“Maduro no es capaz de unificar las fuerzas dentro del chavismo”

Francisco Coronel Mejí­as.-

Torres critica la forma como fue convocada la Constituyente. Foto: Cortesí­a

Recién se cumplen dos meses de las sentencias de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia que removió la inmunidad parlamentaria de los diputados de la Asamblea Nacional y que otorgó al máximo juzgado las competencias parlamentarias veredictos que originaron la ola de protestas contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro, las cuales todaví­a hoy se siguen registrando en diferentes puntos del paí­s.

La coyuntura que se vive actualmente no puede compararse con ningún suceso que haya tenido lugar en la historia reciente de América Latina. “Venezuela vive la primera rebelión popular del siglo XXI”, afirmó la organización no gubernamental Provea en un comunicado público difundido el pasado 19 de mayo.

“La academia ha sido absolutamente solidaria con el pueblo venezolano desde el momento en que empezaron los rasgos autócratas de este gobierno”, resalta la directora de la Escuela de Derecho de la Universidad Monteávila, Marí­a Verónica Torres Gianvittorio.

“Los pronunciamientos de las academias han sido fructí­feros y además han sido muy elocuentes. La academia tiene muchí­simo que dar, porque ella tiene que ser aquella cumbre de la que descienden los conocimientos para que los que estén abajo ejecuten. Nosotros no tenemos un control polí­tico, pero sí­ tenemos una opinión polí­tica y sí­ tenemos la obligación de dar a conocer la naturaleza de cada una de las acciones que el gobierno plantea y además tenemos la obligación de dar a conocer nuestra postura”, apunta.

_ ¿Qué es lo que propone el gobierno con la llamada a instaurar una Asamblea Nacional Constituyente (ANC)?

_ El gobierno desde hace varios años ha venido tratando de legar al ordenamiento jurí­dico el plan socialista del presidente Hugo Chávez. Lo intentaron a través de las comunas con la Ley Orgánica de Comunas, pero no ha calado, porque al final del dí­a el pueblo venezolano ha acogido muy bien la descentralización, porque el pueblo venezolano es un pueblo demócrata y la descentralización es garantí­a de democracia, y nosotros tenemos tan instaurado en nuestra alma el sentido demócrata que incluso lo venimos arrastrando desde la federación.

Luego lo intentaron con la Ley Plan de la Patria, que a efectos del chavismo está por encima de la Constitución. Este es un proyecto polí­tico que lo que viene es a instaurar un régimen socialista y que se supone que debe regir las riendas del Estado y de los poderes públicos. Sin embargo eso tampoco caló, porque el pueblo venezolano, e incluso funcionarios públicos, siguen entendiendo que el ordenamiento constitucional es el que marca la pauta del resto de las leyes. Entonces ahora han encontrado este nuevo medio para reformar la Constitución.

¿Qué es lo que se pretende? Dos cosas: lo primero, dar sensación de legitimidad a través de una elección. El gobierno se sabe perdido electoralmente, se sabe perdido en las urnas, pero necesita legitimidad internacional. Como no lo puede hacer mediante elecciones generales, ni regionales ni particulares, decide hacerlo a través de este parapeto, que no se entiende qué es, para dar la sensación de que el pueblo ha querido votar una nueva Constitución. Por el otro lo que se pretende es elevar al ordenamiento constitucional las pretensiones socialistas del gobierno, que al final del dí­a es la institucionalización de la miseria a través de las misiones, de planes socialistas de salud, de la negación a la separación de poderes. Es una Constitución adaptada a las necesidades que en este momento tiene el presidente Maduro. Sin embargo, esa no es la respuesta, porque la Constitución que tenemos ahora es generosa en cuanto a protección de derechos y en cuanto a imposición de obligaciones a los poderes públicos. Si lo que se quiere es un mejoramiento de las condiciones sociales y polí­ticas que tienen los venezolanos lo que hay es que cumplir esta Constitución y no hacer una nueva.

Torres califica la protesta como un medio de participación. Foto: Miguel Eduardo González

_ Comentó que el gobierno, sabiéndose ilegí­timo, quiere legitimidad a través de la comunidad internacional, por medio de la Constituyente. Sin embargo, diversos medios y figuras públicas han asegurado que la manera en que se está estableciendo esta ANC es ilegal y no va acorde a lo establecido en las leyes. ¿Por qué?

_ Porque el rey está desnudo. ¿En qué sentido? En que ya ningún parapeto, ninguna mentira, es reconocida internacionalmente. Hay una cosa importante: la comunidad internacional fue displicente y despreciativa con la realidad que se estaba viviendo en Venezuela en los últimos años. Mientras el gobierno mantuvo estructuras internacionales los paí­ses se hicieron la vista gorda a la situación de derechos humanos en Venezuela. ¿Por qué ahora hay este boom? Porque han vivido la experiencia de la diáspora venezolana en sus paí­ses. Entonces ahora, cuando se han visto afectados porque nosotros los venezolanos estamos migrando por razones humanitarias, es que ellos han decidido ponerle el ojo a esto. Gracias a Dios lo han entendido y gracias a Dios también muchos personeros de la oposición han hecho una labor importantí­sima denunciando las violaciones a los derechos humanos. También la resistencia pací­fica de la oposición ha servido no solo para educarnos en cuanto al sufrimiento, es decir, entender que de esto solamente se sale reconociendo las fracturas en nuestra alma como pueblo y reconociendo que el sufrimiento es el medio para salir de todo esto, y que si no estamos dispuestos a sufrir será imposible, porque durante muchos años estuvimos bailoteando con el gobierno.

