Todos tenemos historias que contar y muchas de ellas nacen en torno a la buena mesa. Hay sabores que nos transportan a un recuerdo o nos hacen pensar en un ser querido. Pero, ¿cuál puede ser la mejor forma de comunicar estas experiencias a los demás? La respuesta tal vez sea una reseña detallada y sincera, o una foto que realce la delicia que se va a degustar.
Desde la Universidad Monteávila participamos en la Caracas Design Week presentando una Master Class en la tienda Acrilart sobre generación de contenidos y fotografía gastronómica, dictada por Ligia Velásquez y Vanessa Rodríguez (@vanessarotinoco), ambas egresadas UMA.
Ligia es periodista gastronómica y directora de Comunicación en Ubii Pagos, mientras que Vanessa trabaja en el estudio creativo Capitolio como fotógrafa gastronómica, a la vez que es profesora de Comunicación Audiovisual en la Monteávila.
Durante su charla, Velásquez indicó que al momento de crear contenido es fundamental realizarse preguntas claves como para qué, para quién, y desde dónde escribirlo. En su caso, inició con un blog hasta que migró a Instagram en 2010, donde se posicionó poco a poco hasta consolidar su cuenta @ligisvelasquez. Igualmente, escribe sobre contenidos alternativos a lo gastronómico en su página web.
La ponente también resaltó que generar una voz y un tono particular, ya sea personal o propio de una marca, es lo que hace que el público te recuerde.
“Yo escribo en redes sociales sobre lo que me gusta y considero que debe ser compartido”, dijo Velásquez, quien también guía su contenido por el principio y hashtag #paraopinarhayqueprobar, una premisa que para ella “aplica en todos los sentidos de tu vida”.
“Si es un tema de comunicación gastronómica no tienes que ser cocinero, pero sí es importante tener conocimiento básico de las técnicas e ingredientes”, afirmó la periodista, pues hay una diferencia entre la crítica y la comunicación gastronómica que se debe tener en cuenta al momento de producir contenido.
El consejo principal de Velásquez para comenzar es soltar la mano, escribir ya sea de forma analógica o digital para así alcanzar el estilo deseado.
“Las redes sociales, las fotos y los vídeos son el lenguaje universal de nuestra era”, aseguró por su lado Rodríguez en su ponencia titulada “Fotografía gastronómica 101”. Según la fotógrafa, adaptar los contenidos al formato audiovisual es obligatorio en la actualidad.
A su vez, Rodríguez explicó que las herramientas básicas para tomar una buena fotografía son la iluminación, la composición, el color, la edición, y el styling/estilismo, el cual va muy de la mano con la fotografía gastronómica. Comentó que ésta implica una preproducción para determinar qué se necesita para transmitir un sentimiento o una emoción.
De acuerdo con la ponente se debe encuadrar con intención cada composición, saber utilizar la edición y la luz a favor de lo que se quiera comunicar, así como unir conceptos y no plagiar cuando se buscan ideas para tener inspiración.
Como cierre de su presentación, Rodríguez citó a Luis María de Pazos, fotógrafo gastronómico español: “Los fotógrafos gastronómicos somos los que cocinamos con la luz”.
Tanto Velásquez como Rodríguez señalaron la importancia de crear contenido que sea original, honesto y con propósito. Primero, por la importancia de generar una conexión genuina con el público y segundo, porque las personas buscan lo real, que en el caso de la comida no incluye a las imágenes de platos retocados o generadas por inteligencia artificial.
Para el mes de septiembre del 2023, la Universidad Monteávila abrirá un PREP (Programa Enfocado de Pregrado) de Comunicación Gastronómica que contará con cinco módulos: generación de contenido multimedia de gastronomía, fotografía (dictada por Vanessa Rodríguez), emprendimiento gastronómico, cultura gastronómica y neurogastronomía.