Historias del futuro | Loreto, Sanabria y Cuenca, romanistas

Emilio Spósito Contreras.-

Sanabria destacó por haber integrado la Junta de Gobierno formada en 1958, tras la caí­da de Pérez Jiménez. Foto: Cortesí­a

Luis Loreto (1899-1987) nació en Calabozo, estado Guárico el 22 de marzo de 1899, estudió Derecho en la Universidad Central de Venezuela, obteniendo el tí­tulo de abogado en 1922, y el de Doctor en Ciencias Polí­ticas y Sociales en 1925.

Se destacó en el ejercicio de la abogací­a en áreas como el Derecho Civil, el Derecho Procesal Civil, el Derecho Mercantil y el Derecho Administrativo. Fue Individuo de Número de la Academia de Ciencias Polí­ticas y Sociales y, finalmente, Magistrado de la Corte Suprema de Justicia. En la Universidad Central de Venezuela fue profesor titular de Derecho Procesal Civil.

No obstante, la impresionante hoja de vida, que le granjeó los mayores homenajes en vida del mundo jurí­dico venezolano, lo más importante en Loreto es haber introducido en Venezuela una nueva forma de estudiar el Derecho, sustituyendo los estudios exegéticos por los sistemáticos desarrollados por alemanes e italianos.

Entre nosotros, Rogelio Pérez Perdomo y Francisco Delgado Soto han evidenciado la importancia de Loreto en el desarrollo de una ciencia del Derecho en Venezuela. Una demostración de la rigurosidad cientí­fica de Luis Loreto la apreciamos en sus reiteradas referencias al Derecho Romano, como antecedentes de las instituciones procesales que estudiaba.

Por su parte, Edgar Sanabria (1910-1989), nació en Caracas, estudio Derecho en la Universidad Central de Venezuela, en la que fue profesor titular de Derecho Romano entre 1936 y 1959.

Aunque su obra escrita no es abundante, no por ello es superficial. En su vida pública Sanabria se destacó por haber integrado la Junta de Gobierno formada en 1958 después del derrocamiento de la tiraní­a del general Marcos Pérez Jiménez, primero como secretario y después como presidente, del 14 de noviembre de 1958 al 13 de febrero de 1959. Apenas tres meses, en los cuales se condujo cual Cincinato.

Poseedor de gran astucia, pero falto de ambición personal, condujo la república a la democracia en momentos muy peligrosos: enfrentó varias intentonas golpistas y, a pesar de ser un civil, estuvo dispuesto a enfrentarse personalmente contra rebeldes en varias oportunidades, gracias a su autoridad se ganó el respeto tanto de militares como de civiles que pasarí­an a dominar la escena polí­tica venezolana.

En su breví­simo gobierno, replanteó el porcentaje del impuesto sobre la renta que desde 1943 se cobraba a las empresas petroleras trasnacionales que operaban en el paí­s (de 50 subió a 60%), enfrentando una crisis diplomática con los Estados Unidos de América. Estableció la autonomí­a absoluta de las universidades. Creó importantes instituciones académicas como la Universidad de Oriente, el Instituto Venezolano de Investigaciones Cientí­ficas (IVIC) – establecido a partir del Instituto Venezolano de Neurologí­a e Investigaciones Cerebrales– y reabrió la Universidad de Carabobo, clausurada desde 1904.

A Sanabria no le alcanzó el tiempo para suscribir un concordato con el Vaticano, pero después de su gobierno fue nombrado embajador de Venezuela ante la Santa Sede (1959-1964), renunciando ante su inconformidad con el texto del artí­culo 7 del Concordato finalmente suscrito a sus espaldas el 7 de marzo de 1964, impreciso sobre la nacionalidad “por nacimiento” de los candidatos a obispos y arzobispos.

Finalmente Humberto Cuenca (1911-1965) nació en Maracaibo, estudió Derecho en la Universidad Central de Venezuela, de la cual egresó en 1936 y fue profesor de Derecho Procesal Civil y Derecho Romano. Crí­tico literario, periodista, son relevantes sus obras jurí­dicas en Derecho Procesal, especialmente para nosotros, Proceso Civil Romano de 1961.

Activo polí­tico, estuvo preso durante el gobierno de Juan Vicente Gómez y exilado durante el de Marcos Pérez Jiménez. Miembro del partido Acción Democrática (AD), participó de la fundación del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), partido ilegalizado en 1962, bajo la acusación de insurgir contra el gobierno de Rómulo Betancourt (1959-1964).

Tres tipos diferentes de hombres, unidos por proyectar sus obras sobre la base del Derecho Romano.

*Emilio Spósito Contreras es profesor de la Universidad Monteávila

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