No solo ha servido la resistencia pací­fica para educarnos sino para demostrar la injusticia del régimen opresor, e internacionalmente se sabe que la oposición venezolana ha dado ejemplo de lucha pací­fica, y que el gobierno ha dado ejemplo de represión. Ya nadie les cree sus mentiras, ya nadie, ni nacional ni internacionalmente, les acepta tanta desfachatez.

_ Desde un punto de vista técnico, ¿se puede convocar de la forma en que se hizo a una Constituyente? ¿No debe haber primero una consulta con el pueblo?

_ Se puede hacer de dos maneras. Hay varios organismos que pueden tomar la iniciativa de llamar a una ANC, pero todos estos son poderes públicos. ¿Qué pasa con los poderes? Son la canalización de la soberaní­a nacional establecida en el artí­culo 5 de la Constitución. El pueblo venezolano es soberano, pero ejerce esa soberaní­a a través de los poderes públicos. El artí­culo 347 de la Constitución enumera los organismos públicos que pueden llamar a una ANC. Sin embargo, el artí­culo es muy claro cuando dice que pueden tomar la iniciativa, porque realmente el llamado a la asamblea, la aceptación de esa iniciativa, la hace el pueblo en un referendo. ¿Quiénes pueden hacer esta iniciativa? El Presidente, la Asamblea Nacional, los concejos municipales, el 15% de los electores. Una vez que alguno de estos poderes públicos tiene la iniciativa, el Poder Electoral tiene la obligación de consultarnos a todos y cada uno de los venezolanos si queremos aceptar esa iniciativa. Esa consulta puede hacerse de dos maneras. Primero, con una pregunta de si queremos ir a una ANC, en una elección, y luego en una segunda elección, una segunda consulta, los representantes. Incluso, pudiera hacerse una sola consulta donde la primera pregunta sea si queremos ir a la ANC y luego los representantes siempre y cuando la segunda esté supeditada a la primera. Pero a nosotros no nos han consultado, y ya los procesos empezaron. Además, es muy confuso todo lo que está pasando, porque en principio era una ANC comunal. Luego pasó de ser comunal porque el “Poder Comunal” no existe, a ciudadana, y ahora hay una militar, una educativa… Realmente esto se ha vuelto un despelote. ¿Y por qué se ha vuelto un despelote? Porque el presidente Nicolás Maduro no es capaz de unificar las fuerzas dentro del mismo chavismo. ¿Qué es lo que denota que haya varias asambleas? Que cada uno de los organismos ha querido tener su propio ordenamiento jurí­dico porque no están dispuestos a cumplir o a ceñirse al ordenamiento central que es el de Maduro. Eso lo que denota es fractura dentro del chavismo.

_ ¿Cómo calificarí­a la actuación de los sectores polí­ticos de oposición frente a la situación polí­tica que atraviesa el paí­s?

_ Yo creo que tenemos una oposición madura. Durante mucho tiempo no lo fue. Yo creo que hay una cohesión entre oposición y ciudadaní­a que se ha dado porque finalmente la oposición ha entendido la naturaleza del régimen. Durante mucho tiempo el discurso de la oposición fue uno orientado a un adversario en democracia, mientras que la ciudadaní­a entendí­a que nosotros desde hace muchí­simo tiempo hemos estado en una autocracia. ¿Por qué la oposición no se ceñí­a a ese discurso? Porque electoralmente le iba a ir en contra. Ahora la oposición lo ha entendido y por eso existe esta cohesión. De hecho hasta hace pocos meses no existí­a un llamado moral, un discurso ético, que fuera capaz de mover a la ciudadaní­a. No existí­a ciudadaní­a alguna. Ahora la habido porque la oposición se ha aplegado al discurso que la ciudadaní­a tiene desde hace muchos años. Eso es una gran alegrí­a. Eso significa que tenemos una clase polí­tica que ha madurado. Creo que hay que celebrarlo muchí­simo. Hay figuras de la oposición que tienen un discurso ético loable en medio de todo este caos. Sin embargo, hay otras figuras que siguen manteniendo una postura tibia que no favorece, sino que más bien nos hace perder entusiasmo y legitimidad. Sin embargo, la valoración mí­a es bastante positiva.

_ ¿Considera que los métodos de protesta utilizados hasta el momento son efectivos? ¿Cuáles alternativas propondrí­a?

_ Yo considero que sí­. La verdad es que estoy bastante contenta con la agenda que se ha planteado porque permite que todos los sectores de la ciudadaní­a participen. Los que no pueden ir a la marcha por razones fí­sicas, porque tienen razones personales que no les permiten movilizarse, pueden participar en el plantón. Los que no pueden ir al plantón ni a la marcha pueden participar del trancazo durante las horas que la oposición establece. Lo que yo condeno categóricamente es la anarquí­a ciudadana. Este plan va a funcionar en la medida en que nosotros obedezcamos a la dirigencia que tiene en este momento todo el panorama y todos los factores de información como para decidir cuál es la actividad de protesta que más conviene. Una vez que la ciudadaní­a pierde el norte y decide tomar por sí­ misma la protesta vienen grandes desgracias, porque no están previstas las medidas de seguridad, no están del todo acompañadas, no son capaces de prever las otras zonas de protesta que haya en la ciudad, y esto es algo que hay que reclamarlo. La anarquí­a no nos ayuda, sino que nos debilita. Creo que las actividades están muy bien planteadas. Yo retomarí­a las que estuvieron al principio de las protestas, que era el llamado a las iglesias y a la misa, porque al final del dí­a el pueblo venezolano es uno fundamentalmente católico, y la actividad de calle tiene que ser también combinada con la actividad espiritual, que es la que nos va a dar la fuerza, porque esta es una lucha espiritual, esta es una lucha de libertad interior.

* Francisco Coronel Mejí­as es estudiante de Comunicación Social de la Universidad Monteávila.

* Miguel Eduardo González es estudiante de Comunicación Social de la Universidad Monteávila.

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