En la presentación titulada “El Valor de las Indicaciones Geográficas (IGP): Un Enfoque Global y Nacional”, realizada en la Universidad Monteávila, se abordaron diversos aspectos relacionados con la protección y promoción de las indicaciones geográficas, centrándose en las estrategias de la Unión Europea reflejadas en el Reglamento (UE) 2024/1143, aprobado el 11 de abril de 2024.
Este reglamento destaca la importancia de la sostenibilidad ambiental y establece que los productores deben comprometerse a aplicar prácticas sostenibles para obtener y mantener la protección de sus IGP.
Se explicó cómo el nuevo reglamento refuerza la protección de las IGP, asegurando que los productos que utilizan estas designaciones como ingredientes deben obtener permiso de los productores originales. Esto garantiza que se respeten los métodos tradicionales y las características específicas asociadas a la región de origen.
Se enfatizó que los productores deben demostrar su compromiso con la sostenibilidad económica, medioambiental y social. Esto incluye prácticas agrícolas que minimicen el impacto ambiental y promuevan el bienestar social, lo que a su vez puede añadir valor a los productos.
Con respecto a América Latina, se destacó el incremento en el número de IGP en los últimos 10 años, donde estas figuras de la propiedad industrial se están reconociendo como modelos importantes para el desarrollo económico. Se mencionaron ejemplos específicos de países que han implementado con éxito sistemas de IGP. Sobre Venezuela, se discutió cómo, desde el 2021, ha comenzado a aprobar IGP después de 17 años sin conceder ninguna.
Actualmente, se han otorgado cinco IGP para cacao, dos para café y otras para productos como miel de Kavitepiy y ají margariteño. También se mencionó el cocuy, que es una bebida ancestral producida en Pecaya y el Estado Lara. La importancia de estas IGP radica no solo en su capacidad para proteger los nombres de la zona geográfica para designar a los productos agrícolas cuyas características se deben principalmente a la zona geográfica, sino también en su potencial para impulsar la economía local y preservar tradiciones culturales.
La presentación concluyó subrayando que las indicaciones geográficas son una herramienta valiosa tanto para proteger productos tradicionales como para fomentar prácticas sostenibles en la agricultura. La implementación efectiva del nuevo reglamento europeo puede servir como modelo para otros países, incluyendo Venezuela, donde el desarrollo y reconocimiento de IGP pueden contribuir significativamente al crecimiento económico y a la preservación cultural.
-Zulay Poggi, profesora en la Especialización en Propiedad Intelectual de la Universidad Monteávila y oradora en la versión más reciente de Hablemos de PI