Por: Nelly Meléndez.-
Flor estaba desconcertada, más de 30 años como docente universitaria y cada día sentía que comprendía menos a sus estudiantes, no se interesaban en nada constructivo, no leían los materiales que ella enviaba para después de la clase, parecía como si no les importara aprender. Se sentía desolada ante el gran daño que, ante sus ojos, estaba causando la tecnología. Estaba dispuesta a abandonar todo, dejar esta triste carrera, cuando decidió cambiar y poner todo patas arriba, voltear la clase.
¿Qué es eso de voltear la clase? El modelo FlippedClassroom consiste en invertir el proceso tradicional de trabajo, dentro y fuera del aula ¿Qué se hace normalmente? El docente explica, el estudiante profundiza y luego se evalúa. Pues en el proceso inverso los contenidos son revisados individualmente por los estudiantes, luego ejercitan con apoyo de sus compañeros, aclaran dudas bajo la asesoría docente y posteriormente entregan productos de la aplicación del conocimiento.
¿Pero ese modelo solo se aplica con educación a distancia? Pues no. Puede usarse en modalidad presencial con apoyo virtual. El FlippedClassroom (FC) es un modelo pedagógico que transfiere el trabajo de determinados procesos de aprendizaje fuera del aula y utiliza el tiempo de clase, junto con la experiencia del docente, para facilitar y potenciar otros procesos de adquisición y práctica de conocimientos.
Sin embargo,  “flippear” una clase es mucho más que la edición y distribución de un video o lecturas. Se trata de un enfoque integral que combina la instrucción directa con métodos constructivistas, lo que incrementa el compromiso de los estudiantes con el contenido del curso y mejora su comprensión conceptual (TheFlippedClassroom, 2015)
De acuerdo con Roig-Vila (2016):»Se trata de un enfoque integral que combina la instrucción directa con métodos constructivistas, aumentando con ello la implicación de los estudiantes con la acción formativa … Una cultura de aprendizaje diferente al modelo clásico, convirtiéndose en un aula invertida en la que la instrucción recae sobre el propio alumno y el tiempo de clase se dedica a profundizar los conocimientos y a enriquecer las oportunidades de aprendizaje”. El contenido y materiales es seleccionado por el docente y los alumnos deberán estudiar por sí mismos.
Flor está asombrada porque ahora sus estudiantes revisan los materiales antes de ir a clase, leen toda la teoría, se ejercitan y adelantan las tareas, pero con ayuda de la tecnología. Su nuevo rol de profesora es primordial en el aula invertida para seguir y apoyar el progreso de los alumnos, realimentando, motivando, apoyando y evaluando el proceso.
Ahora los estudiantes se sienten más activos, independientes y comprometidos con sus aprendizajes, colaboran e interactúan en un entorno en línea, por redes sociales y usan sus equipos en clase. Pero no solo interactúan con los contenidos, también se comunican con el docente y con los otros alumnos. Disfrutan de la tecnología, hacen en equipo glosarios, wikis y llevan su propio portafolio digital, donde plasman sus aprendizajes. Flor les realiza consultas y encuestas, porque considera muy importante la opinión de ellos. ¡Hasta tiene un Whatsappe Instagram del salón!
Pero ¿cuál es el sustento teórico de este tipo de modelos pedagógicos? Es el conectivismo (Siemens, 2004), considerado por algunos la teoría de aprendizaje en la era digital. Bajo este enfoque el individuo obtiene información volátil que está continuamente alimentada desde diferentes sitios y es sustituida por nueva información. El reto del estudiante y del docente es discernir lo esencial de lo trivial, pero más allá de la información y los códigos está la posibilidad de aprendizaje y construcción de conocimientos.
El diseño de estrategias didácticas y las actividades de aprendizaje empleadas en FlippedClassroom se basan en aprender haciendo, propio del constructivismo; aunque la estructura de los programas esté formulada en función de objetivos acordes con la estructuración de contenidos y planificación de la evaluación de los aprendizajes.
Los principios que guían los aspectos pedagógicos son: aprender a aprender, aprendizaje colaborativo, aprendizaje significativo y uso de las Tecnologías de Información (TIC) para el aprendizaje.
Flor siente que la competencia de aprender a aprender se ha desarrollado mediante el trabajo autónomo por parte del estudiante, no obstante, el trabajo colaborativo ayuda a conformar redes para la construcción y socialización de saberes. Su rol docente cambió para convertirse en facilitadora de aprendizajes, en orientadora para la interconexión entre los saberes previos e intereses personales y nuevos contenidos presentados a través de guías didácticas. Ahora la docencia y la tecnología van de la mano en el aula aplicando la Tecnología para el Aprendizaje y el Conocimiento (TAC).
*Nelly Melí¨ndez es profesora de la Universidad Monteávila.