La semana pasada nos visitó Alfonso Sánchez-Tabernero, exrector de la Universidad de Navarra (2012-2022). Esta visita tuvo su génesis en nuestro encuentro el pasado mayo en Madrid, con ocasión del Curso de Dirección Estratégica de Universidades. Me dijo que nunca había estado en la Monteávila y que había que poner remedio. La agenda de trabajo se delineó en ese encuentro. Su experiencia de diez años como rector y cuatro adicionales como vicerrector en la Universidad de Navarra, y su trabajo en el Centro de Reputación y Gobierno de Universidades de esa misma casa de estudios, hacía obvio que uno de los objetivos de su visita sería ayudarnos a mejorar la gerencia de la Monteávila. Además, es catedrático de Empresa Informativa, por lo que podría compartir sus conocimientos de ese tema con estudiantes y profesores de la Facultad de Ciencias de la Comunicación e Información.
Desde marzo del año pasado asumió la presidencia de la Asociación de Amigos de la Universidad de Navarra. El nombre y propósito de esta instancia tienen un origen muy significativo, para el tercer objetivo de su visita. En 1959, con apenas siete años de fundado el entonces Estudio General de Navarra (EGN), san Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei y primer Gran Canciller de la Universidad de Navarra, enviaba un recado al rector de entonces: hay que crear por toda España -teniendo su sede en Pamplona- la asociación de amigos del EGN. Estudiad la forma de organizarla, pero bastará que sus miembros se comprometan a rezar al menos un avemaría todos los días, a hacer promoción del Estudio y a ayudar económicamente con lo que puedan, aunque solo sea un céntimo cada año.
¡Amigos! La amistad exige reciprocidad. Un amigo es quien te apoya, te orienta y te exige, y a la vez se deja apoyar, orientar y exigir. Qué adecuada manera de entender la relación de una universidad con sus benefactores. Ellos dan pero también reciben: el constatar que apoyan una institución que tiene como propósito transformar vidas, buscar la verdad e impactar en el entorno. También reciben la amistad de quienes son sus interlocutores, sus consejos y su ayuda desde la universidad. Aunque la ayuda sea pequeña, la relación se extiende en el tiempo.
Con ese telón de fondo, el pasado miércoles 25 de enero, el Dr. Sánchez-Tabernero se reunió con amigos de la Universidad Monteávila. Algunos tienen muchos años en relación con la universidad; otros han contribuido en más cercana data, y algunos venían por primera vez a la sede de Boleíta. El exrector les habló del impacto que tiene la institución universitaria en la sociedad y les recordó que un factor crítico para que una universidad deje huella son sus amigos. Les citó el dicho africano: solo se viaja más rápido pero acompañado se llega más lejos.
Reconociendo las dificultades del entorno, nos recordó que, por esa misma razón, es muy importante apoyar instituciones que sigan graduando profesionales capaces e íntegros. Así, cuando la crisis termine, no habrá un erial sino una base desde la cual reconstruir el país.
Al terminar su exposición hubo preguntas e intervenciones que mostraban el interés por apoyar buenas causas. Se culminó con un brindis que permitió a los asistentes departir con el invitado y las autoridades de la Monteávila. Éramos más de 60 personas, que incluían a las cabezas de diecisiete empresas e instituciones. Nos despedimos de cada uno de los asistentes con un hasta luego, y con ánimo de seguir profundizando en la amistad.
Guillermo Fariñas Contreras, rector de la Universidad Monteávila