Pasos hacia el pasado: el regreso de enfermedades ya erradicadas

Vacunas enfermedades

Ana Teresa Del Valle.-

La ausencia de campañas de vacunación ha significado el regreso de grandes males. Foto: as.com

“Detrás del regreso de enfermedades erradicadas al paí­s, está un gobierno que no hace lo que tiene que hacer”. Estas son las palabras de Julio Castro, medico infectólogo del Instituto de Medicina Tropical, egresado de la Universidad Central de Venezuela y ex director de salud del municipio Sucre.

El experto asegura que, debido a la crisis de salud actual, la falta de medicamentos y los escasos procesos de vacunación y fumigación, el paí­s se enfrenta nuevamente a enfermedades que se encontraban erradicadas desde hace más de 50 años.

“Enfermedades como el sarampión, la difteria, la malaria o paludismo, entre muchas otras, están reemergiendo en el paí­s, lo que representa una gran amenaza y es de gran peligro”, afirma.

Marlene Carneiro, médico infectólogo del hospital J.M. de los Rí­os y egresada de la Universidad Central de Venezuela, coincide con Castro y añade que es un problema bastante complejo, pero que poco a poco se vio venir.

Carneiro afirma que entre 1950 y 1960, Venezuela fue el primer paí­s del mundo en lograr erradicar, por ejemplo, la malaria. A pesar de que todaví­a existí­an muy pocos casos aislados, unos 2.000 aproximadamente, se declaró como erradicada en el paí­s. Con la aplicación del insecticida DDT, fumigaciones, la constante poda de monte y el control de los casos aislados, se lograron estos resultados; pero en los últimos años todo esto se abandonó.

“El desastre sanitario comenzó con Chávez, debido a su excesivo control y a su afán de imposibilitarnos el manejo de información. Se comenzaron a descuidar campañas importantí­simas como la de la malaria; prácticamente se abandonaron”, informa Carneiro.

Unido a esto, confirma que fue en noviembre del 2014 cuando el ministerio de Sanidad publicó el último boletí­n epidemiológico, en el cual se constata la presencia de 72 enfermedades a nivel nacional, por lo que recalca el hecho de que desde esta fecha no se tiene claro qué es lo que realmente está pasando en el paí­s en materia de salud.

La fumigación fue fundamental en la erradicación de varias enfermedades en el pasado. Foto: El Impulso

“El caso de la malaria es tan grave, que Venezuela es en este momento el primer paí­s del mundo con casos de esta enfermedad, por lo que la huida por tierra de las personas hacia paí­ses como Colombia y Ecuador ha expandido estos padecimientos al resto de la región”.

Un reporte hecho por Carneiro muestra que para el 2016 habí­a 245.000 casos en el paí­s, de los cuales 280 fallecieron; pero ya para el 2018 van registrados más de 500.000, cifras bastante alarmante, al parecer de la experta.

También recalca que esta situación sanitaria representa un gran problema, porque actualmente no se encuentran reactivos para el diagnóstico de la enfermedad ni el tratamiento para combatirla. “Todas estas cifras muy probablemente sean mayores en realidad, pero es imposible saber con exactitud debido a la falta de información oficial”, expresa.

El problema es de tal magnitud que en el mes de abril el ministro de Salud, Luis López, comenzó una jornada de vacunación que se extendió hasta la primera semana de mayo. Durante estas jornadas se aplicarí­an vacunas para proteger de 14 enfermedades a las comunidades.

El titular del ministerio indicó que los biológicos adquiridos fueron los siguientes: BCG, hepatitis B, bivalente, trivalente, toxoide diftérico, polio oral, SRP (sarampión, rubeola y parotiditis) pentavalente y antiamarí­lica (fiebre amarilla).

Asimismo, anunció la activación de un plan de fumigación para “erradicar” la malaria que se enfocarí­a en Bolí­var, Sucre, Delta Amacuro, Amazonas, Monagas y Anzoátegui. Este se desarrolló a lo largo del mes pasado, según registraron los medios de comunicación.

De igual forma López reconoció el mes pasado la existencia de casi 200.000 casos de malaria solo en el estado Bolí­var y la ejecución de un plan de acción especial en Nueva Esparta, ante la denuncia de una epidemia de paludismo que ya habí­a cobrado la vida de tres personas este año, según la información que recogió  la Organización para la Prevención Nacional de la Corrupción (Orpanac).

