El mes de noviembre y los difuntos

Noel Franceschi.-

Desde hace muchos años la Iglesia nos invita, de modo especial en este mes de noviembre,  a rezar por los difuntos. Recordemos que el mes inicia con dos celebraciones muy significativas. El 1 de noviembre celebramos el dí­a de todos los santos, ese dí­a  la iglesia hace memoria de todos aquellos hermanos nuestros que han muerto y gozan ya de la felicidad eterna en el cielo; y el dí­a 2 de noviembre la Iglesia celebra la conmemoración de todos los fieles difuntos, ese dí­a nos invita a rezar de modo especial por todos los que han muerto y se encuentran en el purgatorio purificándose antes de entrar en el cielo.

En la misa que se celebra el 2 de noviembre se suele leer del II libro de los Macabeos el pasaje que nos recuerda como Judas Macabeo, habiendo hecho una colecta, envió mil dracmas de plata a Jerusalén, para que se ofreciese un sacrificio por los pecados de los que habí­an muerto en la batalla, porque consideraba que a los que han muerto después de una vida piadosa les estaba reservada una gracia grande. Y añade el autor sagrado: “es, pues, muy santo y saludable rogar por los difuntos, para que se vean libres de sus pecados” (2 Macabeos 12, 43-44) . Desde siempre la Iglesia ofreció sufragios y oraciones por los fieles difuntos. San Isidoro de Sevilla afirmaba ya en su tiempo que ofrecer sacrificios y oraciones por el descanso de los difuntos era una costumbre observada en toda la Iglesia. Por eso asegura el santo, se piensa que se trata de una costumbre enseñada por los mismos apóstoles.

Es un deber de piedad rezar por las almas que se encuentran en el purgatorio para aliviarles de sus dolores y ayudarles a ir mas rápido al cielo. Esas benditas almas del purgatorio nos pueden ayudar tanto desde allí­ y más nos ayudaran todaví­a cuando estén en el cielo.

Comparto con ustedes una experiencia que tuve con el anima de Pica Pica. Estaba yo en una tranca de tráfico terrible y tení­a que llegar a la Iglesia de la Guadalupe a las 5.30 pm para celebrar una misa de aniversario de un difunto. Eran las 5.15 y la cola no se moví­a, humanamente parecí­a imposible que pudiera llegar. En ese momento me acordé que, cuando era un niño, el chofer de mi papá siempre pedí­a favores al anima de Pica Pica. Entonces le dije con fuerza: bendita anima de Pica Pica si me ayudas a llegar a tiempo también pediré por ti en la misa. Cuál no serí­a mi sorpresa cuando de repente se atraviesa una buseta, se pone delante de mi carro y por arte de magia comienza a abrir paso en medio de la tranca. Pude llegar a tiempo a la misa y lo más sorprendente es que la buseta tenia un gran letrero en el vidrio de atrás que decí­a: !bendita ánima de Pica Pica! Una vez más comprobé que las almas del purgatorio anhelan nuestras oraciones.

Cuenta una de las leyendas del origen del anima de Pica Pica que José Zambrano, hombre humilde, mensajero de encomiendas en mula, llegando a Chaguaramas en viaje desde Zaraza, se sintió enfermo en terrenos del antiguo Hato Monte Azul, (aparentemente contagiado de fiebre amarilla) y se detuvo a descansar mientras le bajaba la fiebre.

Paralelamente, el dueño del hato, de apellido Belisario, que andaba buscando un ganado perdido, se encontró con un señor sentado bajo el árbol, acompañado de una mula y al darse cuenta que estaba muerto (aunque no habí­a zamuros merodeando), arrancó unas ramas de la mata de Pica Pica y rodeó al difunto con cuatro estacas y hojas del árbol para taparlo, a la vez que le decí­a que si lo ayudaba a encontrar su ganado, le darí­a cristiana sepultura y le harí­a un rancho para descansar en paz. Al poco tiempo recuperó el ganado y cumplió su promesa, sepultándolo y haciéndole un rancho de bahareque.

Se corrió la voz de que el hombre muerto bajo la mata de Pica Pica concedí­a favores y los viajeros al pasar al lado del rancho donde reposaba el ánima, le lanzaban una piedrita y le pedí­an protección para el viaje. Así­ fue creciendo la devoción por el Anima de Pica Pica.

Indistintamente del origen real de la historia, el hecho es que en la Carretera Nacional, entre Valle de la Pascua y Chaguaramas, estado Guárico, está el santuario del Anima de Pica Pica, siendo prácticamente sitio de parada obligatorio para quienes circulan por esa ví­a, que acuden para pagar promesas o hacer peticiones.

Recuerda, tus seres queridos, que se encuentran en el purgatorio, no se olvidan de ti. No te olvides tú de ellos y aprovecha este mes de noviembre para ofrecer a Dios oraciones y sacrificios por ellos.

*Noel Franceschi es el capellán de la Universidad Monteávila

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