber jugado todos los minutos en el Sudamericano.

Me logré recuperar de la lesión 8 meses después y cuando volví­ otra vez a mi categorí­a sub-20, recaí­ de nuevo en la misma lesión, pero en la otra rodilla, lo que me hizo perder una beca en una universidad de Estados Unidos. Fue bastante duro, pero actualmente tengo una beca en una universidad en New Jersey, donde se juega un fútbol de un muy buen nivel y por eso creo que todo pasa por algo.

¿Cómo hace un deportista para recuperarse tanto fí­sica como emocionalmente de esta lesiones que sufriste?

Lo que yo querí­a hacer en mi vida era jugar fútbol, esa es la mayor motivación que yo tuve, no me imaginaba un futuro sin fútbol, entonces sabí­a que lo que tení­a que hacer era ponerle mucho empeño en las terapias, cuidarme, comer bien y pensar que en algún momento todo esto iba a pasar e iba a poder volver a las canchas para hacer lo que más me gusta.

¿Cuál ha sido el momento más especial en tu carrera?

Creo que el momento más especial ha sido ese Sudamericano aquí­ en Venezuela, en el 2016, con toda nuestra gente apoyándonos, y tuve un excelente desempeño en el torneo, me sentí­ muy gratificada con toda la gente, y bueno habí­a pasado por muchas cosas durante el perí­odo de entrenamientos y sentí­a que después de todo ese trabajo merecí­amos ganar ese torneo y el pase al mundial.

Y la final de ese torneo fue uno de los momentos más felices de mi vida, porque nunca me imaginé poderle ganar a una potencia en el fútbol como lo es Brasil.

¿Tienes pensado volver a la selección en un futuro?

Actualmente estoy cursando mi tercer año en la universidad de Rider, estudiando Ciencias del Ejercicio mientras juego fútbol con el equipo universitario, por los momentos quiero seguir enfocada en la carrera que me apasiona para poder graduarme y también comprometida con el equipo, así­ que por los momentos no está en mis planes volver.

¿Cuáles son los planes a futuro que le esperan a Marí­a Gabriela Garcí­a?

Los planes a futuros serí­an cumplir con estos tres semestres que me quedan en esta universidad y seguir jugando fútbol por lo menos estos últimos dos años en esta liga universitaria en Estados Unidos, que es un gran nivel, pero después de eso me gustarí­a concentrarme en lo que es la fisioterapia, dirí­a que esos son los planes a futuro que tengo en este momento.

*Diego Antonio Garcí­a es estudiante de la Universidad Monteávila

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Pluma