Con más de diez años de experiencia en el manejo de marcas, se ha especializado en estrategias comunicacionales, de innovación y de Marca 360. Trabajó durante muchos años en las áreas de comunicaciones corporativas y de mercadeo, en las que llegó a manejar cuentas como Burger King y Evenpro. Actualmente es gerente de mercadeo en Ron Carúpano.
María Corina Salas es egresada de Comunicación Social (2011) y de la Especialización en Comunicación Organizacional (2014). Tiene una maestría en Mercadeo por el IESA y es profesora de Teoría de la Comunicación en nuestra Escuela de Comunicación Social.
Mi historia y amor por la Comunicación Social nace desde la pasión por la lectura, pasión que hasta el día de hoy mantengo y es de los espacios personales que más atesoro. Desde pequeña, por herencia de mi mamá, me ha gustado leer, gusto que posteriormente fui uniendo con el de la escritura. En mis tiempos libres me dedicaba a escribir cuentos, intentando reproducir los sinfines de historias que había leído, por lo que al momento de elegir una carrera quería que fuera algo que pudiera unir mis dos gustos y pasiones. Por un tiempo pasé por la idea de estudiar Letras, pero la idea de escribir era más fuerte, razón por la cual decidí elegir la carrera de Comunicación Social con el objetivo de convertirme en escritora y periodista, como Isabel Allende, mi gran ídolo.
La Universidad Monteávila fue mi única opción para estudiar esta carrera, no sólo por la cercanía con mi casa, sino que el tipo de educación cercana era algo que me cautivó.
Entré en la universidad en el año 2006 y durante mis cinco años de carrera (cuando yo estudiaba todavía era una carrera anual) el cariño hacia la Monteavila se mantenía todos los días. Pude vivir una Monteávila en crecimiento, con ansias y planes de expansión que sé que al día de hoy no han abandonado, y ese objetivo y sueño lo podíamos vivir como estudiantes: sus esfuerzos de ofrecer los mejores servicios, por mantener las aulas impecables, por tener profesores excelentes… Nos daban lo mejor de sí.
Asimismo, me tocó vivir y votar por los primeros centro de estudiantes, figura que hoy en día, 17 años después, se da por sentada, pero muchos compañeros de clases y de promoción pavimentaron el camino para que hoy en día el CEUMA tenga el reconocimiento que se merece. Pude ver el nacimiento, dentro de nuestras paredes, de bandas como ViniloVersus, y lo más impresionante era que la universidad brindaba los espacios para que hicieran sus presentaciones. Durante cinco años pude ver una universidad que nunca se detuvo ante los desafíos y siempre estuvo del lado de sus estudiantes, apostando por su crecimiento académico.
La UMA me ha acogido durante dos facetas de mi vida académica, dos facetas importantes que marcaron el camino hacia el profesional que soy hoy en día. La integralidad en la educación, la búsqueda de la excelencia y la atención cercana son valores y prácticas que no se viven en casi ninguna universidad y son los elementos que los hacen únicos y que su propuesta académica sea un sinónimo de excelencia.
En el año 2014, tres años después de mi graduación como Licenciada en Comunicación Social, decidí que era el momento de dar un siguiente paso y era el de la especialización. Para ese momento me encontraba trabajando en una agencia de comunicaciones integradas llamada Cuaderna Vía. Lamentablemente hoy en día ya no existe, y con ansias de especializarme en el área de comunicación y con el objetivo de ser parte de equipos de comunicaciones de grandes empresas, decidí buscar una especialización en Comunicaciones Corporativas. Si bien sabía que la Monteavila tenía una oferta interesante, quería ver el mercado. Pero para mi gran sorpresa y alivio la oferta más completa a nivel de pensum la ofrecía la Universidad Monteavila.
Como experiencia fue distinta e igualmente gratificante, ya que pude ver la universidad desde otra perspectiva, ya con unos ojos un poco más lejanos que una estudiante que está todo el día dentro de la universidad. Sin embargo, me sentía igualmente dentro de la familia, tuve la oportunidad de tener profesores excelentes y materias que me ayudaron a profesionalizarme, pero también a despertar esa curiosidad por el Mercadeo, área a la cual dirijo hoy en día.
Mi historia profesional no fue una historia lineal, hice muchas cosas hasta encontrar esa área que me encanta y hoy practico, el mercadeo, y eso es uno de los grandes aprendizajes que deja la UMA. Como todos sabemos, en la UMA nos graduamos como comunicadores integrales, pero ¿cómo se vive esto? Durante cinco años ahondas en las diferentes áreas de la comunicación: haces radio, televisión, periodismo, comunicaciones corporativas, comunicaciones políticas, diseño, entre otros, y eso te permite como estudiante ir aprendiendo qué es lo que te gusta. Al no elegir una mención en una edad tan joven de tu vida, te permite mantener tus opciones abiertas y poder experimentar qué te gusta y qué no.
La UMA me impulsó a ver un profesional de la comunicación de forma integral. Con esto me refiero a que desde mis inicios profesionales, dado al tipo de educación que recibimos, puedo defenderme en diseño y tengo conocimientos de producción tanto de radio como de televisión. Igualmente pude desarrollarme como periodista gracias a las valiosas enseñanzas de profesoras como Clara Turco y Ronna Risquez, y pude aventurarme a la escritura por el ahínco de Ricardo Ramirez dentro de la electiva de escritura creativa, donde compartí clases con la reconocida poetisa, y en ese momento compañera de promoción, Raquel Abend. A su vez pude conocer los básicos del mercadeo de la mano de Rodrigo Núñez, y así un sinfín de profesores, materias y electivas que permitieron que tuviera una visión y formación global de la comunicación. ¿Cómo traduzco esto en mi trayecto profesional? No perdiendo la visión integral, buscando siempre aprender sobre temas, desarrollando habilidades que me permitan ver la comunicación desde diversos focos y no desde uno solo.