Desde el Ejecutivo se han ejecutado jornadas de vacunación, según los anuncios oficiales. Foto: Cortesí­a

Por otro lado, otra enfermedad que estaba erradicada en Venezuela y que está resurgiendo es la tuberculosis, infección que tuvo un muy buen control sanitario en el paí­s al punto de lograr erradicarla, pero no duró mucho.

En los últimos años, el delicado padecimiento volvió a aparecer de forma alarmante, ya que las vacunas desaparecieron, al igual que los reactivos para diagnosticarla y el tratamiento para atacarla, informa Carneiro.

Según un informe de Jorge Dí­az Polanco, investigador, especialista en Desarrollo, Planificación y Polí­ticas de Salud e integrante del Observatorio Venezolano de la Salud (OVS), actualmente no existen registros confiables oficiales sobre la situación de tuberculosis en Venezuela, pero se han logrado conseguir datos aproximados que muestran cómo la enfermedad ha conseguido avanzar.

El investigador informa en su documento que el auge de la tuberculosis ha tenido que ver con el deterioro de la calidad de vida de los venezolanos, surgiendo de esta manera una serie de condiciones que traen en consecuencia el contagio de las personas.

Un ejemplo de esto son las condiciones de hacinamiento en los hogares, pero -sobre todo- en las cárceles, al igual que los altos í­ndices de desnutrición de familias enteras que no tienen acceso a alimentos suficientes y de calidad.

Humberto Prado, abogado y director del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP), coincide con Dí­az Polanco en su informe sobre infecciones en las cárceles venezolanas. En este documento, Prado expresa que personas que padecen tuberculosis son las más afectadas en las cárceles de Venezuela, pues no se les suministra el tratamiento necesario.

El director de la OVP reportó que esta situación ha tenido un auge desde el 2015 e incluso, ese mismo año, 11 presos murieron en 4 meses a causa de esta enfermedad. “Hasta la fecha, el ministerio de Servicios Penitenciarios, mucho menos su titular Iris Varela, se han pronunciado al respecto”, denunció en el mencionado texto.

El principal padecimiento de los presos en Venezuela es la tuberculosis. Foto: Analí­tica

Martha De Las Heras, de 39 años, falleció el 23 de abril, a causa de tuberculosis, luego de contagiarse en el CDI de Chuao, según explicó su amiga Katty Veneroso. La mujer señaló que De Las Heras acudió a este centro de salud luego de descompensarse en la calle. En el centro entró en un coma diabético y los médicos automáticamente la entubaron antes de tener precisión del diagnóstico. Momentos antes habí­an empleado ese mismo equipo en un paciente con tuberculosis. La infortunada se contagió.

La trasladamos al Clí­nico Universitario en un estado grave de salud. Estuvimos semanas buscando los medicamentos que necesitaba, sacando dinero de donde no tení­amos para poder ayudarla, pero tuvo muchas complicaciones y falleció”, relata Veneroso.

En este mismo centro médico trabaja Fernando Tavares, técnico radiólogo, quien fue contagiado con sarampión. Los sí­ntomas que primero se le manifestaron fueron una fiebre bastante alta y un severo malestar general. Dí­as después comenzó con una erupción en la cara, que se le fue extendió al resto del cuerpo.

“Cuando comencé a ver los puntos rojos en todo el cuerpo, acudí­ lo más rápido posible a un amigo infectólogo, quien inmediatamente me hizo el diagnóstico de sarampión. No habí­a los reactivos especí­ficos para hacerme las pruebas del virus, pero con otros exámenes lograron diagnosticarme. Sólo me mandaron como tratamiento reposo absoluto y acetominafén”, afirma el experto.

Tavares asegura que se contagió en el propio Clí­nico, ya que se han presentado numerosos casos en el hospital en los últimos meses.

La doctora Carneiro asegura que, si Venezuela sigue así­ en el tema de salud, se verán consecuencias irreversibles. “A las civilizaciones las acaban principalmente tres factores: las guerras, las plagas y enfermedades y la hambruna. Hacia allá nos estamos dirigiendo y sí­, las tenemos todas de perder”, afirma.

*Ana Teresa del Valle es estudiante de la Monteávila

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