Es pediatra y encontró en la Monteávila opciones de formación que la llevaron a un enfoque integrador en su desempeño como médico. El Curso de Lengua de Señas del Centro de Estudios para la Discapacidad fue el comienzo de un vuelco en su carrera. Conocer una visión distinta de la discapacidad despertó su interés en seguir profundizando en este campo de conocimiento con el Diplomado de Alteraciones en el Desarrollo Infantil y Juvenil, y la Especialización en Atención Psicoeducativa del Autismo. Su nuevo perfil profesional la llevó al Instituto Venezolano para el Desarrollo Integral del Niño (Invedin), donde atiende la consulta de Neurodesarrollo desde 2019. Actualmente, también trabaja en urgencias pediátricas de la Policlínica Metropolitana y ofrece consultas privadas en Caracas y los Valles del Tuy.
Como médico pediatra, egresada de la Universidad Central de Venezuela (UCV) y el Hospital Universitario de Caracas, amo y me satisface saber que ayudo y aporto acompañamiento no solo a los niños, sino a todo el grupo familiar. Ejerzo mi profesión desde hace 15 años, y tomando como principio que el pediatra es el médico de cabecera de los niños, niñas y adolescentes, tengo claro que al evaluar a un paciente se evalúa a toda la familia, ya que su salud o enfermedad influyen en la estabilidad de todos y por lo tanto el abordaje debe ser integrador, viendo siempre más allá del motivo de consulta.
Mi desempeño como pediatra significa un antes y un después de la Universidad Monteávila, a donde llegué a estudiar lenguaje de señas y tuve mi primera interacción con la discapacidad desde otra visión que no fuera la patología médica. Conocí profesores, descubrí un ambiente novedoso, dinámico, positivo, por lo que seguidamente inicié el Diplomado de Alteraciones en el Desarrollo Infantil y Juvenil.
Así, retomé y profundicé en mis estudios de neurodesarrollo. Aprendí nuevos métodos, conocí conceptos como el diseño universal y la accesibilidad. En nuestra formación como médicos tratamos la discapacidad desde el punto de vista biológico, fisiopatológico, con miras a mejorar todo lo que se pueda, mas no se enfatiza en la formación desde el punto de vista social.
De este diplomado se desprendieron situaciones y oportunidades maravillosas. Además del conocimiento que adquiría, mi motivación crecía más y más. Me ofrecieron trabajar en Invedin, donde comencé en el 2019 y he recibido gran apoyo y motivación por parte de sus profesionales. Seguí profundizando estudios en los trastornos del neurodesarrollo, principalmente el autismo. Cursé el Diplomado en Autismo en la UCV, con apoyo de UNIDTEA, con una orientación desde lo neuro-inmuno-endocrino hasta lo psicoeducativo.
Ya mi desempeño como pediatra había mutado, se había nutrido, ahora con un enfoque integrador, con un ojo clínico más agudo, una mente más amplia y definitivamente un corazón más empático, más social, centrado en ese niño (a) o adolecente y su núcleo familiar, involucrando incluso a la familia extendida y aún más allá, al colegio, al docente.
Como mi formación no podía quedar allí y me quedaba mucho por aprender, volví a la Monteávila e inicié estudios de postgrado en la Especialización en Atención Psicoeducativa del Autismo a finales del 2020, en plena pandemia. Para mí una gran especialización, con profesoras de alto nivel y compañeros de diversas profesiones, con visiones diferentes que me permitieron ampliar mis enfoques clínicos y terapéuticos.
Se sumaron a mi conocimiento múltiples temas en relación con la discapacidad, el modelo social, los sistemas de creencias, manejo emocional de la familia, enfoque biomédico, incluso conocer el abordaje escolar de niños con TEA. En fin, demasiados aspectos que no podría parar de enumerar y que continuaron aportando a mi desempeño como médico pediatra. Recientemente culminé un curso de postgrado en Enfoque Integrador en Neurodesarrollo y Trastorno del Espectro Autista dictado por la Sociedad Argentina de Neurodesarrollo y Trastornos Asociados.
Compartir mi historia como egresada de la UMA me emociona y me motiva. Esta universidad ha enriquecido mi vida personal y mi desempeño profesional, ampliando, flexibilizando y humanizando más aún mis enfoques, que van desde lo clínico hasta entornos familiares y sociales. Llegue a la UMA para quedarme y seguir formando parte de ella de cualquier forma que me permita participar, nutrirme, compartir nuevas experiencias y también aportarle y retribuirle con mi formación.
En cuanto a mis próximos pasos, siempre tendré planes y objetivos, soy soñadora, emprendedora y me encanta estudiar, pienso que el conocimiento y la cultura nos enriquecen. Deseo seguir creciendo profesional, personal y espiritualmente, llevando mi profesionalismo, mi energía y mi mensaje a todos lados, quiero que mi foco siempre sea ser útil, ayudar y aportar todo lo que hay en mí; a los niños, adolescentes, a las familias, a mi país y en fin a quien lo necesite y desee recibir.