La pasión por el trabajo y el arte se dieron cita en la Universidad Monteávila para rendir homenaje a la faena diaria, a la rutina consagrada a los detalles y a lo básico, que constituyen los elementos esenciales para el desarrollo de una sociedad.
El concurso nacional Fotografía y Trabajo, del origen a los sabores, organizado por Trabajo y Persona, contó con importantes aliados nacionales e internacionales. En la Monteávila acogimos la iniciativa porque coincidimos con Trabajo y Persona en la certeza de que el trabajo es medio para el desarrollo de las personas y las sociedades. Desde el auditorio de la universidad, el rector Guillermo Fariñas, Alejandro Marius, presidente de la organización civil Trabajo y Persona, y Manuel Claros, representante de la FAO en Venezuela, resaltaron la importancia del “noble quehacer de llevar alimentos a la mesa”, acción que dignifica y construye país.
Nuestro rector destacó el impacto que tiene la imagen para mostrar la grandeza de la cotidianidad. Invitó a los participantes a seguir profundizando en un arte que marca la cultura visual.
En el concurso participaron 281 personas, de 17 estados del país, y fueron premiados seis aspirantes en dos categorías: Jóvenes y Máster. En la categoría juvenil fueron reconocidas las propuestas de Luana Cabrera, Oriana Delgado y Patricia Gutiérrez. En la categoría máster, las fotografías de Michell Arrieta, Michael Mata y Darwin Cañas.
La intención primaria del concurso era visibilizar el valor del trabajo, porque -en palabras de Alejandro Marius-, “la armonía entre el hombre y la realidad es la mayor revolución de la historia”.
Sabrina Machado, coordinadora de Pluma