Sabrina Machado.-
Con la ratificación de una alianza estratégica acordada en diciembre con la alcaldía del municipio El Hatillo, la Universidad Monteávila ve consolidado un sueño de crecimiento en pro de la sociedad. La adjudicación de 133 hectáreas permitirá la construcción de la anhelada sede propia y la expansión a nuevos retos académicos, en función de la construcción de un mejor país.
La firma de este convenio es el perfecto preludio para los 20 años de esta casa de estudio, a celebrarse en el mes de octubre.
Francisco Febres Cordero, rector de la UMA, recuerda que desde el momento de su constitución, en 1998, la universidad estuvo proyectada “para desarrollarse y crecer en el municipio El Hatillo”. Tarea a la cual se abocaron en todo este tiempo, hasta que se alcanzó la “feliz conclusión”.
Con una amplia sonrisa invita a la comunidad universitaria en general a celebrar esta buena noticia, a integrarse en este proyecto que alcanza una nueva etapa, que “nos impulsa, nos manifiesta como una comunidad viva con muchos retos, no solamente materiales, sino académicos y personales”.
La universidad Monteávila apuesta a Venezuela como nación y como sociedad, para ello se impulsa y crece y acepta nuevos desafíos, sin importar las dificultades, en pro de la formación integral del ser humano y del bien común, afirma Febres.
Reconoce que como institución asumen un proyecto ambicioso, que será desplegado en siete etapas, cuyo desarrollo está previsto en un período de entre 20 y 25 años. Tarea que aceptan gustosos como comunidad universitaria, al sumar varios años en pro de una sede propia y de la consolidación de una universidad modelo que refleje los principios humanistas que conforman sus cimientos.
“La universidad siempre tiene que mirar al futuro. Cuando decimos que es ambicioso no lo es solamente por las carreras y las ofertas académicas que ofrezca, sino porque la filosofía educativa de la Monteavila está atravesada trasversalmente por las humanidades. La formación de la persona, sus espacios y sus programas tienen que ir al favorecimiento de las personas, que se abran hacia los demás y desde los demás y, desde el otro, hagamos un nosotros solidario”.
Para ello, se siguen preparando como comunidad para aportar su grano de arena y, sin importar que tan cuesta arriba estén los objetivos, seguir trabajando. Este nuevo proyecto, de grandes dimensiones, contará con el apoyo de quienes creen en el país, de los “amigos de la universidad, alumnos y ex alumnos”.
Por lo pronto, la Monteávila se enfoca en el futuro cercano, se espera que al paso de cuatro o cinco años se vea consolidada la primera etapa de la sede de El Hatillo, para iniciar la mudanza y los cambios necesarios, procurando que la transición no afecte la dinámica diaria del personal y del estudiante.
Se está evaluando, incluso, disponer de rutas de transporte para la movilización de los integrantes de esta comunidad, como hacen otras casas de estudio, con paradas preestablecidas.
Desde las buenas noticias, el rector informa que los planes en la nueva sede son albergar alrededor de 10 mil estudiantes, entre pregrado y post grado, con el desarrollo de distintas facultades y escuelas, además del impulso de las tres áreas de la universidad: docencia, investigación y extensión, que son “las áreas que como institución tenemos el reto de consolidar”.
Por los momentos, solo queda ponerse manos a la obra para comenzar a construir la nueva casa de estudios que estará detrás de la zona de Loma Linda, sector que se verá beneficiado no solo con la presencia de una nueva sede de estudios superiores, sino con el aporte, por parte de la universidad, en el crecimiento urbano ordenado del municipio El Hatillo.
La alianza entre la municipalidad y la Monteávila establece el desarrollo de programas y actividades sociales, educativas, asistenciales y culturales que beneficiarán a la comunidad hatillana.
“Con esta alianza gana la universidad, gana el municipio, ganan las personas, gana Caracas… La universidad tiene que lograr esa unidad social, desde un trabajo formativo que apueste por la persona, por la unidad de vida de sus estudiantes, profesores, miembros de la comunidad universitaria. Unidad de vida que se proyectará hacia la sociedad y desde la sociedad hacia una sociedad unida que busque objetivos comunes en esa formación y perfeccionamiento social””, afirma Febres Cordero.
*Sabrina Machado es directora del periódico Pluma de la Universidad Monteávila
*Daniela Best es estudiante de la Universidad Monteávila