Aniversario | Gutiérrez: “20 años no es nada para una institución que está llamada a funcionar por siglos”

Gabriel Gutiérrez

Félix Alberto Allueva.-

Fotografí­as: Marco Saumelli.- 

Gabriel Gutiérrez
Gutiérrez: La UMA busca que sus alumnos sean doctos.

El pasado 2 de octubre se cumplieron 20 años de la aprobación del decreto que dio funcionamiento a la Universidad Monteávila (UMA). Los frutos de tantos años de planificación comenzaron a verse el 4 de octubre de 1999, cuando iniciaron las actividades académicas de la primera promoción. Ese dí­a el profesor y miembro fundador, Gabriel Gutiérrez, tuvo el privilegio de dar la primera clase de toda la historia de la Facultad de Ciencias de la Comunicación e Información (FCCI).

El profesor Gabriel ha gozado de muchos cargos dentro de la Facultad porque “en tiempos de pioneros tú haces de todo”. Fue decano de la FCCI, integrante del Comité de Admisión, formó parte del Departamento de Promoción Institucional y apadrinó incontables proyectos dentro de la UMA.

Como un padre que ha visto crecer a su hijo, sostiene que: 20 años no es nada para una institución que está llamada a funcionar por siglos”. No por ello desestima, ni mucho menos, el éxito que pueda tener la Universidad, pero reconoce que falta camino por recorrer para alcanzar su máximo potencial.

“Estamos poniendo en marcha un transatlántico”, dice para calmar las ansias de quienes se horrorizan cuando las cosas no salen bien. Y ese transatlántico aún necesita reparaciones y agarrar velocidad, “¿qué significa agarrar velocidad? ¿20  años? ¿50 años? Yo no sé”, agrega a modo de reflexión.

La UMA busca que sus alumnos sean doctos, es decir, muy conocedores del oficio; que sean cultos, “que no se pierdan nada de la vida por falta de cultura”, señala el profesor Gabriel;  y que tengan un visión cristiana de la vida, que no implica “hacerlos” cristianos sino que entiendan la importancia de la persona, el sentido del dolor, etc.

Para el profesor Gabriel “la UMA ha conseguido, parcialmente, lo que se proponí­a. Aquí­ las personas han salido un poco más doctas, un poco más cultas y con un visión más completa de cuál es la visión cristiana de la vida”.

Advierte que no hay manera de medir dichos resultados, no hay pruebas pero sí­ hay muestras.

Dentro de esas muestras destacan: las empresas que solo piden pasantes que estudien en nuestra Universidad; la mí­stica de los pasantes o egresados de nuestra casa de estudios: “Es que los de la Monteávila tienen un no sé qué”, es un comentario común entre los tutores o jefes empresariales, según indica Gutiérrez; y cómo se corre la voz entre los familiares de los docentes y alumnos para que estos quieran formar parte de la UMA.

Gabriel Gutiérrez
El profesor asegura que la universidad ha crecido a pesar de los obstáculos.

Sin embargo, el crecimiento institucional ha sido el punto débil durante estos 20 años. “La gran zancadilla fue que no nos dejaran empezar ingenierí­a y economí­a por un asunto ideológico”, manifestó el profesor Gabriel.

En el 2005 el Consejo Nacional de Universidades (CNU) “bajó la santa marí­a” no solo a la UMA sino a todas las universidades privadas del paí­s, por lo que no se aprobó ningún pregrado.

En vista de la negativa por parte del gobierno nacional se decidió adelantar el programa de los postgrados, pero en ese caso también se “cerró el serrucho”.

No obstante, el CNU aprobó un postgrado de especialización en la judicatura que posteriormente fue rechazado por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).

“Estuvieron a punto de poner el sello de aprobado y la presidenta del TSJ: “¡qué va, qué va, qué va, qué va! Yo no quiero que nadie forme a mis jueces”. Y una especialización aprobada no se llevó a cabo”, aseguró.

Durante la celebración de los 20 años de la universidad, el rector Francisco Febres-Cordero destacó que esta casa de estudio ha crecido siempre dentro de un escenario de crisis. De la misma manera, el profesor Gabriel resalta el surgimiento de múltiples proyectos académicos  (que hoy son dignos de reconocimiento) como respuesta a la inquisición educativa practicada por el gobierno.

Los Centros de Estudios, los diplomados, Componente Docente, el Programa de Introducción Universitaria fueron algunos de los paliativos contra la merma institucional que promoví­a el gobierno.

El alma máter, cuya sede se encuentra engalanada por el majestuoso ívila, cuenta con más de 20 Centros de Estudios en la actualidad: Centro de Estudios de Estrategias Digitales Universidad Monteávila, Centro de Estudios Innovación y emprendimiento, Centro de Estudios Ambientales, Centro de Estudios de Derecho Procesal Constitucional, Centro de Estudios de Derecho Público, Centro de Estudios para la Discapacidad, Centro de Estudios para la Participación Ciudadana, Centro de Estudios de Regulación Económica, Centro de Estudios de Humanismo Clásico, Centro de Estudios de Seguridad y Análisis Estratégico, entre otros.

Gabriel Gutiérrez es licenciado en Derecho y Comunicación Social.

La migración de los estudiantes y egresados es un tema delicado para todas las universidades venezolanas, pero más allá de resignarse, el profesor Gabriel ve en ello una oportunidad de internacionalización de la UMA.

“Que tanta gente se haya ido va a ser un atajo para que la Universidad Monteávila tenga prestigio internacional”, explicó.

Gutiérrez, licenciado en Derecho y en Comunicación Social, afirma que existen dos grandes retos para el desarrollo de la Universidad.

En primer lugar está el campus definitivo que implica muchos recursos económicos, un levantamiento de fondos, un manejo de promoción, así­ como reconectar con los egresados que viven fuera de paí­s.

Según informa, cada vez que se ha expuesto el proyecto del nuevo campus a los diversos sectores de la sociedad civil el comentario que recogen es: “ustedes están locos pero ¡qué bueno!”, a lo que añade, parafraseando al Vicario del Opus Dei en Venezuela, “locura serí­a no hacerlo”.

El otro desafí­o importante es que no se traicionen los valores fundacionales que dieron nacimiento a la UMA, sin que ello implique no actualizarse con las nuevas tendencias generacionales.

Han sido 20 años de aprendizaje y crecimiento para una universidad que, según Gabriel Gutiérrez, “tú la ves por fuera y parece chiquita, por dentro es más grande”.

*Félix Alberto Allueva es estudiante de Comunicación Social de la Universidad Monteávila

*Marco Saumelli es estudiante de Comunicación Social de la Universidad Monteávila

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