(Fotogaleria) Migración, escasez y cansancio protagonizaron la jornada del 23 de enero

Equipo 2doB-UMA.-

Fotografí­as: 2doB-UMA.-

Escasez, migración, alto costo de la vida y, sobre todo, cansancio, fueron los protagonistas de la marcha de este 23 de enero, que plenó la autopista Francisco Fajardo. Cambio, libertad y democracia fue lo que más pidieron los marchantes, quienes vieron ilusionados la juramentación del presidente de la Asamblea Nacional, diputado Juan Guaidó, como presidente interino de Venezuela.

Entre la efervescencia que provocó el hecho no pocas personas aclararon que el camino para un cambio polí­tico y social es largo, y que lo importante es no desfallecer en el intento. Mientras pasan las horas y se aclara el panorama nacional las exigencias siguen presentes.

Luis Alejandro, de 89 años, acompañó a los marchantes, cansado de la desidia y la indiferencia. “Al gobierno no le importa si mi hija tiene que hacer una cola de seis horas para comprarle la leche a mis nietos. No le importa que mi esposa se haya muerto por escasez de medicinas. No le importa que casi todo el paí­s se está muriendo de hambre”, sentenció, al lado de su hija.

En tono similar se pronunció Carmen Hernández, quien tiene a una pariente hospitalizada en estos momentos en un centro médico en la capital. “Los motivos para salir a la calle me sobran, entre ellos que no hay medicinas ni reactivos para la sangre para cuidar a mi tí­a”, explicó.

La crisis económica también dijo presente en la concentración de ayer. Miguel Otero se lamentó por los bajos ingresos que tiene y por la escalada inflacionaria. “No tengo para pagar 10 mil bolí­vares por un pollo”, aseguró al mismo tiempo que afirmó que el sistema económico venezolano no sirve.

Por su parte, Soledad Redonde se quejó de los pésimos servicios que tiene en su zona de residencia, donde ni siquiera recibe la caja Clap, beneficio social implementado por el gobierno.

“Si en verdad elegimos a Maduro como presidente hoy queremos que deje de serlo, porque es humillante la situación en la que vivimos: sin luz, agua, comida, gas, cuando Venezuela es un paí­s próspero. Ni siquiera puede cumplir eficientemente los proyectos que trata de ejecutar en el paí­s, pues ni la caja del Clap es entregada regularmente, llevo 5 meses sin recibirla”.

De hecho durante fueron esparcidos billetes de distinta denominación, en demostración de que la moneda venezolana “no vale nada”.

“Da tristeza encontrar nuestra moneda así­, pero es donde, literalmente, está nuestra economí­a: por el piso. Solo basta con ir al supermercado para confirmarlo, las cosas aumentan de un dí­a para otro, de una forma desproporcional que ningún sueldo aguanta”, aseguró una manifestante mientras pisaba los billetes.

Otro elemento que empujó a los marchistas a la calle fue el deseo de que familiares que se encuentran en el exterior regresen al paí­s. Jorge Méndez tiene hijos y nietos en el exterior, e incluso algunos de ellos están “pasando trabajo”, según afirmó, por lo cual desea que Venezuela mejore para que puedan regresar.

Así­ mismo se expresó Rosana Certa, cuyos hijos migraron del paí­s. “Me encuentro sola y no es justo que las madres no apartemos de ellos cuando este paí­s lo tení­a todo. El futuro de mis hijos pudo haber sido aquí­ y hoy lucho para que puedan tenerlo”.

El optimismo reinó a lo largo de la manifestación y sobre todo después de la juramentación de Guaido; sin embargo, hubo quienes aclararon que la lucha continúa y es de largo aliento.

Este es el caso de Oriana De Andrade, quien vive en Catia, sector que vivió horas de gran tensión las horas previas a la concentración. “Estoy consciente de que esto no se solucionará ni hoy ni mañana, de que todo tomará su tiempo, pero todos tenemos que ser parte del cambio, un cambio que necesitamos urgentemente, tanto polí­tico, social y gubernamental”.

Es hoy o no es nunca, esta es la oportunidad de que Guaidó asuma la presidencia por el bien de la nación. Jamás he perdido las esperanzas por Venezuela y me quedó aquí­ hasta que muera. Después del accidente, el paí­s me dio mucho más de lo que le puede agradecer”, expresó el artista venezolano Onechot, quien recibió un tiro en la cabeza hace más de cinco año, en un intento de robo.

*Nota realizada por los alumnos del 2do B de Comunicación Social de la Universidad Monteávila

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