Efectos especiales redefinen el lenguaje cinematográfico

Rafael Gorrochotegui.- George Meliés habí­a tenido acceso al teatro de Robert Houdin, considerado el padre de la prestidigitación moderna. Aficionado a la magia, a los autómatas y nuevas tecnologí­as, habí­a encontrado un nuevo aparato que despertó su imaginación: la cámara. Con este artilugio lograrí­a proyectar imágenes que ni el ilusionista más preparado podrí­a imaginar. Así­…

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