Mahatma Gandhi fue un activista y líder pacífico indio, cuyo legado se mantiene hasta la actualidad. Arun y Tushar Gandhi, su nieto y bisnieto, continuaron con sus enseñanzas. Ambos se encargaron de instaurar el Centro Gandhi, una asociación civil que promueve los principios gandhianos y siembra la cultura de paz en la sociedad venezolana.
Verónica de Guruceaga, su directora; Deisy Romero, psicóloga del centro; y Aida Fuentes, educadora, compartieron conocimientos con nuestros estudiantes de Educación sobre la convivencia pacífica y la no violencia durante el taller “Té con Gandhi. Decidimos ser pacíficos”.
“El liderazgo va a ser fundamental para construir la convivencia pacífica en Venezuela”, afirmó de Guruceaga respecto al rol de líder que juegan los educadores en la sociedad. A su vez, la directora del centro detalló que esta idea es una referencia a la creencia gandhiana que considera que la paz empieza por los niños.
Para entrar en materia, Romero invitó a los estudiantes a responder a la pregunta “¿Por qué decidimos ser pacíficos en Venezuela?”, donde las respuestas resaltaron palabras claves como unidad, tolerancia, bienestar y transformación.
“Convivir pacíficamente es una elección. Depende de accionar el botón de la voluntad”, expresó Romero. “Los acuerdos son la base de la convivencia pacífica”, continuó. La psicóloga explicó que estos últimos se diferencian de las normas porque son consensuados.
Así mismo, las invitadas describieron los caminos a tomar en un conflicto: la violencia, la indiferencia y la no violencia. Del primer camino comentaron que muchas veces termina siendo el resultado de la indiferencia acumulada, y que la segunda ruta es la de un “observador pasivo”.
Sobre el camino de la no violencia, de Guruceaga dijo que es una expresión que deriva del sánscrito “ahimsa”, que significa “no hacer daño”. Mencionó que para aplicarla hace falta enfocarse en la situación y no en la persona, y que se trata de una forma de vida, una actitud activa por parte de cada quien.
En la misma línea, Fuentes les relató a los estudiantes sobre los cinco pilares de la no violencia, los cuales Arun Gandhi describió como unos regalos por parte de su abuelo en su libro “El don de la ira”.
Estos cinco pilares son el respeto, la comprensión, la aceptación, la apreciación y la compasión. Fuentes explicó en qué consiste cada uno de ellos: el respeto trata sobre reconocer la dignidad del otro como persona, la comprensión el entender al otro y ponerse en su lugar, la aceptación el reconocer que cada uno de nosotros es diferente, la apreciación es valorar y agradecer, y la compasión se trata de apoyar y acompañar a otros, reconocer su dignidad y buscar su progreso.
La educadora señaló que, según Arun Gandhi, los pilares son esenciales para el bienestar y la paz de cada uno de nosotros y el mundo.
A modo de cierre, las miembros del centro invitaron a los estudiantes a realizar una dramatización de una situación cotidiana en la que se pudiera observar la aplicación de los pilares de la noviolencia para solucionar un conflicto. Así, se demostró que las enseñanzas gandhianas son aplicables en el día a día.