Félix Alberto Allueva.-
La creciente crisis financiera venezolana ha obligado al Gobierno a rebuscarse. En diciembre se anunció la creación del Petro, una moneda digital respaldada por petróleo, oro, gas y diamantes que buscaría suplantar al bolívar como sistema monetario nacional, de acuerdo con algunos expertos, que ven en una nueva moneda la salida a la hiperinflación.
Sin embargo, el consultor financiero Rafael ívila no ve con buenos ojos el arranque de esta criptomoneda si no se consideran cambios importantes en la dinámica económica. Sostiene que “el Petro será hiperinflado”, así como el bolívar, si no se cambia la política monetaria inflacionista. “No resolverás nada si imprimes (emites) Petros arbitrariamente, discrecionalmente, para cubrir un gasto público”, aseguró ívila.
Para incentivar el uso de la moneda digital, la Superintendencia para la Criptomoneda, encabezada por Carlos Vargas, indicó que ésta se aceptará como forma de pago de impuestos, tasas, contribuciones y servicios públicos nacionales.
El también decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad Monteávila no cree que el Petro pueda consolidarse como moneda nacional a menos que el Gobierno lo obligue.
Esta medida fue presentada como “el primer criptoactivo emitido por un Estado”, según resalta en la página web oficial del Petro. Sin embargo, ívila asegura que de acuerdo con sus características se trata más de un token que de una criptomoneda.
Aunque los dos modelos son medios digitales para hacer intercambios, la diferencia radica en que las criptomonedas son emitidas descentralizadamente y, por lo tanto, son minables mientras que los tokens son emitidos por un poder central y no pueden ser minados.
Uno de los puntos fundamentales del Petro para garantizar confianza y estabilidad es que cuenta con el respaldo de los recursos naturales del país, como lo indica en su ficha técnica y lo ha reiterado en varias oportunidades el presidente Nicolás Maduro.
“Los abundantes recursos naturales del país permiten diseñar un criptoactivo poco convencional que aprovecha la tecnología de cadena de bloques para garantizar transparencia, auditabilidad e integridad de la información para ofrecer la estabilidad que aún requiere el volátil mercado de las criptomonedas”, se lee en la ficha técnica.
Sin embargo, ívila advirtió que la confianza y estabilidad no vienen dadas por el respaldo de los recursos naturales sino por la expectativa que generan los proyectos que motivan la creación de la moneda.
“Imagínate que el mundo entero dejara de necesitar petróleo, ¡bueno!, entonces no vale nada la que está allá abajo”, señaló.
Asimismo la Ley Orgánica de Hidrocarburos en la sección correspondiente a la propiedad de los yacimientos (artículo 3) dicta:
“Los yacimientos de hidrocarburos existentes en el territorio nacional, cualquiera que sea su naturaleza, incluidos aquéllos que se encuentren bajo el lecho del mar territorial, en la plataforma continental, en la zona económica exclusiva y dentro de las fronteras nacionales, pertenecen a la República y son bienes del dominio público, por lo tanto inalienables e imprescriptibles”.
Dado que el Petro se sustenta en el empeño de los barriles de petróleo, algunos expertos han puesto en tela de juicio su legalidad.
Según se puntualiza en la página oficial, el Petro es una respuesta a la crisis financiera de los últimos cuatro años. Sin embargo, el especialista no cree que la iniciativa pueda solventar la delicada situación económica que atraviesa el país, con una hiperinflación de 4089%, de acuerdo con los últimos cálculos realizados por la Asamblea Nacional, y la transición del quinto año de recesión.
El profesor universitario delimita como origen de la crisis la hiperinflación, producto de la emisión excesiva de bolívares por parte del Banco Central de Venezuela para cubrir gasto público; el modelo socialista, “que pretende apropiarse de las fuerzas productivas y las propiedades”, intervenir en el libre mercado y controlar las tasas de cambio y los precios;Â inseguridad jurídica y falta de estado de derecho, al parecer del especialista.
“El Petro es un intento de poder levantar capital por parte del gobierno para todavía no se sabe qué proyectos y a lo mejor para evadir las sanciones”, argumentó ívila.
Esa evasión de las sanciones iría de la mano con la capacidad de las monedas digitales para eludir el sistema financiero gracias a su bajo costo y rapidez en las transacciones.
Por otro lado, el Petro pretende promover “una economía digital independiente, transparente y abierta a la participación directa de los ciudadanos”. Para conseguir dicha “economía digital” es necesario contar con una infraestructura tecnológica sólida que permita a los ciudadanos participar en la actividad.
Para 2016 un estudio realizado por Tendencias Digitales señaló que tan solo el 53% de la población venezolana tiene acceso a internet.
*Félix Alberto Allueva es estudiante de la Universidad Monteávila