“Las instituciones de todos los niveles tenemos la obligación de hacer comunidad educativa”, afirmó Alexandra Ranzolin de Marius, decana de la Facultad de Educación de la Universidad Monteávila. “Tiene que marchar sobre lineamientos claros (…), no solamente con esa formación en el área pedagógica, didáctica, sino con el conocimiento del ser humano y sus necesidades”, agregó.
Con miras al inicio del Programa de Estudios Avanzados en Formación Pedagógica en marzo de este año, conversamos con Ranzolin, quien también es educomunicadora e investigadora de la línea “Educación, comunicación y medios”, sobre la formación pedagógica, la educación y sus necesidades, y el ámbito universitario.
¿Qué se entiende por formación pedagógica?
Hemos visto que es un eje transversal en la construcción de un país, de una sociedad. Pero esa sociedad y ese país se construyen, se generan y se desarrollan porque hay individuos que están interesados en esto, que han tomado conciencia de esta situación, que en el caso de la Universidad Monteávila es casi un lugar común, porque es el educador que tiene competencias, conocimientos, sensibilidad, y que transmite esto mismo a las personas que están bajo su responsabilidad en sus distintas etapas de desarrollo.
Entonces, hablar de educación es hablar de personas que son especialistas en ser humanos, en personas. Y esto es un tema vocacional, como en todas las carreras que se encuentran también dentro de nuestra universidad. Pero también es un tema de mucha conciencia de las necesidades que tenemos como país. El enseñar, por ejemplo, a pensar de forma crítica o a ser creativo no es solamente una buena intención.
¿Qué caracteriza a la formación pedagógica a nivel universitario?
La Universidad Monteávila tiene una preocupación importante en lo que tiene que ver con su formación humanística. Es decir, como eje transversal, tenemos toda la formación que tiene que ver con el conocimiento de las dimensiones de la persona a través de materias como antropología y filosofía que se ven a lo largo de toda la carrera. Esto ayuda a tener conciencia de a quién nos dirigimos y las necesidades que tiene en su ejercicio profesional y en todo lo que tiene que ver con el tener conciencia de a quién tienes delante, es un ser humano con unas necesidades y con unos anhelos en particular. Esta es la preocupación de la universidad.
Hay un tema que es importante también, y tiene que ver con nuestro interés en perseguir la excelencia académica. No sólo tiene que ver con esa preocupación desde el punto de vista humanístico, sino que pensando en precisamente eso, también la universidad tiene mucho interés en lo que tiene que ver con la profesionalización de cada uno de los que vienen y de los que aspiran a encontrarse con el modelo educativo de la universidad.
¿Qué quiere decir esto? Que requerimos también, dentro del perfil de la formación de cada educador y desde el punto de vista de la excelencia, lo que tiene que ver con sus áreas de trabajo en particular y en su crecimiento personal. El conocimiento en este sentido, o adquirir conocimiento y competencias es un trabajo arduo, requiere dedicación y es nuestro interés fundamental que cada una de estas personas que se integran a la Monteávila comprendan también que este esfuerzo es para hacerse un profesional íntegro y una persona preocupada por las necesidades de un país en el que se ha hablado tanto de una emergencia educativa que debemos enfrentar.
¿Cuáles son las necesidades actuales a nivel educativo?
Ese es un gran tema porque todos de alguna manera logramos percibir que hay unas necesidades claras. Hay instituciones académicas que hacen estos estudios desde el punto de vista social, que generan una base más sólida sobre esas necesidades. Y estas instituciones y nuestra universidad, por supuesto, hemos revisado toda esta realidad y esta situación. En el país tenemos debilidades desde el punto de vista de infraestructura de las escuelas, de las instituciones educativas. Es decir, un niño no puede ir a estudiar a un sitio donde no hay un baño, donde no hay posibilidad de tener un espacio para la recreación o en donde los salones de clase tienen unas carencias importantes para que el maestro pueda orientar a los niños.
Esto va de la mano también de un tema de políticas públicas, es decir, cuál es el interés de quienes tienen la responsabilidad de guiar sobre el fortalecimiento del sistema educativo. También cuando revisamos, por ejemplo, el desempeño de los estudiantes de educación básica y bachillerato vemos que es cada día más deficiente. Y ese es el tema de la corresponsabilidad que tenemos todos los actores sociales que estamos en el área educativa, pero después como sociedad, encontramos muchas dificultades para desempeñarnos. Yo creo que ahí debemos estar conscientes de la corresponsabilidad entendiendo que la educación es un pilar central en la construcción de una sociedad y de un país.
Otra necesidad que tenemos que tomar en cuenta es el hecho de que el maestro necesita reconocimiento dentro de la sociedad. Nuestros maestros muchas veces son considerados meros instrumentos para estar en un aula de clases y generar ciertos conocimientos, pero no hay un reconocimiento de la importancia que tiene como pilar a través del cual la persona tiene la oportunidad de seguir a alguien que puede otorgarle todos esos elementos para desarrollarse de manera integral. Y en este sentido, pues también nuestros maestros viven una situación económica de una carencia que yo diría es vergonzosa.
¿Y en cuanto a necesidades del ámbito universitario?
