La Favorita, audiencia de mirones

Andrea Montrone.-

La Favorita es una pelí­cula que proviene de la influencia de tres paí­ses: Reino Unido, Irlanda y USA, dirigida por Yorgos Lanthimos y escrita por Deborah Davis y Tony McNamara.

Es un filme biográfico que centra su historia en las maquinaciones polí­ticas, a principios del siglo XVIII, durante el reinado de Ana de Gran Bretaña, reina de Inglaterra, Escocia e Irlanda, quien además de ser la última soberana británica de la Casa de los Estuardo III, ocupó el trono durante 12 años, peleó una guerra contra España y Francia, vio morir al nacer y después de nacer a 17 hijos y sufrió terriblemente por ataques de gota. Ana o Anne fue una reina estimada por el pueblo, tení­a una personalidad conservadora, y a pesar de que aparentemente estaba enamorada de su marido, siempre estuvo acompañada de una “favorita”, para complacer sus órdenes y deseos.

La pelí­cula está protagonizada por Olivia Colman, quien interpreta a la propia reina Ana, seguida por Rachel Weisz como Sarah Churchill, Emma Stone como Abigail Masham, Nicholas Hoult como Robert Harley, Joe Alwyn como Samuel Masham, Mark Gatiss como John Churchill, entre otros.

Fue estrenada, por primera vez, el 30 de agosto de 2018 en la edición 75 del Festival Internacional de Cine de Venecia en donde ganó dos premios. A su vez, estuvo nominada y recibió premios de: American Film Institute, Premios BAFTA, Chicago Film Critics Association, Festival Internacional de Cine de Gijón, Premios Globo de Oro, Hollywood Film Awards, Independent Spirit Awards, Premios del Sindicato de Actores, Venice Film Festival y cerró la temporada de premiaciones con un Oscar para Olivia Colman, por su gran interpretación.

El rodaje tuvo una colaboración musical de compositores clásicos como Johann SebastianBach, Hí¤ndel, Purcell y Vivaldi, así­ como de músicos contemporáneos, como Olivier Messiaen, Luc Ferrari y Anna Meredith.

La historia que transcurre toca las vidas de tres mujeres, aparentemente distintas, que se entrecruzan por un objetivo común, el poder. Es un filme que demuestra que la astucia es una habilidad que no todo el mundo aprende a usar, y el que lo logra consigue lo que quiere.

Lanthimos usa de nuevo una herramienta que desencajona a La Favorita y la hace diferente a las demás pelí­culas de época, el ojo de pez para enmarcar los planos, lo que permite al público ser un espectador entrometido, es decir, “un mirón del juego”.

La iluminación es realmente interesante debido a que se trabaja con el uso de sombras, luz amarillenta (muy en contexto debido a que simula la iluminación que emana una vela) y luz natural.

La producción es simplemente espectacular, detallista, digna de la disposición de un gran presupuesto.

La música es sutil y casi imperceptible, pero hace que el espectador se sumerja en la historia sin darse ni cuenta.

Hay varias escenas en la que pasan dos tiempos simultáneos: presente, personificada con la voz del narrador, y un futuro, que se compone de acciones ejecutadas por esa voz que narra o por el acompañante. A su vez las escenas son enumeradas e identificadas por capí­tulos, simulando una especie de libro.

Por otra parte, esta cinta hace una reversión del pensamiento común exponiendo a una “deidad”, una figura que siempre se ve y se califica como “superior”, de poder “suprahumano”, como lo es la reina Anne, con problemas í­nfimamente humanos, siendo estos la causa de su angustia y opresión. Incluso algo que parece tan extraordinario, suficiente, exitoso como el poder absoluto, se empequeñece frente a la soledad, la inseguridad o el duelo.

Hay una caracterí­stica importante que entrelaza los personajes en La Favorita, y es que todos tienen un interés por sobrevivir y encontrar su salvación, es decir: “salvar su pellejo”. Hay un ambiente interesante de humor negro, que genera una especie de cinismo, acompañado por lo absurdo y lo patético.

Algunas escenas describen el contexto socioeconómico en el que se hallaban, ya que señalan la abundancia, el desaforo, lo desmedido, en un punto que llega a ser grotesco.

La pelí­cula tiene un buen ritmo, no se estanca; a pesar de que el filme se compone de pequeños acontecimientos no primordiales, hacen que el conjunto de ellos haga una gran trama. El espectador nunca se aburre porque siempre está pasando algo.

El filme comprende un esquema de emociones, expuestas por los personajes, que hacen que la obra se enriquezca de una manera única, algunos de ellos, experimentan ciertas vivencias y emociones, que protagonizan y amoldan las subtramas de la pelí­cula. Seducciones van y vienen, complots, traiciones, traumas, vivezas, todo comprimido dentro de un guion.

Y es de esta manera como La Favorita, una maravillosa obra, termina destacándose, y exponiendo de manera absorbente y nada evidente, la exploración de la búsqueda del amor, un austero estudio del modo en que la moral, la autenticidad humana, la sinceridad, la honestidad, el recuerdo, son destruidos por una estructura social propensa a la corrupción, la violencia social y una intensa guerra entre mujeres y hombres en la que termina triunfando el todos contra todos.

*Andrea Montrone es estudiante de la Universidad Monteávila

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