Mis primeros pasos profesionales también iniciaron en la Universidad Monteávila, específicamente en 3er año de la carrera, casi finalizando. Para ese momento, publican una vacante para trabajar con el profesor Federico Pacanins como investigadora bibliográfica para un libro que estaba escribiendo. En cuarto año debía hacer pasantías por lo que dije ¿por qué no lo intentamos? Y debo decir que ha sido una de las mejores decisiones que tomé, ya que trabajar con Federico Pacanins me permitió trabajar en lo que más me gustaba, leer y descubrir nuevas pasiones como la investigación. Tuve la oportunidad de quedarme trabajando con él un par de años más, en los cuales fui productora de teatro y presenté obras en teatros como el Teresa Carreño.
Después de trabajar con Federico Pacanins alrededor de tres años, una vez graduada de la universidad, decidí enfocarme en el mundo corporativo y retomar el sueño del periodismo. Luego de estar dos años en la agencia de comunicaciones, entré como analista de comunicaciones de Mondelez International y paralelamente trabajaba como periodista de investigación para la revista Exceso. Fueron años de mucho trabajo y emoción. Dentro de mi desarrollo profesional compartí los cargos de comunicaciones y mercadeo, por lo que el conocimiento y curiosidad por el mercadeo fueron germinando en mí hasta que en el 2018 me contratan como Coordinadora de Mercadeo para Burger King Venezuela y dejé completamente la comunicación para profesionalizarme en el área de mercadeo, hasta el día de hoy que soy gerente de mercadeo para Venezuela de Ron Carúpano. Soy parte de una promoción que considero exitosa y tengo la suerte de trabajar con algunos de mis compañeros para diversos proyectos que ejecuto. Destaco el trabajo de Dianita Ruiz Hueck, quien ha sido una increíble aliada fotográfica para Ron Carúpano.
Uno de los recuerdos que llevo con más cariño es el día de mi graduación de postgrado. Cuando el rector va a colocarme la medalla, al ver que la otra medalla que llevo puesta es de la Monteávila me dice durante la imposición “¡Me encantan los repitientes!”. Para mí fue un momento único, ya que no me sentía como una extraña, sino todo lo contrario, como que la Universidad Monteavila siempre tuvo un espacio guardado para mí.
Otro recuerdo que todavía tengo en mente es mi entrevista para entrar a la universidad con la señora Gisela. Estaba muy asustada, ya que era la primera vez que alguien me entrevistaba. En ese momento me sentí en casa y fue una sensación que hasta el día de hoy siento, incluso en esta nueva faceta como profesora.
Comencé a dar clases en la Monteávila en septiembre de 2022, impartiendo la clase de Teoría de Comunicación a los estudiantes de primer semestre, y actualmente le doy clases a los estudiantes del segundo semestre de la misma materia.
Me animé a dar clases justo al terminar mi Maestría en Mercadeo, la cual estudié en el IESA. Mi motivación vino en parte por ese interés en formar a las nuevas generaciones de colegas. Actualmente como gerente tengo a mi cargo alrededor de seis personas, muchos de ellos comunicadores sociales, y si bien desde el rol de jefe o líder tienes la oportunidad de formar profesionales, no es lo mismo que poder enseñarles formalmente. Otra parte de la motivación vino a que mi novio da clases a alumnos de 6to semestre en la UMA y siempre escuchaba sus cuentos sobre los alumnos y esa satisfacción de enseñar y el orgullo de ver a tus alumnos lograr o entender cosas que ellos no creían o sabían, por lo que quise experimentar esa misma satisfacción y debo decir que el sentimiento va mucho más allá. Ser profesora ha dado un nuevo sentido a mi vida profesional, me ha ayudado a empatizar con esta generación y poder ayudarlos en su camino académico.
Hablar de un solo profesor que me marcó o que recuerde con especial cariño es difícil porque fueron más de uno, pero una persona muy especial a la cual admiré desde el momento que entró a darnos clases es Tulia Monsalve, a quien hoy en día puedo llamar colega, compañera y amiga. Tulia en cada clase nos entregaba profesionalismo y nos transmitía no sólo su amor por su profesión, sino también el ahínco de hacer las cosas desde el esfuerzo, la perseverancia y la ética.
Recuerdo con cariño a Joyce Ochea, quien fue nuestra profesora de Literatura en segundo y quinto año, además de ser nuestra madrina de graduación. A través de ella no sólo conocí nuevos autores latinoamericanos, sino que también nos dio las herramientas para ver la literatura desde una perspectiva analítica con la realidad moderna.
También pienso en Oswaldo Ramirez, quien me hizo enamorarme de la comunicación política a través de sus clases y proyectos que nos sacaban de nuestra área de confort. Estos tres profesores, por la forma de darnos clases y el abordaje de los temas, marcaron mi vida académica y son ejemplos que busco replicar en mi ejercicio como profesora.
Para hablar de planes del futuro a veces hay que abrir la bolita de cristal. Me gusta más enfocarlo hacia donde me quiero seguir encaminando y dirigir. Ciertamente, la dirección de mercadeo seguirá siendo una parte de mi vida, luego de terminar mi Maestría en Mercadeo me estoy tomando un break de los estudios, pero lo más seguro es que próximamente vuelva a los pupitres, posiblemente a especializarme en el área comercial, ya que me interesa muchísimo.
En cuanto a mi trayecto como profesora, planeo mantenerlo y en la medida de lo posible poder tomar un rol más activo dentro de la comunidad, poder realizar charlas y proponer temas que enfoquen estos cambios comunicacionales que estamos viviendo.