La experiencia de la Universidad de Monteávila es una experiencia interesante porque tenemos estudiantes que vienen directamente del bachillerato. Tenemos también estudiantes que ingresan a la universidad pero tienen ya carreras previas y están interesados en el tema educativo porque les ha tocado ingresar en instituciones educativas sin o necesitando unas herramientas específicas, por ejemplo.
Entonces yo creo que uno de los aspectos importantes a nivel universitario es empeñarnos cada vez más en la posibilidad de tener esa mirada que nos lleva a esforzarnos a los profesores y a las instituciones educativas en esa búsqueda de la excelencia. Tenemos que tener profesores que egresan de nuestras escuelas no sólo con buenas intenciones, sino con una conciencia de ofrecer herramientas claras. Y además, como decía anteriormente, esa formación humana en las dimensiones de personas que se vuelven cada vez más conscientes y deseosos de un país que va progresando.
¿Cómo cursar el PREA en Información Pedagógica podría ayudar a entender esas necesidades?
Frente a la emergencia educativa que estamos viviendo tuvimos un acento importante durante la pandemia, pero viene de mucho tiempo atrás. Hemos tenido profesionales de distintas áreas, por ejemplo, comunicadores, contadores e ingenieros, que entendiendo su vocación educativa, también son invitados a entrar en instituciones educativas sin probablemente tener todas las herramientas para desarrollar programas de estudio, relación con los estudiantes, etc. Entonces el PREA, este Programa de Estudios Avanzados en Formación Pedagógica, ofrece precisamente la actualización en estas áreas de estudio y tiene una duración de un año, tres trimestres, en los que se procura que estos profesionales realmente tengan esas herramientas para que la vocación en el área educativa sea mucho más fructífera y ellos puedan sentirse más seguros en todo lo que tiene que ver con la educación desde las instituciones en las cuales se insertan.
En el PREA tenemos una formación desde el punto de vista antropológico y filosófico, pero también de herramientas en el área de evaluación, de planificación, y de un aspecto que para nosotros es novedoso y muy interesante: una serie de talleres en cada uno de los trimestres en los que profesionales de áreas específicas, ya no solamente estructurales, comparten con los grupos que vienen a estudiar y ofrecen esa oportunidad de diálogo con profesionales que están propiamente en áreas de tecnología, de inclusión -que es un tema que estamos viendo cada vez más dentro de las escuelas- y así sucesivamente.
Nos interesa mucho que cada una de las materias con las cuales se encuentran los estudiantes en este programa vayan de la mano con la actualidad tecnológica, que es también un elemento importante dentro de las instituciones educativas. Un tema bonito a tratar es el entender que profesores y estudiantes vamos en el mismo camino educativo, cada uno desde su perspectiva, pero todos requerimos esto. Uno de esos aspectos es el poder tener la estructura de esos elementos básicos para poder desarrollar planes de estudio, pero también el poder tener una cultura general que me permita conocer esas necesidades propias de los muchachos con los cuales me encuentro permanentemente.
Es una gran oportunidad para que aquellos que van descubriendo esa vocación educativa que vienen de otras áreas, puedan fortalecer ese trabajo que desean hacer todos los días.
¿Qué diferencia al PREA de otros cursos similares?
Hay que tomar en cuenta que estos programas son un apoyo a quienes están interesados en el tema educativo o ya están ejerciendo, no ofrecen la licencia para educar como quienes cursan un pregrado en educación. La carrera que te ofrece todas esas competencias y que te da esa posibilidad de ejercer en todas sus dimensiones, es precisamente Educación en pregrado.
Cuando tienes un administrador impartiendo clases de matemáticas o una persona graduada en letras, tienes personas interesadas en incidir en el área educativa, pero que requieren este tipo de formación y ese es el objetivo precisamente de este tipo de programas.
¿Cuáles características deberían tener en común tanto docentes egresados de la carrera de Educación como aquellos de otra área?
Se debe tomar en cuenta de buenas a primeras que hay una formación distinta y hay una formación que circunscribe a las áreas de conocimiento de una persona que viene de otra área de estudio con respecto a ese ejercer en instituciones educativas.
Pero en todo caso las instituciones educativas están obligadas a responder a sus requerimientos. Hay un ejercicio de la profesión distinto. Unos tienen la responsabilidad frente a estas instancias que, digamos, tienen unas exigencias administrativas, otros no las tienen desde el punto de vista académico. Unos tienen esa cultura pedagógica mucho más. profunda, otros no los tienen, pero yo creo que hay un aspecto importante que va más allá de esta emergencia educativa, y es que las instituciones de todos los niveles tenemos la obligación de hacer comunidad educativa. No se debe trabajar de manera individual o discriminar tanto a unos de otros, porque eso de alguna manera limita, y los estudiantes y padres representantes se dan cuenta de esto.
Si bien los padres y representantes tienen la obligación primera sobre la educación de los hijos, el colegio o la institución educativa se encarga de apoyar esa labor primera, pero ese sentido de comunidad educativa tiene que marchar sobre lineamientos claros y que tienen que ir, como comentaba, no solamente con esa formación en el área pedagógica, didáctica, sino con el conocimiento del ser humano y sus necesidades.